El dispositivo del Hospital de Día en Adicciones. Alberto Trimboli
Чтение книги онлайн.
Читать онлайн книгу El dispositivo del Hospital de Día en Adicciones - Alberto Trimboli страница 11
Cronograma de espacios terapéuticos del dispositivo del Hospital de Día
Además, al paciente y a su familia se les brinda psicoterapia individual, familiar o vincular, de acuerdo con el caso.
A los familiares de los pacientes se les ofrece, desde el inicio del tratamiento en el dispositivo, la posibilidad de participar también en el grupo de familiares. Este, como se explicará más adelante, funciona semanalmente.
Los viernes, cada quince días, los espacios de tiempo libre y Taller de Radio son reemplazados por Fútbol (se describirán detalladamente en otros capítulos).
Además, solo para los pacientes de Hospital de Día, funciona quincenalmente el grupo terapéutico multifamiliar.
El trabajo es interdisciplinario, con la participación dentro del equipo de diferentes profesionales de la Salud Mental: psiquiatras, psicólogos, musicoterapeutas, trabajadores sociales y terapistas ocupacionales. Asimismo, fuera del equipo, el paciente, de ser necesario, es tratado por la totalidad de las especialidades que componen un hospital general, del que hablaremos en otro capítulo.
Este Hospital de Día crea un ambiente terapéutico. Los pacientes permanecen allí varias horas a diario y se genera un clima socioasistencial en un marco que contribuye a la naturalización del intercambio social con “los otros”, permitiendo la inclusión a un sistema, el sanitario, que históricamente los ha excluido y discriminado.
A lo largo de esta obra, recorreremos la mayoría de los espacios terapéuticos, y conoceremos su funcionamiento y articulación.
Bibliografía
Agamben, G. (2015). ¿Qué es un dispositivo? Barcelona: Anagrama.
Bartolomé Ruiz, C. M. M. (2014). Los dispositivos de seguridad y la excepción biopolitica. En R. Susín Betrán y M. J. Bernuz Beneitez, Seguridad (es) y derechos inciertos. Zaragoza: Editorial Prensas Universidad de Zaragoza, p. 175.
Basaglia, F. y Basaglia Ongaro, F. (1973). La mayoría marginada: la ideología del control social. Vol. 16. Roma: Laia, p. 16.
Benjamin, J. (1988). Los lazos de amor: psicoanálisis, feminismo y el problema de la dominación. Barcelona: Paidós.
Benjamin, J. (1995). Like Subjects, Love Objects. Yale: Yale Univ. Press.
Benjamin, J. (1997). Sujetos iguales, objetos de amor. Buenos Aires: Paidós.
Foucault, M. (1981). Vigilar y castigar. El nacimiento de la prisión. México: Siglo XXI.
Foucault, M. (1991). El juego de Michel Foucault. En M. Foucault, Saber y verdad. Madrid: La Piqueta, pp. 127-162.
Foucault, M. (1999). Estética, ética y hermenéutica. Buenos Aires: Paidós, p. 196.
Foucault, M. (2008). Seguridad, territorio, población. Madrid: Akal, p. 116.
Galli, V. (2015). Prólogo. En F. Rotelli, Vivir sin manicomios: La experiencia de Trieste. Buenos Aires: Topia.
Susín Betrán, R. y Bernuz Beneitez, M. J. (2014). Seguridad (es) y derechos inciertos. Zaragoza: Editorial Prensas Universidad de Zaragoza.
Capítulo 2
La admisión en el Grupo de Trabajo de Adicciones
Jerónimo Grondona, Fabiana P. Santos y Karina Elalle
¿Qué circunstancias propician que, dentro de un servicio de Salud Mental en un Hospital General, exista un Grupo de Trabajo específico de Adicciones?
La separación de los consumos de otras problemáticas ya aporta un dato importante: el espacio que ocupan los usuarios de sustancias psicoactivas dentro de los dispositivos de salud es en principio marginal, a pesar de ser un dato de la experiencia que los consumos atraviesan muchos de los tratamientos psicológicos y psiquiátricos.
Se puede inferir que esta división se basa en ciertos criterios profesionales que definirían lo necesario para poder trabajar este tema: sería indispensable “algo más” en relación a la gravedad, la actuación o la inestabilidad supuesta a estos pacientes.
En base a nuestra experiencia podemos decir que, en muchas ocasiones, se reciben pacientes que no fueron admitidos en otros servicios luego de comentar en la primera entrevista el uso de alguna sustancia, o por “blanquear” un consumo al promediar un tratamiento. Ellos son derivados a nuestro equipo con el objeto de atender “esa parte”, su consumo, de manera diferenciada.
Es evidente entonces que se reproduce en la estructura hospitalaria el mismo lugar que la sociedad otorga a las personas con consumos problemáticos de sustancias.
Las entrevistas de admisión
En los servicios de Salud Mental es habitual implementar un dispositivo para admitir a los pacientes: pedir un turno a fin de realizar una o varias entrevistas, efectuar diversas evaluaciones, participar de grupos, etcétera. Son estas las distintas modalidades empleadas para otorgar el ingreso a un determinado tratamiento.
En el Grupo de Trabajo de Adicciones se plantea la admisión como un proceso en que se va construyendo el inicio del tratamiento. El mismo comienza con una o varias entrevistas (las que sean necesarias) para generar un primer acercamiento a la problemática de ese sujeto que llega, al que le suponemos una demanda.
Estas entrevistas se solicitan mediante el pedido de un turno telefónico o presencial con alguno de los profesionales del equipo.
Considerando que en muchas ocasiones las presentaciones lindan con la urgencia, desde hace un tiempo tenemos reservado un día y un horario para realizar una primera entrevista a aquellos que solicitan tratamiento y cuya situación requiere una pronta evaluación.
Esta es otra posibilidad que se brinda a los pacientes de acercarse a un servicio de salud y generar propuestas más accesibles, de acuerdo a la población que recibimos actualmente.
Creemos importante considerar que las oportunidades de solicitar tratamiento se abren en momentos determinados, generadas por situaciones de riesgo o urgencias clínicas y es desde esa posibilidad como también podemos comenzar a trabajar.
El grupo de admisión
Luego de concretadas las entrevistas, se convoca al paciente que ingresa a participar de un espacio grupal. El grupo de admisión no fue concebido como un ahorro de recursos profesionales ni como una especie de prueba o de tiempo de espera antes del tratamiento, sino como un territorio terapéutico de intercambios, un espacio en el que poder armar alguna red que posibilite contención, una puesta en palabras y la oportunidad de subjetivar una decisión sobre qué hacer con los consumos.
Este