Foucault y el liberalismo. Luis Diego Fernández

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Foucault y el liberalismo - Luis Diego Fernández

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llamar la atención sobre la importancia de la actualidad en la reflexión del filósofo sobre la cuestión liberal, no por azar las décadas del setenta y ochenta serán los momentos de ascenso de las teorías críticas del estatismo.

      Ahora bien, si el Estado es, como definió el propio autor, “una peripecia de la gubernamentalidad”, la cuestión indispensable será delimitar que es lo que el filósofo entiende por “gubernamentalidad”. Esta será definida desde tres ámbitos: las instituciones y procedimientos que tienen por blanco la población, por ende, la economía política y la seguridad como instrumentos técnicos para tal fin; en segundo lugar, el poder entendido como “gobierno” por sobre otras formas de poder como disciplina o soberanía y los dispositivos gubernamentales que esta modalidad de gobierno dispone; finalmente, el proceso histórico en el cual el Estado medieval se “gubernamentalizó” a partir de los siglos XV y XVI, es decir, la progresiva conversión de una racionalidad de gobierno a otra que será la liberal. Sin embargo, en 1982 Foucault dará otra definición de “gubernamentalidad” que complementa la anterior:

      Mientras que la teoría del poder político como institución se refiere por lo común a una concepción jurídica del sujeto de derecho, me parece que el análisis de la gubernamentalidad –es decir: el análisis del sujeto de poder como conjunto de relaciones siempre reversibles- debe referirse a una ética del sujeto definido por la relación de sí consigo. Lo cual quiere decir, simplemente, que, en el tipo de análisis que trato de proponerles desde hace cierto tiempo, podrán ver que: relaciones de poder-gubernamentalidad-gobierno de sí y de los otros-relación de sí consigo, constituyen una cadena, una trama, y que es ahí, en torno a estas nociones, que debemos poder articular, creo, la cuestión de la política y la cuestión de la ética. (Foucault, 2002: 247).

      Lo que define nuestro filósofo entre 1977 y 1982 es un cuadro programático que hace eje en la gubernamentalidad en la primera definición desligando al Estado (solo una “peripecia” de la gubernamentalidad) de la hegemonía analítica pero sin embargo dando cuenta de esta “peripecia” en su plano institucional que tiene como blanco a la población a través de la economía y la seguridad; en la segunda definición este mirada se amplía también a la relación del sujeto consigo mismo; vale decir, es necesario pensar la gubernamentalidad al mismo tiempo como un movimiento político y ético: el gobierno de los otros y el gobierno de sí, la conducción de conductas y el autodominio.

      Aclarado el marco conceptual de Foucault la propuesta del filósofo será realizar un análisis de la gubernamentalidad liberal en los siglos XVIII y XX. No se tratará de una historia del liberalismo sino una serie de problematizaciones que toman como eje esta fobia anti-estatista restringida a la racionalidad liberal emergente. Foucault se formula la siguiente pregunta: “¿Cómo se presenta la programación liberal o, como suele decirse, neoliberal en nuestra época?”. (Foucault, 2008: 97). Allí se sitúan ciertos puntos que resultarán claves históricas: por un lado, el anclaje en la República de Weimar, la crisis de 1929, el desarrollo del nazismo, su caída y la reconstrucción de posguerra; por otro lado, la situación estadounidense que refiere la política del New Deal, la administración de Roosevelt, el cuestionamiento del intervencionismo federal así como los programas de asistencia particular de Truman, Kennedy y Johnson.

      Ese recorte que realiza Foucault (nazismo y New Deal) es en gran medida el articulador de los elementos fundantes para una genealogía del neoliberalismo que realizará de manera consecutiva en las lecciones del curso. La dinámica de la intervención a partir de esas políticas nacionalsocialistas y bienestaristas situan también un adversario teórico como John Maynard Keynes al interior del corpus que se tomará en consideración.

      Partiendo del caso alemán Foucault focaliza en el año 1948 como el punto de inicio a fin de comprender el liberalismo en su presente de fines de la década del setenta. La reconstrucción por medio de la economía que debía llevar a la pacificación luego de la Segunda Guerra Mundial estuvo motorizada por el CNR (Consejo Nacional de la Resistencia) que se había formado para unificar los movimientos enemigos al eje. Foucault cita el discurso que el futuro Canciller de Alemania Federal Ludwig Erhard realizará el 21 de abril de 1948 ante la Asamblea de Fráncfort como la génesis del llamado “milagro alemán”. En esta intervención el político alemán articula los principios de la liberación de precios en particular y la liberalización de la economía de restricciones estatales en general. Esto implica una crítica al intervencionismo como principio no solo en Alemania sino válido para toda la Europa de posguerra y, a la vez, un cuestionamiento de la anarquía.

      Foucault se vale como principales referencias bibliográficas de tres textos para pensar el caso alemán con los cuáles realizará contrapuntos y menciones a largo de todo el curso: La pensée économique libérale dans l’Allemagne contemporaine de François Bilger (1964), L’Experience néolibérale allemande dans le contexte international des idées de Pierre-André Kunz (1962) y La Politique économique de l’Allemagne occidentale de Jean François-Poncet (1970).

      La hipótesis de Foucault será que el discurso de Erhard opera como una piedra fundacional en la historia de la racionalidad de gobierno neoliberal. Se tratará de delimitar esta refundación del Estado alemán a partir de una nueva programación o bien “gubernamentalidad” que tiene como motor el principio de la libertad de los precios en un marco mayor: un Estado fundado en la libertad económica. En la lección cuarta de Nacimiento de la biopolítica sostiene Foucault:

      De hecho, cuando Ludwig Erhard dice que sólo un Estado que reconoce la libertad económica y, por consiguiente, da cabida a la libertad y las responsabilidades de los individuos puede hablar en nombre del pueblo, también quiere decir, me parece, lo siguiente. En el fondo, señala Erhard, en el estado actual de las cosas –esto es, en 1948, antes de la reconstrucción del Estado alemán, de la constitución de los Estados alemanes- no es posible, desde luego, reivindicar una Alemania que no está reconstruida y un Estado alemán que es preciso reconstruir, derechos históricos que la historia misma ha declarado caducos. No es posible reivindicar una legitimidad jurídica, en la medida en que no hay aparato, no hay consenso, no hay voluntad colectiva. (Foucault, 2008: 104).

      Por lo tanto, el neoliberalismo de acuerdo a la mirada foucaultiana, emerge a partir de la imposibilidad de reivindicar un Estado luego del nazismo. Más adelante señala Foucault: “La institución de la libertad económica podrá funcionar de alguna manera como un propulsor, como un incentivo para la formación de una soberanía política”. (Foucault, 2008: 105). No hay soberanía sin libertad económica. Esa premisa será también uno de los puntos de diferencia de la gubernamentalidad del siglo XVIII con respecto a lo planteado por los neoliberales alemanes en el siglo XX. No es menor, señala Foucault, el origen disímil de ambas racionalidades, la liberal y la neoliberal:

      Y si es verdad que nos mantenemos en una gubernamentalidad de tipo liberal, advertirán qué desplazamiento se produjo con respecto a lo que era el liberalismo programado por los fisiócratas, por Turgot, por los economistas del siglo XVIII, cuyo problema era exactamente opuesto, porque en ese siglo debían resolver la siguiente tarea: sea un Estado que existe, un Estado legítimo, un Estado que funciona ya en el estilo de plenitud, de la completitud administrativa bajo la forma de Estado de policía. El problema era: dado este Estado, ¿cómo vamos a poder limitarlo y, sobre todo, a dejar lugar a la necesaria libertad económica dentro de ese Estado existente? Pues bien, los alemanes tenían que resolver el problema exactamente opuesto. Dado un Estado inexistente, ¿cómo hacerlo existir a partir del espacio no estatal que es el de una libertad económica? (Foucault, 2008: 109).

      Vale decir, el principio gubernamental sobre el que se edificó la racionalidad liberal del siglo XVIII fue un Estado despótico proveniente del feudalismo que había que limitar o restringir, esto es, un fuerte estatismo previo. En el caso del neoliberalismo del siglo XX, en particular del alemán, el comienzo por

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