A todo ritmo. Jessa James

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tipo de alcohol que a ella se le pudiera ocurrir.

      Serena había recorrido la casa después de perder a Mary en la pista de baile, ella admiraba las ropas espectaculares que utilizaban todas estas hermosas personas. Su boca se secó un poco mientras miraba toda la ropa de diseñador que la rodeaba.

      Los hombres y las mujeres vestían de forma impresionante.

      Serena había visto a una chica con un vestido que, según su conocimiento, solo estaría disponible en las tiendas de diseñadores exclusivos el próximo mes.

      Mientras se maravillaba con las ropas de diseñador de los asistentes, ella se chocó con una pared. De verdad esperaba que nadie lo hubiera notado. Afortunadamente, ella estaba fuera del área principal de la fiesta y se había mantenido en áreas menos pobladas.

      Sin embargo, esta pared parecía oler muy bien. Y parecía haberse… movido un poco al impacto…

      Se dio cuenta de que no era una pared, era un hombre. Un hombre con los ojos más verdes que haya visto, un suave cabello negro que le caía hasta los hombros y una cara que la… uh, que la miraba con una mezcla de preocupación y un poco de irritación.

      Serena podía sentir el calor llenando sus mejillas y encendiendo su cara mientras se sonrojaba como una completa idiota y se congelaba en el lugar.

      “Lo siento mucho, no estaba prestando atención. Estaba caminando sin ver. Lo siento mucho. ¿Estás bien?”

      La irritación en su cara dio lugar a algo más, o al menos ella lo pensó así. ¿Serena no conocía a este hombre de ningún lugar, así que quién era ella para analizar sus expresiones faciales?

      “Sí, estoy bien. ¿Tú lo estás?” preguntó él en la voz más profunda y melódica que haya escuchado. Ahora que tuvo la oportunidad de verlo por un segundo, ella pensó que lucía algo familiar. ¿Se habían conocido antes?

      “Sí, estoy bien. Lo siento mucho. No conozco a nadie aquí. Mis amigas desaparecieron en la piscina y en la pista de baile y yo estaba admirando lo que todos están vistiendo e intentando un lugar donde…” Serena se detuvo entonces, dándose cuenta de que estaba hablando demasiado y que él definitivamente no estaría interesado en lo que ella estaba haciendo.

      “No conoces a nadie aquí, ¿huh?” Él parecía estarse divirtiendo. Y de nuevo lo estaba haciendo, analizando las expresiones faciales de un extraño. Idiota. Él parecía haber enfatizado la palabra “nadie” y se dio cuenta de que había mencionado en la misma oración que había perdido a sus tres amigas. Así que técnicamente sí conocía a alguien. A tres personas para ser exactos.

      “Uh, lo siento. Quería decir que no conozco a nadie más que mis tres amigas desaparecidas.”

      “¿En serio?”

      “Sip. Y logré perderlas a las tres a solo treinta segundos después de llegar aquí. Soy Serena, por cierto. Lo siento de nuevo. Miraré por donde camino de ahora en adelante. Tal vez me quede en alguna esquina hasta que mis amigas me encuentren y no causarle daño a alguien más”, Serena continuó hablando.

      “Rhys. Encantado de conocerte. Serena, ¿cierto?” Él parecía estar esperando algo, aunque ella no sabía qué, así que ella solo asintió para confirmar su nombre.

      “¿Cómo terminaste aquí, Serena? No pareces el tipo de chica que usualmente termina en estas fiestas.” Rhys estiró su mano hacia ella y Serena la sacudió automáticamente.

      Probablemente debería haberse sentido insultada por su insinuación sobre el tipo de chica que era, pero no lo hizo.

      Todo su cuerpo estaba concentrado en la mano cálida que tocaba la suya y la sensación que se estaba esparciendo como un incendio por todo su cuerpo. Aunque ella no vio ningunas chispas cuando se tocaron sus manos, al menos ella comprendía finalmente la analogía.

      “Encantada de conocerte, Rhys.” Serena se recordó a sí misma de dejar de mirar esos ojos hipnotizantes, su fuerte mandíbula, las líneas negras de tatuajes que desaparecían debajo de su camisa negra de cuello en V…

      “Entonces”, Serena soltó su mano y se forzó a detener su inspección casi pervertida. “¿Cómo terminaste aquí?”

      “Me gusta pasear por ahí”, contestó él con una sonrisa curiosa en su cara. Una sonrisa que podría bajarle las bragas en diez segundos a cualquiera de las chicas hermosas que había en la fiesta. Tal vez ella no era una de las personas hermosas de la fiesta, pero sus bragas sí estaban listas para bajarse. Patético, pensó Serena.

      “De acuerdo, señor que pasea. ¿Cómo es esta banda? En tu capacidad oficial de alguien que pasea, ¿son ellos tan buenos como parecen? ¿Y si esta es su fiesta, dónde están?”

      Esta vez él soltó una risa sincera antes de responder, “Creo que son buenos. ¿Entonces no eres una fanática?”

      “En realidad no. Bueno, no lo creo. Escuché música clásica en su mayoría mientras crecía. Últimamente he estado escuchando algo de pop, pero todavía no he comenzado a escuchar rock.”

      Él se volvió a reír. Aunque ella no estaba segura de por qué se estaba riendo, ella quería descubrirlo y hacerlo reír lo más que pudiera por la mayor cantidad de tiempo posible. Serena estaba segura de que no había algo mejor que ver o escuchar en cualquier otro lugar o planeta que la risa de este hombre.

      “De acuerdo, si quieres saber si Misery es tan bueno como parece, ven conmigo.” Él la agarró de la mano sin esperar su respuesta y la llevó por la escalera, todavía riéndose mientras subían al piso de arriba. Serena se emocionó un poco al volver a sentir esa sensación en su cuerpo cuando él volvió a tomar su mano.

      Aquí arriba era más silencioso, pero todavía había algunas personas caminando por el segundo piso. Los sonidos que salían de algunas de las habitaciones que pasaron le dieron una buena idea de dónde estaba la banda. Él no dudó mientras la llevaba con confianza hasta el tercer piso.

      Una vez ahí, él la llevó hacia la puerta al final del pasillo. Ahora solo estaban los dos. “¿Estás seguro de que podemos estar aquí?” preguntó Serena escéptica.

      “Sí, claro, estos chicos son… mis amigos.” Su cara tenía una expresión divertida mientras murmuraba las palabras.

      Él atravesó la puerta que había abierto como si fuera el dueño y ella lo siguió hasta una habitación pequeña y poco decorada.

      Él parecía lo suficiente confiado como para subir y nadie lo había detenido o cuestionado, así que ella supuso que estaba bien estar aquí. Aunque Serena sentía que estaba invadiendo la privacidad de alguien.

      Serena miró alrededor con curiosidad. La habitación tenía paredes de vidrio en dos lados, revelando una vista que la dejó sin respiración.

      Además de la puerta por la que habían entrado, había otra puerta cerrada que parecía llevar a una habitación adjunta detrás de esta. La habitación estaba decorada con una alfombra gruesa, un par de sofás, una mesita de café, un sistema de sonido que parecía de última generación y muchas pelotas de papel cubriendo la mayoría de las superficies.

      Él la estaba mirando mientras ella admiraba la habitación y se maravillaba con las vistas, pero para cuando ella volvió a mirarlo, él estaba tocando el sistema de sonido.

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