Coucouzèle, o más cercano, el compositor y pianista concertista franco-albanés Genc Tukiçi. Este último, nacido en 1970, escribió y puso música, en 2012, al Himno a la Madre Teresa y —nadie es perfecto— fue elegido en 2016, para representar a Albania en Eurovisión.
Cantos isopolifónicos – El país es especialmente famoso por sus cantos tradicionales. Así, desde 2005, los cantos isopolifónicos del sur de Albania están clasificados como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Y, realmente, son magníficos. Evocan tanto el misterio de las voces búlgaras, como la polifonía corsa, el clarinete de Sydney Babet, los cantos de los pigmeos y el rebético griego. Se trata de un canto de varias voces, basado en una melancolía que sirve de base tonal. Cada conjunto incluye la marrësi (solista), el kthyësi quele responde en un estilo entrecortado y el hedhësi que se incorpora a la polifonía en algunos momentos. Están apoyados por el iso, un coro melancólico que se parece al ison, la música litúrgica bizantina. Cada parte del sur tiene su propio estilo, cantado a capela o acompañado de instrumentos: tranquilo y grave en Gjirokastra, cantos líricos en Libohova, cantos heroicos y rítmicos de duras voces en Vlora, voz alta y tensa en Himara, mezcla de voces masculinas y femeninas en Permëti. Todo un mundo de sonidos extraños e inolvidables que se descubren a veces en una taberna o en los festivales folclóricos de Përmeti y Gjirokastra. En verano, también hay espectáculos para los turistas en la fortaleza de Saranda.
Nuestra play-list albanesa
No es fácil encontrar discos albaneses fuera de la esfera albanesa (Albania, República de Macedonia, Kosovo). Sobre todo, porque muy pocos álbumes se grabaron durante el régimen comunista y la industria discográfica sigue siendo embrionaria.
Ansambli Vokal I Gjirokastres – Esta formación es conocida por sus canciones isopolifónicas de Labëria. Fueron el tema de una grabación realizada, en 1995, por el musicólogo francés Pierre Bois de la Casa de las Culturas del Mundo. Álbum Conjunto vocal de Gjirokastër, Polifonías vocales del País Lab para descargar en www.maisondesculturesdumonde.org
Familja Lelanga Përmeti – Cantos polifónicos también, pero esta vez acompañados de clarinete. Registrada con la etiqueta francesa Indigo en 1991, la familia Lela de Përmeti se distingue por tres voces alternas, femeninas y masculinas. Álbum La Familia Lela de Përmet para descargar en www.label-bleu. com.
Vaçe Zela – recientemente desaparecida, es la cantante más popular del país. La mayoría de sus canciones son conocidas por todos, pero solo ha grabado dos álbumes, Kënga Ime (años 1970) y Këngë të kënduara nga Vaçe Zela (1989). A pesar de su gran notoriedad, las canciones son muy difíciles de encontrar, quizás en YouTube o en versión pirateada en las calles de Tirana.
Elina Duni Quartet – nacida en Tirana, vive en Suiza desde hace más de veinte años y es una estrella del jazz europeo. Debe su éxito a unos músicos impecables, a su cautivadora voz y su capacidad para revisar las grandes melodías tradicionales y populares del país. Es una buena manera de descubrir la música albanesa. Sus tres álbumes se encuentran fácilmente: Baresha (MetaRecords), Lume, Lume (Meta Records) y Matanë Malit (ECM/Universal).
Pintura y artes gráficas
Artes religiosas – Los fundamentos de la expresión pictórica albanesa se remontan a la gran tradición bizantina de la pintura de iconos y frescos religiosos. Empieza a surgir una expresión más local, a partir del siglo XII, con la influencia de la escuela cretense y de los grandes talleres de Ohrid y Kastoria. Finalmente, en el siglo XVI, con el gran Onufri, el «Miguel Ángel de los Balcanes», nace la escuela de Berati con una dinastía de pintores de iconos y frescos que dura hasta el siglo XVIII. Un segundo grupo toma el relevo, el de Korça y Moscopole con David Selenica y los hermanos Zografi. Los autores de las decoraciones de las primeras mezquitas en los siglos XV-XVI se han mantenido en el anonimato. Pero se podría pensar que algunos pintores cristianos colaboraron en estos trabajos, como ocurrió en otras regiones de los Balcanes. Los iconos más preciosos se conservan en el Museo Nacional de Iconos Onufri (Berati), en el Museo Nacional de Historia (Tirana) y en el fantástico Museo Nacional de Arte Medieval (Korça).
Expresiones modernas – A pesar de esta profusión, la pintura profana albanesa solo aparece a finales del siglo XIX. Nace con Kolë Idromeno (1860-1939), considerado todavía hoy como el mejor pintor contemporáneo del país. Está fuertemente influenciado por el estudio Marubi, primer taller de fotografía albanesa creado en 1856 en Shkodra, su ciudad natal. Él mismo es también, fotógrafo famoso por sus retratos, tanto realistas como interioristas. El más célebre es Motra Tone (Nuestra hermana), a veces llamada la Gioconda albanesa. La primera mitad del siglo XX está marcada por la obra del pintor impresionista Vangjush Mio (1891-1957). Con la llegada del comunismo, los pintores se someten a los encargos del Estado y a la «moda» del realismo socialista importado de la URSS. Esto no evitará talentos como Sali Shijaku (nacido en 1933) y, nuestro favorito, Bajram Mata (nacido en 1942). Algunas de sus obras, así como las de Idromeno y Mio, se encuentran en la Galería Nacional de Arte, en Tirana. Korça cuenta con un museo dedicado a Vangjush Mio.
Escultura
Desde la Edad Media, Albania ha estado marcada por una larga tradición de iconostasios en madera en las islas ortodoxas. Vio florecer un movimiento de arte escultórico en bronce, con la Rilindja Kombëtare («Renacimiento nacional»). A finales del siglo XIX, Murad Toptani (1866-1917) trabajó en temas patrióticos, incluidos los bustos de Skanderbeg. El movimiento creció en el siglo XX, bajo el gran Odhise Paskali (1903-1989). El artista colaboró en primer lugar con el régimen del rey Zog (Combatiente albanés en Korça en 1932, Skanderbeg en Kukës en 1932) y participó después en el fastuoso periodo comunista, destacando la monumental estatua ecuestre de Skanderbeg (1968), en Tirana, que diseñó con Andrea Mano y Janaq Paço. Los artistas albaneses se vieron influenciados por el estilo de realismo socialista. El país está lleno de estatuas de bronce u hormigón de Lenin y de Enver Hoxha (en gran parte destruidas al final de la dictadura), pero también de otras erigidas en memoria de los héroes de la independencia y de los partisanos (en su mayoría se conservan). Entre estas últimas, destaca la estatua del líder independentista kosovar Isa Boletini por Shaban Hadëri (1928-2010), en Shkodra en 1986.
Teatro
El nombre más famoso del teatro albanés es Alexander Moissi (1879-1935). Nacido en Austria de un padre albanés de Dürresii, ha experimentó una brillante carrera de actor en los años 1920-1930 en Italia, Rusia y Francia. El teatro albanés como tal, solo empezó a existir bajo la dictadura comunista. El teatro nacional, creado en 1944, se basa, en primer lugar, en autores y directores extranjeros, principalmente yugoslavos. Fue en los años 1950, cuando la dramaturgia despegó realmente. En la década de 1960, el regreso de los estudiantes albaneses formados en la Unión Soviética representó un nuevo impulso. Si bien la creación está marcada en gran medida por la ideología comunista, algunos autores muestran originalidad, como Ruzhdi Pulaha y Piro Mani. Hoy, a pesar de la falta de financiación y de una audiencia poco numerosa, el teatro nacional sigue manteniendo una compañía profesional.
Coucouzèle, o más cercano, el compositor y pianista concertista franco-albanés Genc Tukiçi. Este último, nacido en 1970, escribió y puso música, en 2012, al Himno a la Madre Teresa y —nadie es perfecto— fue elegido en 2016, para representar a Albania en Eurovisión.
