Constelaciones visuales. Alejandro Garay Celeita
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En segundo lugar, la conexión entre el viajero y el otro es uno de los ejes vinculantes de este trabajo. Así, en la segunda sección de la primera parte se pone énfasis en la manera como ese otro fue construido en algunas imágenes. Los retratos escogidos en esta sección dan cuenta de una manera peculiar como estas imágenes están lejos de poder ser leídas bajo un solo concepto. El costumbrismo, por ejemplo, incluye una versión del otro a partir de ciertas convenciones. El otro queda reducido a una lectura que, de la misma manera como el paisaje, es el lugar de lo exótico, de lo indómito, del desposeído, de aquel que no tiene ningún papel activo en la sociedad. En síntesis, esta segunda parte está dedicada al análisis de diversos retratos de campesinos, indios y afrocolombianos que, como imágenes supervivientes, conducen a la pregunta por ciertas fracturas, cortes, sobre su propia alteridad, la manera como se engranan en la misma imagen y por aquello que sobreviene a ellas mismas. Todo ello, en un intento por ir más allá de las convenciones, de las tipologías, de unas prevalencias por el estereotipo, y en la búsqueda por entender que la producción de una mirada del otro permite una nueva relectura tanto del uno (viajero) como del otro (el espacio, las personas).
Una larga segunda parte está dedicada a la visión de los viajeros sobre el territorio que hoy es Colombia. No existe una noción más presente, obsesiva e insistente, y por ello esta segunda parte está dedicada al complejo concepto del paisaje. El tema de la geografía/paisaje/territorio en Colombia es una de las nociones más transcendentales en su historia. Esta mirada está lejos de ser ingenua y se engranó perfectamente en una mitología sobre la geografía en una consciencia colombiana del territorio como una de sus formas fundacionales o lo que Margarita Serje denomina como mito fundacional de la exuberancia natural60. Esta idea de la geografía como elemento identitario atraviesa incluso los más sofisticados textos sobre Colombia, basta con recordar el conocido inicio de la epopeya literaria de Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, en donde el protagonista vive en esta especie de aldea junto a un río. Si nos alejamos de la ficción, la misma historiografía ha hecho lo suyo, el historiador David Bushnell, especialista sobre Colombia, comienza su libro The Making of Modern Colombia; A Nation in Spite it Itself de la siguiente manera:
In the beginning there were mountains, plains, and rivers, but especially mountains; no one geographic feature has so molded the history of Colombia as the Andes. They do not attain the same height that they have in Bolivia and Peru, but separated into three principal ranges —the Cordillera Occidental, between the Pacific Ocean and the valley of the Cauca River; the Cordillera Central, between the Cauca and the Magdalena River; and the broad Cordillera Oriental, which branches off toward Venezuela— they give the Colombian landscape its basic structure. They also determine temperature, climate, and ease of human access61.
Esta mirada por el territorio está en diálogo con las formas como la historiografía se acercó a estas imágenes desde la noción altamente alegórica en que la imagen representa literalmente algo, tal como si fuera un mero documento y, por tanto, está asociada a unas formas primitivas, románticas, vinculadas al arte costumbrista. El territorio, desde esta perspectiva, es un lugar inamovible, seguro, fijo, por lo que las imágenes funcionan como dispositivos que traducen todo aquello que el ojo del viajero registra como si fuera una cámara altamente realista. En este libro, por el contrario, se profundiza en una concepción que se refiere a unas políticas de la mirada que no solo están asociadas con el lugar, sino también con las negociaciones que los viajeros realizan sobre esos lugares (el río Magdalena, el salto del Tequendama, los Andes), los recursos filosóficos, históricos, artísticos y económicos que se relacionan con una mirada amplia, compleja, profunda y, desde luego, altamente subjetiva en la que atraviesan conceptos, saberes y formas de aprehensión, muchas de las cuales tienen un origen tanto iconográfico como teórico en sus países de origen. En este sentido, las imágenes que a simple vista parecen tan colombianas están imbuidas y dialogan con unos préstamos visuales que refieren a una estructura simultánea, compartida por diversas discusiones contemporáneas sobre el viajero.
1 Juana Suárez afirma que esta noción de nuevo cine colombiano tiene unas políticas estatales desde inicios de este siglo que supusieron un mayor impulso para el cine doméstico, sus colaboraciones internacionales, con una puesta en escena de nuevos jóvenes creadores. Tanto ella como otros investigadores apuntan a que El abrazo de la serpiente consolidó, de alguna manera, esta nueva ruta del cine y dejó de ser una promesa para tornarse en una realidad en directores como Ciro Guerra, César Acevedo, Cristina Gallego, entre otros. La película alcanzó una presencia internacional pocas veces vista en el escenario local, siendo la primera película colombiana nominada al Óscar en la categoría de mejor película de habla no inglesa en el 2015. Suárez, Juana, The Reinvention of the Colombian Cinema. En: Delgado, Maria y Stephen, Hart (eds.), A companion of Latin American Cinema, Oxford: Wiley Blackwell, 2017, pp. 307-324.
Por su parte, María Ospina realiza un análisis oportuno que se vincula en algunos sentidos con este libro sobre viajeros, habla de cómo este nuevo cine supuso una mirada renovada sobre el paisaje, el territorio y la geografía en Colombia, desde luego con unos matices propios del mundo contemporáneo del país, cuyos temas principales están vinculados con la violencia, el desplazamiento, el turismo, la vida rural, la desposesión, etc. A la vez, este nuevo cine retoma ciertos elementos tradicionales del paisaje, como la soledad, el exotismo, la grandilocuencia, a partir de asociaciones de corte romántico y nacionalista. Ver: Ospina, María, Natural Plots, The Rural Turn in the Contemporary Colombian Cinema. En: Fanta, Andrea, Herrero, Alejandro y Rutter, Chloe (eds.), Territories of Conflict, Traversing Colombia through Cultural Studies, The University of Rochester Press, 2017, pp. 287-305.
2 Pierre, Nora (dir.), Les Lieux de Mémoire: 1 La République, París: Gallimard, 1984, p. 25 (traducción personal).
3 Todorov, Tzvetan, Les morales de l’ histoire, París: Éditions de Philosophie, 1991, p. 94 (traducción propia)
4 Dussel, Enrique, 1492: el encubrimiento del otro: hacia el origen del “mito de la modernidad”: conferencias de Frankfurt, octubre de 1992, Bogotá: Ediciones Antropos, 1992, pp. 8-20. Este argumento está vinculado con una discusión mucho más amplia, ya más establecida por autores como Walter Mignolo, sobre cómo el descubrimiento de América no es más que una invención y una extensión de las nociones sobre lo colonial/la modernidad y el imperialismo. Mignolo, W., Local Histories/Global Designs. Coloniality, Subaltern Knowledges and Border Thinking, Princeton University Press, 2012.
5 Este concepto de informal empire ha tenido una larga tradición, mucho más alentada por los historiadores europeos. Ver, Thompson, Andrew, Afterword: Informal Empire, Past, Present, and Future, Bulletin of Latin American Research, volumen 27, marzo 2008, pp. 229-241. Uno de los trabajos históricos que renuevan el interés por este concepto es el libro de Brown, Mathew (ed.), Informal Empire in Latin America: Culture, Commerce and Capital, Blackwell Publishing,