Todo triatlón. Jordi Fernández Carmona
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12.Harold Irving, 21:00:38
Antes de la competición, cada participante recibió tres hojas de papel con las reglas de la prueba y la descripción del evento. En letra manuscrita, en la última página, John Collins sentenció: «Swim, 2.4 miles! Bike, 112 miles! Run, 26.2 miles! Brag for the rest of your life!» (‘¡Natación, 2,4 millas! ¡Ciclismo, 112 millas! ¡Carrera a pie, 26,2 millas! ¡Alardeen durante el resto de su vida!’).
Al año siguiente, 1979, sin apenas promocionar el evento, se presentaron 28 atletas, entre los que destacó Lyn Lemaire, una ciclista de Boston, que en 1976 había ganado el National Time Trial Championships al completar las 25 millas en un tiempo récord de 1:00:06,7. Lyn se convirtió, no sin sufrimiento como indican sus más de cinco horas para completar el maratón, en la primera Ironwoman, ya que terminó en sexto lugar de la clasificación general.
Tras esta segunda edición, el Ironman como lo conocemos hoy podría no existir. Collins, quizá motivado por las duras condiciones climatológicas que provocó que solo empezaran quince atletas, además de haber tenido que cambiar la fecha prevista inicialmente, y por el deseo de reunir más participantes para hacer de aquello un buen negocio, pensó en modificar el formato y organizar una prueba por relevos. Pero la suerte quiso, para él y los amantes de este deporte, que un periodista de Sports Illustrated, Barry McDermott, estuviera en la isla para cubrir un torneo de golf que coincidía en fechas con el Ironman. Su artículo debió causar una gran impresión, a juzgar por las diez páginas que la revista dedicó a explicar en qué consistía aquel acontecimiento deportivo. Entonces, durante el año siguiente, cientos de curiosos contactaron con Collins con la intención de participar.
El creciente interés motivó que en 1982 el Ironman tuviese lugar en la isla de Hawái, la mayor pero la menos urbanizada del archipiélago, y en octubre, en vez de en febrero, lo que determinó que aquel año se celebraran dos ediciones.
Pero antes de la edición de octubre de 1982, en la de febrero de aquel mismo año, aconteció algo que se considera crucial en el éxito del Ironman, por las épicas imágenes que ya forman parte de la historia de este deporte, y que no son otras que la llegada de Julie Moss exhausta, arrastrándose, para cruzar la meta en segundo lugar en la clasificación femenina.
Aunque ese tipo de espectáculo en el que la salud del deportista se ve seriamente comprometida no es agradable, y que esa atleta, con formación en fisiología del ejercicio, no supo evitar, resultó que, a pesar de haber sido superada en los últimos metros por Kathleen McCartney, inspiró el mantra de que lo importante era terminar, ser finisher. A mí me gustaría añadir que si bien terminar constituye un éxito, no debería hacerse a cualquier precio, es decir, ni poniendo en riesgo la salud, algo que tristemente veo en demasiadas ocasiones, en algunas alcanzando incluso el dramatismo de la muerte, ni utilizando ningún método insalubre, además de antiético e ilegal, para terminar, como el doping. La cuestión aquí es que ese año se inscribieron mil participantes, el máximo establecido entonces, y que otros mil se apuntaron a un sorteo cuyo premio era tener acceso a más plazas.
El creciente éxito, año tras año, animó a James Gills a comprar la Hawaii Triathlon Corporation, propietaria de la marca Ironman, por 3 millones de dólares, y a crear la World Triathlon Corporation (WTC).
Entonces se imponía una fórmula. Para competir en el Campeonato del Mundo Ironman, y nadar en la bahía de Kailua-Kona, pedalear a través del desierto de lava en dirección a Hawi y volver, y correr la maratón por la costa desde Keauhou hasta Keahole Point y vuelta a Kailua-Kona para acabar en Ali´i Drive en la Big Island, había que clasificarse compitiendo en otras carreras, ya fuera como profesional o como grupo de edad, organizadas por Ironman. A juzgar por el incremento de estas pruebas (en junio de 2015 existían más de 200 triatlones bajo el amparo de Ironman, de los cuales 41 eran de distancia Ironman; 89, half Ironman; 15, 5i50, y 11 sprints), junto con la avalancha de inscritos (más de 200.000 en todas las competiciones organizadas por la marca Iroman), en todo el mundo el éxito ha sido enorme. En el caso de los profesionales, existen 50 plazas para los hombres y 35 para las mujeres, que se consiguen siguiendo un sistema de puntos obtenidos según los resultados en otros Ironman y en algunos medio Ironman, distancia introducida por la franquicia en 2005.
En el año 1989 en Europa, en vistas de la demanda creciente de practicar un deporte tan atractivo como el triatlón, se creó la International Triathlon Union (ITU) en la ciudad francesa de Avignon, organismo que vendría a regular oficialmente el triatlón, el duatlón, el acuatlón y otras modalidades multideportivas, como el triatlón de invierno, y a trabajar para conseguir que el triatlón fuera deporte olímpico. Ese mismo año ya organizó el primer Campeonato del Mundo en Avignon.
En la actualidad, la organización con sede en Lausanne, Suiza, y presidida por la española Marisol Casado, coordina la African Triathlon Union (ATU), con diez federaciones nacionales; la Pan American Triathlon Confederation (PATCO), con 36 federaciones nacionales; la Asian Triathlon Confederation (ASTC), con 22 federaciones nacionales; la European Triathlon Union (ETU), con 43 federaciones nacionales, y la Oceania Triathlon Union (OTU), con ocho federaciones nacionales. Es la responsable de organizar las ITU World Triathlon Series, los ITU Team Triathlon World Championships, los ITU Long Distance Triathlon World Championships, las ITU Triathlon World Cup Series, los ITU Aquathlon World Championships, los ITU Duathlon World Championships, los ITU Winter Triathlon World Championships y los ITU Cross Triathlon World Championships.
El triatlón en los Juegos Olímpicos de Río 2016
En los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, el triatlón se celebró en el área del Fuerte de Copacabana, del 18 al 20 de agosto de 2016. A pesar de que las condiciones meteorológicas, y del lugar, no eran las óptimas para que la carrera fuera tan rápida como en Londres 2012, la entrega de los triatletas hizo que el seguimiento de la misma fuera, como siempre, espectacular.
En esta edición, en la prueba masculina, lo primero destacable fue la ausencia por lesión del pentacampeón del mundo en categoría ITU, Javier Gómez Noya. Su baja facilitó que unos fortísimos hermanos Brownlee —que, disponiendo y aprovechando al máximo todos los recursos económicos, técnicos, humanos y logísticos de su federación, llegaron a la cita en plena forma física— se hicieran con la medalla de oro y la de plata. La medalla de bronce fue para un sorprendente Henri Schoeman, quien supo aprovechar su excelente estado de forma e ir siempre en el grupo de los mejores hasta el inicio de la carrera a pie, sector en el que aguantó, no sin sufrimiento, su posición a pesar de unos extraordinarios Richard Murray y João Pereira, quienes hicieron los mejores parciales en el tercer y decisivo sector, para quedar 4.o y 5.o, respectivamente, a pocos segundos del sudafricano (tabla 1.1). El mejor español fue Mario Mola, quien, desgraciadamente, no pudo sobreponerse al tiempo perdido en la natación, tiempo que lo relegaría al segundo gran grupo en el sector de ciclismo, con lo que le resultaba casi imposible el acceso a los puestos premiados con medalla a pesar de ser uno de los mejores corriendo; aun así, lo intentó hasta el final, esfuerzo que le valió un meritorio diploma olímpico. Fernando Alarza y Vicente Hernández, los otros dos representantes españoles, dieron todo lo que tenían ese día para terminar 18.o y 27.o, respectivamente.
Tabla 1.1. I Clasificación masculina y femenina del triatlón en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro
En cuanto a la prueba femenina, la gran favorita y dominadora absoluta en los últimos dos años, Gwen Jorgensen, no dio ningún tipo de concesiones. La norteamericana midió sus fuerzas y las de sus rivales con suma precisión. Salió con las mejores en el parcial de natación, aguantó con relativa facilidad durante el sector de ciclismo para rematar en la carrera a pie,