Nobles, patrimonis i conflictes a la València moderna. AAVV
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Fig. 4. Fachada del Museo de la Ciudad de Valencia, antiguo palacio de los condes de Almenara. Fuente: AMV, Sig.: A.6702/10. Museo de la Ciudad, Manuel Labrandero, 1982.
LAS ESTANCIAS A TRAVÉS DE LOS INVENTARIOS
Los inventarios post mortem son fuentes que proporcionan un buen número de datos e información que nos ayudan de manera significativa al conocimiento y el estudio de la cultura material. Su utilización como fuente de estudio de las fortunas nobiliarias presenta algunos inconvenientes por cuanto omite buena parte de los bienes vinculados, pero no es motivo suficiente para invalidarla, porque en sí son un claro reflejo de la inversión de los excedentes y la conformación de su fortuna personal.
En la línea de considerar esta fuente notarial adecuada para profundizar en la acumulación patrimonial están el profesor Jorge Antonio Catalá y Ricardo Franch Benavent.31 Por un lado, nos permite conocer los bienes que poseía el difunto al final de su existencia, y además, una serie de cuestiones que nos ayudan a reconstruir algunos aspectos de su vida cotidiana como son: la moda, la alimentación, el mobiliario, las joyas, sus gustos artísticos, la religiosidad, la cultura etc., incluso, en el caso que nos referimos, aunque con ciertas dificultades, se podría intentar reconstruir las estancias del palacio.
Algunos de los espacios como la capilla, la recepción y algunas habitaciones, quedan bastante bien delimitadas, aunque para llevar a cabo un análisis en profundidad del conjunto sería necesario contar con otras fuentes complementarias y estas nos la proporcionan otros inventarios realizados con diferentes criterios;32 en concreto el de su hija doña Inés de Próxita efectuado en 1754 y el de su nieto don Vicente Pascual Vich de Próxita, conde de Almenara y del Real, realizado el 17 de febrero de 1766. En ellos se aprecian algunas reformas como el cambio del oratorio a otra sala diferente, el derribo de alguna sala o cuarto para anexionarlos con otro para obtener una sala más espaciosa –pieza33 grande nueva– o la apertura de una puerta frente al campanario de san Esteban.
Relación de las estancias en el inventario de doña Inés (1754):
1- Comedor. 2- Estrado. 3- Cuadra. 4- Pasadizo para el cuarto de la Alacena. 5- Pieza de la alacena. 6- Cuarto del antiguo oratorio. 7- Cuarto de la Torre. 8- Pieza grande nueva. 9- Cuarto de la torre «que sale al terradico». 10- Pieza oscura. 11- Cuarto de pajes. 12- Cuarto del señor conde. 13- Oratorio. 14- Cocina. 15- Cuarto de la familia. 16- Desvanes. 17- Entresuelo. 18- Zaguán.34
Relación de las estancias en el inventario de don Vicente (1766):
1- Zaguán: caballería entrando a la derecha. 2- Caballería bajo la escalera. 3- Caballería llamada del callejón. 4- La levadera. 5- La cochera. 6- Torno del comedor. 7-Cuarto del zaguán. 8- Cuarto del guadarnés (armería, depósito). 9- Recibidor antes de la antesala. 10- Sala del dosel. 11-Pieza del oratorio o comedor. 12- Tocador. 13- Pieza nueva con alcoba. 14- Pieza nueva de la torre «que sale al terradito». 15- Antesala de las piezas nuevas. 16- Cuarto del campanario. 17- Oratorio. 18- Cocina. 19- Cuarto de la familia. 20- Cuarto de la andana. 21- Los desvanes. 22- La cocina del pozo de la sènia.35 23- Cuadra de atajados. 24- El cuarto del balcón atajador de vidrios. 25- Último cuarto de la habitación principal. 26- El zaguán de la puerta que sale frente al campanario de san Esteban. 27- Plata del almario del pasito.
El criterio utilizado para la elaboración del inventario de don Vicente por un notario distinto a los anteriores es muy similar al que se realizó a su madre, y aunque se produce la apertura de una puerta en la calle de San Esteban con su zaguán correspondiente, se aprecia un mayor detalle en la zona de las caballerizas y posibles ampliaciones o divisiones de estancias en el desván; además, es mucho más explícito y detallista que el de doña Inés de Próxita.
Situada en un lugar privilegiado de la ciudad, la residencia se caracterizaba por sus numerosas estancias distribuidas en tres plantas. En la planta baja se alojaban las caballerizas, despensas y otras estancias útiles para el servicio de la casa. A su vez, en algunas zonas se subdividía la propia planta baja y el entresuelo, donde se encontraban las dependencias funcionales para el servicio, cocina, alojamiento, etc. La planta primera o planta noble era donde se encontraban los salones, el oratorio, el despacho y las habitaciones de los señores, y en el último nivel el desván.
UN EJEMPLO DE RECONSTRUCCIÓN, EL ORATORIO
El oratorio es el lugar de la casa destinado a la oración y la celebración de la misa con autorización papal.36 Después del concilio tridentino, la potestad de autorizar la construcción y uso de los oratorios privados pasó a ser competencia exclusiva del Santo Padre, quien, mediante bula o breve concedía la autorización necesaria. Del primitivo oratorio solo queda el estilo –figura 5a– porque en principio fue trasladado a una estancia más espaciosa, dejando la ubicación anterior como dormitorio, y los posteriores dueños cambiaron la ornamentación. Lo que es bien cierto es que el original reunía las características necesarias tanto arquitectónicas como del equipamiento apropiado para la celebración de la Eucaristía,37 albergando buena parte de la colección pictórica existente en el palacio. Un lienzo de la Inmaculada Concepción de 6 x 10 palmos valencianos hacía de retablo flaqueado por dos columnas sobre dos gradas de madera que asentaban sobre la mesa del altar, y en lo alto rematado con una imagen de San Vicente Ferrer.
Fig. 5. En la izquierda imagen del oratorio actual. Fuente: <http://www.museosymonumentosvalencia.com/museos/museo-de-laciudad/> [en línea, consulta: 14/03/2016]. En la derecha una simulación aproximada del primer oratorio del conde de Almenara. Figura compuesta con una combinación de imágenes libres de la red.
Las paredes laterales se embellecían con tres lienzos de la Pasión de 6 x 3 en cada lado junto con otros cuadros, mientras sobre la puerta del oratorio lucía uno de la Oración en el Huerto de 8 x 4. La estancia se iluminaba con una lámpara araña de plata de cuatro brazos donde se colocaban las velas y ocho candelabros de plata. Se decoraba para la ocasión con ocho floreros de plata. Además, contaba con todos los elementos necesarios para celebrar la Santa Misa: un misal, atril, cáliz, un evangelio de san Juan, lavabo de plata, vinajeras, hostiera, campanilla, crucifijo, además del atuendo completo para el oficiante con cuatro casullas, blanca, verde, roja y morada, para oficiar según el tiempo litúrgico, de tafetán guarnecidas con galón de seda con su estola, manípulo y cubre cáliz.
En la actualidad la capilla está ubicada en la primera planta, en una sala rectangular. Sobre el altar una figura de san José, copia de la obra original de Manuel Rodríguez sustituyendo a la Inmaculada Concepción.
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En definitiva, el germen de dicho palacio cabe atribuirlo a la necesidad de don Francisco Escorcia de dotarse de un espacio habitacional acorde a su condición. Tras el fallecimiento de su esposa, sin herederos directos, se dieron las circunstancias apropiadas para que fuese a recaer en manos del conde de Almenara, quien adquirió la manzana completa y construyó o reconstruyó sobre la llamada casa grande el que hoy en día conocemos como Museo de la Ciudad.