durante tan larga ocupación. De hecho, son las iglesias las que, en el siglo XVIII, organizan las primeras «escuelas secretas», mientras que en las montañas, unos bandidos, los kleftes, hacen el papel de Robin Hood contra los turcos. En 1814, los comerciantes griegos de Odesa fundan la Filikí Etería, una sociedad secreta para liberar el país. El 25 de marzo de 1821, en el monasterio de Agia Lavra, en Kalavryta, el patriarca ortodoxo Germano alza la bandera revolucionaria, dando la señal que incia los combates por la independencia. Los enfrentamientos son sangrientos y el destino de varios héroes es trágico, como el de Athanasios Diakos, que muere ensartado después de haber luchado contra el ejército turco con solo cuarenta hombres. Cuando estas hazañas logran llegar a la opinión pública europea, varias personalidades muestan su apoyo a la causa griega: el poeta inglés lord Byron visita el territorio y Chateaubriand, Lamartine, Hugo y la duquesa de Plaisance toman partido públicamente a favor de la Grecia independiente. Lord Canning, convertido en Primer Ministro en Londres, persuade a Francia y a Rusia para intervenir junto con Inglaterra y poner fin a la guerra. En junio de 1827, las tres potencias firman un tratado que reconoce la autonomía de Grecia. Tras otros dos años de guerra, en 1829, los rusos, vencedores ante los otomanos, obligan al sultán a firmar el Tratado de Adrianópolis que garantiza la independencia griega.
El nuevo estado griego
Ioannis Kapodistrias, primer gobernador de la Grecia independiente, murió en Nauplia en 1831. Dos años después comienza el reinado de Otón de Baviera. Pero la vida política del país sigue bajo la influencia de las grandes potencias, lo que crea descontento y conduce a la destitución de Otón en 1862. Su sucesor es Jorge I, príncipe de Dinamarca. Tras su elección, Inglaterra cede a Grecia las Islas Jónicas. En 1878, el Tratado de San Stefano devuelve la Tesalia y a una parte del Epiro a Grecia. En 1911, Venizelos, un hombre de fuerte personalidad que marcará la historia del país y al que sus seguidores adoraban, es nombrado Primer Ministro. Durante la guerra de los Balcanes (1912-1913), el ejército griego liderado por Venizelos libera Macedonia y el Epiro, Creta y las islas del mar Egeo. Al final de la Primera Guerra Mundial, Grecia, que estaba del lado de los Aliados, recibe la Tracia y Esmirna. En 1922, las fuerzas griegas son derrotadas por el ejército turco en Asia Menor, y este acontecimiento adquiere dimensiones catastróficas: los turcos obligan a una gran cantidad de refugiados a regresar al continente, masacrando a todos los habitantes de origen griego de Esmirna. En 1940, las tropas italianas avanzan en la región de Epiro. Grecia resiste y, tras una lucha heroica, repelen a las fuerzas fascistas en Albania. Bajo la ocupación alemana, se organiza la resistencia.
En 1947, el Tratado de París devuelve a Grecia Rodas y al Dodecaneso. El país no ha terminado con su sufrimiento, ya que inmediatamente comienza la guerra civil entre liberales y comunistas cuyas consecuencias serán trágicas. Esta guerra civil durará dos años (1947-1949). Con la ayuda de los británicos, el ejército griego vence al ejército comunista, el ELAS. Sus partidarios serán exiliados o encarcelados, pero la división del país dejará las secuelas que influirán considerablemente en la vida política del país hasta la actualidad.
De la inestabilidad a la dictadura de los coroneles
En 1952, el Primer Ministro Constantinos Karamanlís debe afrontar una situación difícil para modernizar la economía del país. Este período está marcado por el comienzo de la emigración de las poblaciones rurales hacia las grandes ciudades, sobre todo Atenas. En la capital, el boom inmobiliario provoca la destrucción de varios barrios antiguos. En 1963, la Unión del Centro llega al poder. Es el inicio de un período de inestabilidad política que desembocó, en 1967, en un golpe de estado perpretado por los militares. La junta estará en el poder siete largos años, reprimiendo violentamente la revuelta de los estudiantes y obligando a exiliarse a muchos intelectuales y opositores. En 1974, los militares cometen el error de querer derrocar al presidente chipriota Makarios, lo que da un pretexto al ejército turco para invadir la parte griega de Chipre.
De la llegada de la democracia…
Un desastre que permitirá el regreso al poder de una personalidad respetada por toda la clase política, Constantinos Karamanlís, hasta entonces exiliado en París. Se convoca inmediatamente un referéndum para decidir si Grecia será una monarquía constitucional o una República. Dado que la mayoría de los votantes opta por la república, la Constitución prevé unas elecciones para designar los trescientos diputados al Parlamento que, a su vez, elige Karamanlís como Presidente de la República. Karamanlís, firmemente proeuropeo, será el artífice de la entrada de Grecia en la CEE (1981).
Este mismo año, el Partido Socialista (PASOK) de Andreas Papandréu gana las elecciones. Papandréu permanecerá en el poder durante siete años. En 1988, su gobierno está implicado en una serie de graves escándalos económicos y el PASOK pierde la mayoría de sus escaños en el Parlamento. Tzannis Tzannetakis, un político de derechas, gracias a una coalición con el Partido Comunista, emprende el proceso de catarsis (depuración) que conduce a la persecución judicial de varias personalidades del PASOK, entre ellas Andreas Papandréu.
En 1990, después de tres elecciones consecutivas, Constantinos Mitsotakis, líder del partido liberal Nueva Democracia, se convierte en Primer Ministro y Constantinos Karamanlís vuelve a la Presidencia de la República. Pero la situación del país mejora lentamente, y los rumores de corrupción en 1992 y un caso de escuchas telefónicas en 1993 terminan desestabilizando al gobierno de Mitsotakis, que pierde la mayoría parlamentaria a finales del mismo año. Las elecciones anticipadas en octubre de 1993 devuelven la mayoría parlamentaria al PASOK de Papandréu, que a pesar de su mala salud dirigirá el partido hasta su muerte, el 26 de junio de 1996. Costas Simitis, opositor declarado de Papandréu, toma el liderazgo del PASOK y lo reorienta políticamente. Simitis, que pertenece a la misma escuela política que Tony Blair, inclina el PASOK hacia una política centrista e incluso llega a ponerse de acuerdo con Nueva Democracia sobre las líneas generales a seguir. También se esfuerza por estrechar los lazos de Grecia con la Unión Europea y hacerla partícipe de la Unión Monetaria. En política local, las relaciones con Turquía siguen siendo muy delicadas, la guerra amenaza con estallar varias veces y debilita la estabilidad política. En 2004, Nueva Democracia vuelve a ocupar el poder. Kostas Karamanlís (sobrino del restaurador de la democracia) es elegido por cuatro años el 7 de marzo de 2004. A los 47 años se convierte en el primer Primer Ministro más joven de la historia política de Grecia. Promete una renovación política y económica. En vano.
… a la política de austeridad
Yorgos Papandréu no resistió la crisis. Se convierte en Primer Ministro después de que la izquierda (el PASOK, socialista) gane las elecciones parlamentarias anticipadas en octubre de 2009, pero deja el escenario político en 2011. Un nuevo gobierno de coalición derecha/izquierda liderado por Andonis Samarás (Nueva Democracia) le sucede e intenta continuar con las reformas, denunciadas por una nueva coalición de izquierdas llamada Syriza. Su líder, Alexis Tsipras, promete renegociar el rescate y poner fin a la política de austeridad. Pero después de un referéndum y de unas nuevas elecciones legislativas, retoma el camino marcado por Bruselas y acepta un tercer plan de ayuda para Grecia… y nuevas reformas. El gobierno solicita varias veces a sus acreedores y, en particular a Alemania, que aligeren la enorme deuda del país —el 180% del PIB en 2016— que está impidiendo la recuperación. En conformidad con el último acuerdo firmado con Bruselas, Grecia debe alcanzar un superávit primario equivalente al 3,5% del PIB a partir de 2018, basado en la reestructuración del sistema de pensiones o, una vez más, en nuevas medidas fiscales.
Política y economía
Política
Fiel a su mítico cliché de inventor de la democracia, al pueblo griego le apasiona la vida política. El año pasado, la población fue convocada tres veces a las urnas, siempre con altas tasas de participación. Atenas, la capital, focaliza las discusiones más feroces, puesto que es donde se toman las decisiones nacionales
