Cuando el fútbol no era el rey. Carles Sirera Miralles
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Para concluir, se debe destacar que el Casino de Cazadores había nacido siete años antes de la Ley de Asociaciones para ofrecer un nuevo marco de sociabilidad promovido por los líderes restauracionistas. Su primera directiva estuvo formada por un grupo de hombres que iniciarían a los pocos años dispares carreras políticas en la Diputación Provincial y el Ayuntamiento, representado tanto a los conservadores como a los liberales y agrupando tras de sí a 400 socios de distinto perfil profesional. Esta entidad canalizaba una arraigada afición al tiro y se configuraba como un interlocutor con el Gobierno Civil para el cumplimiento de las leyes sobre caza y pesca y la concesión de licencias. Su declive a raíz de 1890 es difícil de explicar; pero es probable que perdiese parte de su utilidad como un centro de poder informal en paralelo a la propia administración pública y los incentivos para gestionar colectivamente esta afición disminuyeran, por lo que los participantes se retraerían a una práctica más individual o en grupos pequeños.
1. A. Laborde: Itinerario descriptivo de España y de sus islas y posesiones en el Mediterráneo, Valencia, 1826, p. 90 (ed. facsímil París-Valencia, 1998).
2. I. Frasquet: Valencia en la revolución (1834-1843). Sociabilidad, cultura y ocio, Universitat de València, Valencia, 2002, p. 112.
3. J. M. Settier: Guía del viajero en Valencia, Imp. Salvador Martínez, Valencia, 1866, pp. 308-310. Para los profesores J. Serna y A. Pons, se trataba de lugares frecuentados por personas modestas: J. Serna y A. Pons: La ciudad extensa. La burguesía comercial financiera en la Valencia de mediados del siglo XIX, Diputació de València, Valencia, 1992, p. 239.
4. El Almanaque de «Las Provincias» de 1880, Imp. Doménech, Valencia, p. 134. En la transcripción de textos, se respeta la ortografía original.
5. El Almanaque de «Las Provincias» de 1880, Imp. Doménech, Valencia, pp. 134-135.
6. El Almanaque de «Las Provincias» de 1882, Imp. Doménech, Valencia, p. 223.
7. Ibíd., p. 224.
8. Ibíd., p. 330.
9. El Almanaque de «Las Provincias» de 1914, Imp. Doménech, Valencia, p. 307. T. Llorente Falcó: Memorias de un setentón, vol. II, Federico Doménech, Valencia, 2001, pp. 125-126.
10. R. Reig: Obrers i ciutadans. Blasquisme i moviment obrer, Institució Alfons el Magnànim, Valencia, 1982, pp. 97-126.
11. C. Llombart: Valencia antigua y moderna. Guía de forasteros. La más detallada y completa que se conoce, Pascual Aguilar, 1887, p. 823.
12. El Almanaque de «Las Provincias» de 1904, Imp. Doménech, Valencia, p. 357.
13. AUV, Ex. A. 169/50.
14. F. Doménech: Indicador General de Valencia, Valencia, 1888.
15. J. L. Almunia: Guía Valenciana de Títulos y Honores, Valencia, 1921.
16. El Almanaque de «Las Provincias» de 1907, Imp. Doménech, Valencia, pp. 386-387.
17. La Caza. Periódico oficial del Casino de Cazadores de Valencia 5, Valencia, 1880, p. 20.
18. C. Llombart: Valencia antigua y moderna. Guía de forasteros..., pp. 764-765.
19. F. Almela y Vives: Valencia a comienzos del Siglo XX, Semana Gráfi ca, Valencia, 1964, p. 49.
20. Reproducida en Las Provincias, 23 de enero de 1886.
21. F. Doménech: Indicador General de Valencia, Valencia, 1888.
22. Las Provincias, 23 de enero de 1886.
23. El Mercantil Valenciano, 22 de enero de 1886.
24. Las Provincias, 26 de enero de 1886.
25. El Mercantil Valenciano, 26 de enero de 1886.
26. Ibíd.
27. Las Provincias, 26 de enero de 1886.
28. Ibíd., 28 de enero de 1886.
29. El Mercantil Valenciano, 28 de enero de 1886.
30. El Llauraoret se llamaba Bartolomé Llosá, según F. Almela y Vives: Valencia a comienzos..., p. 48.
31. El Mercantil Valenciano, 4 de febrero de 1886.
32. El Almanaque de «Las Provincias» de 1887, Imp. Doménech, Valencia, p. 314.
33. Las Provincias, 19 de febrero de 1886.
34. C. Llombart: Valencia antigua y moderna. Guía de forasteros..., p. 829.
35. AUV, Ex. A. 1312/0010.