El dispositivo del Hospital de Día en Adicciones. Alberto Trimboli
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En efecto, nuestro dispositivo mantiene una estrecha relación con diferentes servicios del mismo hospital (obstetricia, clínica médica, traumatología, laboratorio, infectología, neurología, entre otros) y con diversos organismos sociales y de salud que se encuentran fuera de la estructura hospitalaria.
Así pues, establecemos relación permanente con instituciones del área social para tramitar variadas necesidades que pudieran surgir durante el tratamiento: subsidios para vivienda, cursos de capacitación laboral o cualquier otra necesitad, según surja de cada caso en particular.
También mantenemos relación con organizaciones de la sociedad civil y con empresas o cooperativas de inclusión sociolaboral, con las que emprendemos trabajos de prevención o de reducción de daños, entre otros.
Asimismo, existe una muy fluida relación con el Órgano de Revisión de la Ley Nacional de Salud Mental, la Unidad de Letrados del art. 22 y otros organismos de defensa de los derechos de los usuarios de los servicios de salud mental.
La organización
El dispositivo está integrado por un equipo interdisciplinario de profesionales que interviene, fundamentalmente, desde una clínica inclusiva y con perspectiva de derechos. Para que un dispositivo tan amplio y complejo funcione en forma articulada y con objetivos comunes, es necesario establecer canales de discusión y debate entre los integrantes del equipo. También es importante fijar diferentes responsabilidades.
En ese contexto, la reunión de equipo semanal es fundamental: en ella se discuten los casos más complejos, la incorporación de nuevos pacientes, las dificultades en algún sector y también los aspectos netamente organizativos, como licencias y reemplazos temporarios de profesionales, elaboración de trabajos de investigación o participación en cursos o actividades científicas, entre otros.
Como se verá a lo largo del libro y ya he mencionado, la orientación teórica de los miembros del equipo es respetada. La mía, particularmente, es psicoanalítica, al igual que la de muchos profesionales que integran el equipo, pero hay otros miembros del mismo cuya orientación es cognitiva y sistémica. Es decir que tratamos de elegir las herramientas terapéuticas más valiosas de cada orientación para llevar a cabo nuestra tarea.
Criterios de admisión y de exclusión
Si este libro hubiera sido escrito al comienzo de nuestra experiencia, seguramente el desarrollo de este punto ocuparía varias páginas. Pero, con el correr del tiempo, prácticamente no existen criterios de admisión ni de exclusión en el Hospital de Día. En efecto, para que una persona sea incluida al dispositivo, no es necesario que deje de consumir antes de iniciar tratamiento; tampoco que tenga una familia que lo contenga y participe del proceso terapéutico, ni es motivo de exclusión que haya tenido problemas con la justicia o que sufra un padecimiento mental grave (lo que se conoce comúnmente como un paciente dual). De igual modo, no existe un criterio de edad mínima ni máxima para ser incluido en el dispositivo; depende del perfil del grupo de ese momento histórico.
En cuanto a los criterios de exclusión del Hospital de Día, sucede algo parecido a lo de los de admisión. Solo podemos enumerar básicamente dos criterios claros de exclusión: que el paciente presente características psicopáticas muy marcadas o que tenga un padecimiento mental grave no compensado. Como se verá, con esto lo que se pretende es preservar al grupo de pacientes, ya que, según nuestra experiencia, cuando ingresan pacientes con esas características ese hecho influye negativamente en la dinámica grupal y en el desarrollo normal del proceso terapéutico, poniendo en riesgo a los demás. Si se presentan pacientes de estas características que por las mismas no tienen la indicación de ser incluidos en el dispositivo del Hospital de Día, les ofrecemos otro abordaje, como puede ser psicoterapia individual o psiquiátrica.
La dinámica del dispositivo del Hospital de Día para pacientes con consumo problemático de drogas
El ingreso a este dispositivo sigue los siguientes pasos:
1. Solicitud del turno para entrevista de admisión. El interesado puede solicitar un turno personalmente o en forma telefónica. Si bien la experiencia demuestra que muchas de las personas que piden turno por teléfono luego no concurren, creemos que mantener abierta esa posibilidad facilita el acceso al derecho a la salud. Otra modalidad implementada más recientemente es la denominada admisión por demanda espontánea, a la que haremos referencia más adelante.
2. Entrevista de admisión. Una vez obtenido el turno, se realiza la entrevista de admisión individual en el día fijado y luego, si el paciente acepta, se efectúan entrevistas familiares y/o vinculares. A veces es necesario llevar a cabo más de un encuentro.
Un factor de suma importancia es que todas y cada una de las entrevistas en las que se incluya a la familia o allegados se realicen en presencia del paciente. Esto le dará a él y a su familia una señal clara en el sentido de que durante el proceso terapéutico no habrá ningún secreto y que todo lo relacionado con su tratamiento, será conversado con él.
Una vez finalizada/s la/s entrevista/s, se realiza la primera evaluación para la inclusión del paciente en alguna modalidad de tratamiento de las que ofrece el servicio.
En caso de ser necesario, se aconsejará la interconsulta con otros servicios y/o especialidades del hospital (Clínica Médica, Infectología, Laboratorio, Neurología, etcétera). Eventualmente, en lugar de la persona con problemas de consumo concurre algún familiar o allegado, refiriendo que el solicitante del turno se negó a concurrir. En ese caso, es importante ofrecerle a ese individuo un espacio de escucha y contención, que puede o no aceptar.
3. Grupo de Admisión/Evaluación. Luego de la/s entrevista/s de admisión, se incluye al paciente en el Grupo de Admisión, al que concurrirá durante un breve lapso, con una frecuencia de dos sesiones semanales. Allí, entre otras cosas, se profundizará la evaluación iniciada en la entrevista de admisión para decidir la estrategia terapéutica más adecuada para él. Simultáneamente, la familia asiste con una frecuencia semanal al Grupo de Familiares.
En los casos más complejos, se discute la estrategia terapéutica en la reunión de equipo. En algunas oportunidades, es necesaria la derivación del paciente a una internación breve (cuatro o cinco días, en promedio) para desintoxicación, para que luego reingrese e inicie el tratamiento en nuestro servicio. Esas derivaciones se efectúan al Servicio de Toxicología del Hospital Fernández de la Ciudad de Buenos Aires, ya que el Hospital Álvarez carece de esa especialidad.
Como último recurso, de ser necesario, puede decidirse la internación en la Unidad de Salud Mental de nuestro hospital. En ese caso, la internación será lo más breve posible, pero un poco más prolongada que la se realiza por desintoxicación. Mientras el paciente permanece internado, concurre a diario a las actividades del Hospital de Día y luego vuelve a la sala.
Esta posibilidad de internación en la sala de Salud Mental del hospital es relativamente reciente, ya que en el pasado estaba vedada para los casos de consumos problemáticos.
A partir del ingreso de nuevas generaciones de jóvenes profesionales –psicólogos y psiquiatras– a la sala de internación, comenzó un proceso de cambio positivo, que llevó a un trabajo en conjunto, verdaderamente interdisciplinario y con perspectiva de derechos.
El Grupo de Admisión, el grupo de familiares, el de