La manifestación de la velocidad de desplazamiento en el tenis. David Suárez Rodríguez
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Referencias bibliográficas
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CAPÍTULO 3
Carga y principios de la preparación de la velocidad
Adaptaciones y carga de entrenamiento para la velocidad
LA continua búsqueda de un cierto equilibrio por parte del organismo depende de la relación entre el medio externo y el interno, que interaccionan como un todo. Las transformaciones funcionales y estructurales dependen también de la relación entre el medio externo y el interno y de la actividad del propio cuerpo, formando un equilibrio dinámico en continuo cambio en el que la función hace al órgano para que luego este modifique las características de la función. Los organismos complejos tienen una elevada interacción entre estructuras y sistemas, y las modificaciones de los estímulos determinan modificaciones diversas (García Manso, 2005).
Los seres vivos, y de forma más compleja el ser humano, sufren desajustes y desequilibrios de carácter fisiológico y psicológico, produciéndose unos de forma interna y otros al contacto con el medio externo o como reacción a cambios internos previos, no resultando dañinos para el organismo. De hecho, muchos de ellos serán decisivos para provocar procesos adaptativos que mejoren la capacidad de cada individuo. Esta dinámica fue demostrada por Selye en 1936 (Selye, 1936, 1956), mediante su propuesta del síndrome general de adaptación. Esta idea fue la base del entrenamiento que propuso Yakovlev en la década de 1950 (Yakovlev, 1974) a través de los ciclos de sobrecompensación.
Los mecanismos homeostáticos mantienen el equilibrio por la acción de la totalidad de los órganos de una forma inespecífica, al mismo tiempo que las propias células buscan su propio equilibrio interno mediante sus propios procesos y la relación con los diferentes sistemas. Los procesos metabólicos se sitúan constantemente entre un catabolismo o, por el contrario, un anabolismo óptimo adaptándose a los requerimientos del momento.
El sistema nervioso actúa sobre los músculos lisos y estriados y sobre las glándulas endocrinas, mediante una acción antagónica entre sistema simpático y parasimpático. Los órganos encargados de la percepción a nivel tendinoso, muscular y articular, también sufrirán adaptaciones según sean los estímulos, siempre que se repitan suficientemente.
Estos cambios en el ser humano se manifiestan a diversos ritmos, teniendo también los procesos adaptativos al entrenamiento un carácter heterocrónico. Así, se ha observado que las modificaciones encaminadas a las capacidades aeróbicas trascurren muy lentamente, requiriendo de un período de entrenamiento prolongado; también los cambios estructurales de tipo proteico requieren de un proceso prolongado. Sin embargo, parecen conservarse con una cierta facilidad durante períodos también prolongados. Por el contrario, el desarrollo de las capacidades glucolíticas se produce de una forma más rápida pero, al mismo tiempo, manifiestan una mayor dificultad para mantenerse una vez obtenido.
Los efectos adaptativos al entrenamiento que conllevan un mayor esfuerzo y tiempo son los estructurales, las adaptaciones en huesos, articulaciones, y la hipertrofia muscular y cardíaca, si bien el efecto residual puede alargarse luego durante años, especialmente si se mantiene cierto nivel de carga (tabla 3-1).
Los procesos neuromusculares como son la mejora del reclutamiento de las fibras, la fenotipización de las fibras hacia una mayor explosividad, requerirán de un menor tiempo de trabajo y también se perderán con mayor velocidad.
Por último, los procesos nerviosos de ciclo estiramiento-acortamiento, la coordinación intermuscular, que repercutirá en un incremento de la fuerza explosiva, puede producirse en ocasiones en días o semanas, durando igualmente solo unas semanas.
Esto es algo que se debe tener en cuenta a la hora de escoger el tipo de carga predominante durante los diferentes momentos del año, y la distribución cerca de las competiciones de uno u otro tipo de trabajo. Así, no tendría mucho sentido trabajar para lograr mejoras en la potencia aeróbica o en la hipertrofia muscular cuando falta una semana o menos para un partido importante, pues no se producirán adaptaciones relevantes y sí interferencias en los procesos regenerativos y en la mejora de la velocidad, sobre la que sí se puede incidir por otros medios más inmediatos.
Tabla 3–1Aproximación a los períodos de adaptación en una sucesión de cargas y retención de sus efectos
Asincronía adaptativa | ||
Adaptaciones | Efectos residuales | |
Coordinación intermuscular | Días-semanas | Meses |
Coordinación intramuscular | Semanas-meses | Semanas-meses |
Hipertrofia | Semanas-meses | Meses-años |
Cardiorrespiratorio | Meses-años | Meses-años |
Metabólica aeróbica | Semanas | Semanas-meses |
Metabólica anaeróbica | Días-semanas | Días-semanas |
La progresividad de las cargas debe ser también un referente; sin embargo, no debe tener un carácter marcadamente escalonado, si bien es una posibilidad, resultando más interesante, como ya veremos, tener como elementos principales la competición, la complejidad y especificidad de las cargas y la gradualidad.
El análisis mecanicista y biológico