La manifestación de la velocidad de desplazamiento en el tenis. David Suárez Rodríguez

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La manifestación de la velocidad de desplazamiento en el tenis - David Suárez Rodríguez Deportes

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desplazamiento.

      •Velocidad media.

      ■Rol de ataque:

      •Juego con colocación de pelota y angulaciones.

      •Puede haber gran potencia e intensidad (golpear la pelota cuando sube).

      •Suele ser profundo.

      •Juego predominantemente «recto».

      •Se está dentro de pista o cerca de la línea.

      •Se puede buscar provocar el fallo del oponente.

      •Se puede buscar que no llegue el oponente.

      •Puede subirse a la red.

      •Puede hacerse dejadas.

      •Poco desplazamiento.

      •Movimientos rápidos con gran frecuencia.

      •Pasos cortos.

      ■Rol de defensa:

      •Juego con colocación de pelota.

      •Variación de alturas para anular al oponente.

      •Se puede jugar con pelotas altas.

      •Habitualmente se juega al centro o cruzado.

      •El jugador está fuera de la pista, hasta más de 2 m.

      •Se busca anular el ataque del oponente, dificultar sus golpes, provocar fallos.

      •Mayores desplazamientos.

      •Elevada velocidad de desplazamiento.

      •Pasos más largos.

      La técnica de los desplazamientos y de las cadenas musculares irá modificándose según la situación del juego: proximidad de la pelota, cambios de dirección, acción lateral, paso cruzado, desplazamiento de frente, enlace con el golpe o lo inesperado de una reacción. Sin embargo, todos estos movimientos tienen algo en común en los deportes en los que se solicitan cambios de dirección, y más aún cuando el grado de sorpresividad puede ser elevado. Se trata de la existencia de una mayor flexión de rodilla con el centro de gravedad más bajo (Tous, 2002). Las reacciones ante golpes inesperados en los que los procesos anticipatorios no hayan sido eficaces, provocarán una recolocación postural y una menor eficacia en la aplicación de fuerzas, o lo que es lo mismo, se soportarán mayores cargas por parte de músculos y articulaciones.

      La ausencia de situaciones de velocidad máxima y sin salida desde posición estática, y la presencia de aceleraciones y desaceleraciones, determinan un comportamiento muscular en el que la fase de impulsión y las acciones excéntricas de frenado tienen una especial relevancia. Si bien en toda carrera explosiva se suceden manifestaciones excéntricas, como en el apoyo, y concéntricas, como en la impulsión, las acciones de contracción excéntricas propias de la fase de desaceleración son especialmente relevantes en el tenis.

      A nivel neuromuscular, los movimientos a alta velocidad con el mayor potencial de acción de las fibras rápidas harán que se active primero la placa motora de la unidades motoras explosivas, modificándose el umbral de reclutamiento (Enoka y Fuglevand, 2001). Las tensiones excéntricas parecen tener un comportamiento neurológico diferente al de tipo concéntrico, propio de las fases de aceleración (Enoka, 1996; Ivanova y cols., 1997). La situación de salida previo salto de parada determinará que, a mayor eficacia en el salto, más grande será la intervención del componente elástico y reflejo de la cadena extensora del tren inferior, formada principalmente por tríceps sural, cuádriceps y aductores, pero también glúteo mayor como potente extensor de cadera, por lo que se logrará una salida más rápida. Esta acción previa de salto deberá tener unas características individuales, pues cada jugador poseerá su altura ideal de caída.

      En la acción de aceleración en la fase de impulso, se produce una intensa activación de los glúteos y cuádriceps, aunque habrá que tener en cuenta que, en muchas ocasiones, la situación de flexión de la cadera no permitirá una intervención de los extensores de la cadera, como el glúteo mayor, de forma tan pronunciada. Esto repercutirá también en la acción extensora de la cadera por parte de los isquiosurales, en su papel como músculos biarticulares que actúan como extensores concéntricos de la cadera, flexor concéntrico de la rodilla en la fase de recogida de la pierna, y en situación excéntrica en la flexión de la rodilla.

      Al haber una fase aérea reducida en relación a si hubiera un período de alta velocidad, se reducirá algo la intervención excéntrica en la flexión de la rodilla. Sin embargo, se producirá una mayor intervención en acciones de estabilidad de la rodilla frente a continuas flexoextensiones. El comportamiento de los isquiosurales también será determinante al tener que relajarse frente a las contracciones de los cuádriceps, pero con mecanismos de enlaces y combinaciones con tensiones excéntricas, para estabilizar la rodilla y frenar en la fase de extensión al ajustar y desacelerar.

      Los aductores tendrán una intervención en la carrera frontal y especialmente en la lateral, con continuas solicitaciones de tensiones excéntricas durante los movimientos de abducción del tren inferior, sobre todo al llegar a pelotas con una cierta dificultad, lo que se acentúa en superficies deslizantes como la tierra batida. Una característica diferencial en la acción de los aductores e isquiosurales durante el juego es la solicitación, en ocasiones en fase excéntrica pero siendo «vencido» por el desplazamiento, produciéndose un estiramiento mientras se hace la fuerza. En otras ocasiones, los isquiosurales, los cuádriceps y también los aductores, actúan en ciclo estiramiento-acortamiento. También es importante la intervención de los músculos con función aductora y abductora, así como del tensor de la fascia lata como importante fijador, para estabilizar los diversos movimientos laterales, de paso cruzado, ajuste y colocación para el golpeo.

      Otros músculos que intervienen solicitados con un mecanismo elástico-reflejo son los tríceps surales. El sóleo actuará de forma frecuente como consecuencia de la continua flexión de rodilla, acompañada en muchas fases, sobre todo en los apoyos previos al golpeo y tras los mismos, por un apoyo plantar que coloca al sóleo en situación de estiramiento. La acción del recto anterior y el psoas como flexores de la cadera tendrá un papel fundamental en la salida y aceleración, si bien en muchas ocasiones no se demandará su intervención máxima, pues en una carrera de 2-4 m si se realiza una explosiva acción máxima de estos músculos se podría producir un exceso de desplazamiento.

      El tronco hará principalmente una función de fijación y estabilización de las fuerzas externas e internas, permitiendo al mismo tiempo trasmitir las tensiones del tren inferior al superior. La cabeza marca los giros y la fuerza surge de los pies. Sin embargo, al correr, al aproximarse al golpe, al ajustar con la pelota, deslizarse y demás acciones explosivas del juego, los brazos tienen un papel fundamental para lograr un impulso añadido, estabilizando y coordinando.

      Podemos observar que se trata de movimientos combinados, con especial relevancia de la frecuencia de movimientos y la fuerza ejecutada en breve espacio de tiempo, seguido de mecanismos de frenada y ajuste, en continua combinación y manteniendo una estructura próxima a la necesaria para ejecutar los posteriores golpes. Al observar el juego, llama especialmente la atención la continua sucesión de cambios de la estructura externa del movimiento, pero también de régimen de tensiones musculares y su relación con los golpes, determinándose la relación directa de la técnica, como no puede ser de otra manera, con la manifestación

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