Amor apasionado - Princesa de incognito. Victoria Pade

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Amor apasionado - Princesa de incognito - Victoria Pade страница 14

Amor apasionado - Princesa de incognito - Victoria Pade Omnibus Julia

Скачать книгу

Y me encantaría probar algunas de las cosas que vi en la exposición.

      —Magnífico. Ven cuando tengas un rato libre y te enseñaré la casa, habitación por habitación, para que te hagas una idea más clara de lo que hay que hacer —propuso—. Así podrás hacerme un presupuesto.

      —Me parece bien —dijo, antes de echar otro trago de cerveza—. ¿Quiere eso decir que piensas quedarte en Northbridge?

      —Francamente, no lo sé.

      Wyatt lo dijo mirando a Neily. Esa noche estaba impresionante. Se había dejado el pelo suelto y su cara de porcelana era tan bella que no podía borrarla de su pensamiento. Llevaba unos pantalones tan ajustados que debería haber sido ciego para no fijarse en sus curvas, y una blusa blanca y transparente sobre una camiseta del mismo color que lo estaba volviendo loco.

      Parecía encontrarse en su elemento entre la gente. Sonreía, reía, sus ojos azul metálico brillaban y él buscaba una y otra vez alguna excusa para acercarse. Pero ahora estaba hablando con Noah sobre la posibilidad de quedarse allí.

      —Las cosas están en el aire —continuó—. En cierto modo depende de Neily, puesto que es la asistente social encargada de mi abuela.

      —No te preocupes por Neily. Es una gran profesional —afirmó Noah—. Crecimos juntos… de hecho, fuimos juntos al colegio.

      —¿Y cómo es con las familias que investiga? ¿Muy dura?

      —Sólo cuando tiene que serlo —contestó—. Pero es justa.

      Wyatt asintió y preguntó, para su propia sorpresa:

      —¿Sabes si está saliendo con alguien?

      —Tengo entendido que no. ¿Por qué lo preguntas? ¿Te interesa?

      —Es simple curiosidad —respondió con demasiado apresuramiento—. Me extraña que nadie le haya echado el ojo…

      —¿A Neily? —preguntó, extrañado—. Bueno, es que Neily es Neily. Una chica genial, pero…

      Wyatt no dijo nada. Noah se encogió de hombros y continuó:

      —En fin, supongo yo no la puedo mirar de esa forma. La conozco desde siempre. Es como si fuera una de mis hermanas.

      En ese momento, Noah se terminó la cerveza y Wyatt vio la ocasión que estaba buscando para interrumpir la conversación.

      —Iré a buscarte otra —afirmó, para impedir que Noah rechazara la oferta.

      Al pasar junto a Neily, notó la colonia que se había puesto y tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no hundir la cabeza en la curva de su hombro y aspirar. Aquella mujer le gustaba demasiado. Tanto, que la noche anterior había estado a punto de besarla. Y no había besado a nadie desde Mikayla.

      No entendía lo que le estaba pasando. Tras el fallecimiento de su esposa, se había llegado a convencer de que ninguna mujer volvería a despertar su interés. Además, Neily era la asistente social que debía juzgar si él y su familia eran adecuados para cuidar de Theresa.

      No debía cometer el error de besarla. No podía mantener una relación con ella. Lo único razonable que cabía en esas circunstancias era resistirse a sus deseos y no cruzar en ningún momento la línea.

      Wyatt se conocía bien y sabía que lo que sentía por ella se parecía mucho a lo que había sentido por Mikayla cuando la conoció. Si seguían adelante, aquello no sería una simple aventura romántica. Podía convertirse en algo muy serio, en algo que no se podía permitir, en algo a lo que no se podía arriesgar.

      Decidió que si para mantener las distancias necesitaba recordarse el infierno que había sufrido tras la muerte de Mikayla, lo haría.

      A fin de cuentas, aunque el recuerdo del dolor fuera leve a esas alturas, la pérdida real había sido tan terrible que haría cualquier cosa por evitarse otra situación parecida.

      Aquella noche, cuando Neily encontró a Wyatt en la cocina, dijo:

      —Tú lavas y yo seco.

      —Gracias, pero Mary Pat…

      —Mary Pat se ido a dormir. Le duele la cabeza y le he dicho que yo me encargaría de todo —explicó.

      Neily no tenía intención de quedarse en la casa después de que se marcharan los invitados. De hecho, planeaba marcharse antes para evitar la posibilidad de quedarse a solas con Wyatt y volver a sentir la tentación de besarlo.

      Precisamente por eso había subido a ver a Theresa. Pero la visita que suponía breve se alargó demasiado porque la anciana se empeñó en que le contara quién estaba en la casa y qué estaban haciendo, a pesar de su negativa a bajar a saludar.

      Después, cuando por fin terminó de contestar a todas sus preguntas, se cruzó con Mary Pat. La enfermera se encontraba mal y se le notaba, pero pretendía bajar de todas formas para echar una mano a Wyatt con la limpieza. Neily no pudo permitirlo y la situación terminó allí, en la cocina y a solas con él.

      Sin embargo, intentó tranquilizarse. Se limitaría a secar unos cuantos cacharros y luego le daría las buenas noches y se marcharía a casa.

      —Yo puedo ocuparme de todo —aseguró él.

      Neily sacudió la cabeza.

      —Será más rápido y más fácil si lo hacemos entre los dos. Y como tú ya te has remangado, lo lógico es que laves y yo seque.

      —Está bien, gracias…

      Las mangas enrrolladas a las que Neily se refería eran de su camisa de color azul cielo, combinada con unos pantalones caqui. Tenía un trasero tan bonito y unos brazos tan sexys que no pudo evitar admirarlo.

      —Ha sido una gran fiesta —comentó ella, para quitárselo de la cabeza.

      —Eso espero. Si estuviera en mi casa, habría organizado algo más llamativo… pero un lugar que llevaba varias décadas deshabitado tiene limitaciones evidentes.

      —Descuida, la gente de Northbridge no es dada a excesos de elegancia.

      —Pero sí a relacionarse entre ellos. Todos se conocían.

      —Claro, es una localidad pequeña.

      —Cuando llegué a Northbridge, me pregunté si sería un típico pueblo agradable y pintoresco o uno endogámico y lleno de enemistades enquistadas. Hasta ahora, parece lo primero… ¿O es que la endogamia y los odios están entre bastidores?

      Neily se rió.

      —Los odios, sí, pero la endogamia la practicamos a cara descubierta —bromeó—. No, ya en serio… Northbridge sólo es una localidad pequeña que antes vivía del campo. Somos exactamente lo que ves.

      —Pues esta noche he visto unos cuantos Pratt… ¿Sois siete en total?

      —Ocho. ¿Te acuerdas de Karis? Es la que está casada con Luke Walker. La has conocido esta noche… es mi hermanastra.

      —¿Hermanastra?

Скачать книгу