40 ejercicios de neurociencia para emprender. Néstor Braidot
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40 EJERCICIOS DE NEUROCIENCIAS PARA
EMPRENDER
Entrenamiento cerebral cotidiano para vivir mejor
NÉSTOR BRAIDOT
Braidot, Néstor Pedro
40 ejercicios de neurociencias para emprender / Néstor Pedro Braidot. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Néstor Pedro Braidot, 2018.
Libro digital, Otros
Archivo Digital: descarga
ISBN 978-987-42-7323-9
1. Neurociencias. 2. Emprendedor. I. Título.
CDD 616.8
Edición a cargo de Flavia Tomaello | Diseño: Lucía Pérez Pozzan
Algunas de las ilustraciones de este libro son gentileza de freepik.es
Digitalización: Proyecto451
Introducción
Ganas, ímpetu, motivaciones para llevar adelante un proyecto propio...
Emprender es una cuestión que se asocia a los negocios desde el punto de vista de ser dueño y jefe, pero que, no obstante, se puede trasladar a todo escenario de la vida.
Se emprende una familia, un viaje, la compra de una casa, la elección de un club, una carrera, un entrenamiento, una dieta, una relación...
La mente emprendedora es innata al ser humano porque se vincula con su supervivencia.
Sin embargo, a partir de la evolución humana hacia el confort, los disparadores que mantienen en buena forma tal actitud se han ido adormeciendo.
Es hora de trabajar en aquellas características propias de quienes emprenden:
Fomentar el perfil
Ajustar los resortes
Afinar las ideas
Fortalecer la motivación
Crear escenarios
Promover el “que suceda”
Animarse a correr riesgos
No temer a los errores
Ejercitar la capacidad de repensar
Volver a pensar
Mantener el entusiasmo
Algunos atributos se poseen naturalmente. Otros, se desarrollan con el aprendizaje.
Es preciso ejercitarlos todos, adquiridos e innatos, para mantenerlos frescos, lozanos, dispuestos y ricos, prestos a ponerse en práctica, actualizados en virtud de los cambios cotidianos y ágiles para sostenerse frente a la competencia que el día a día propone.
Ser emprendedor es una condición que se ha puesto de moda, en la práctica concreta de liderar un proyecto económico propio o como característica personal en cualquier ámbito laboral en que uno se desempeñe.
El cerebro tiene mucho que ver con el entrepreneurship: memoria, concentración, atención, creatividad, flexibilidad mental, inteligencia, intuición, dominio del estrés, autoliderazgo emocional…
Esta obra propone una serie de tips y ejercicios para encarar el fortalecimiento de esos atributos a partir de los aportes que nos ofrecen las neurociencias.
Un entrenamiento para apuntalar los más debilitados y crear mejores escenarios para el desempeño en general.
Un recurso para que tanto el aspirante como el experto emprendedor tengan a mano, justo sobre el escritorio.
EN PRIMERA PERSONA
Ser emprendedor es un gen que nace en uno. Casi todo lo que se desarrolla en ello es personal:
Se asume un compromiso con uno mismo, pero también con quienes se suman a la idea (socios, partners, clientes, proveedores, consultores, etc.).
Se opta por un estilo particular de llevar el día a día.
Se impactan las relaciones interpersonales (en especial, los vínculos familiares).
Se afecta la seguridad financiera y económica en el corto, mediano y largo plazo.
Así como la personalidad debe tener registros sólidos capaces de encarar estos desafíos, el cerebro debe ponerse (y mantenerse) a tono para construir proyectos con solidez.
Necesita acompañar el desarrollo deseado, colaborando en abrir puertas (aún las complejas), elegir, dejar pasar, insistir... en definitiva, en tomar las decisiones correctas.
Aunque hay un mito detrás de la personalidad emprendedora, considerando que sólo es ímpetu y creatividad, es adecuado navegar con soltura ciertas condiciones propias (o estar dispuesto a incrementar su injerencia) para que una idea llegue a buen puerto.
Mucho tienen que ver las neurociencias en ello. Los avances en el estudio de esta disciplina y su revalorización aplicada han abierto el juego.
Hoy, proponen saberes que permiten establecer los espacios propicios para que cada persona encuentre de dónde abrevar para que su actitud emprendedora resulte más frondosa, constante e innovadora.
Estos conceptos comienzan a desarrollarse hacia la mitad de la década pasada.
Primero, hubo una suerte de deslumbramiento inicial con las neurociencias, que se presentaban como la puerta de ingreso para develar todo lo que el cerebro tiene para articular con nuestro quehacer.
La disciplina empezó a atravesar al ser humano en sus más diversos ejes.
Qué más tentador, entonces, que recurrir a estos nuevos conocimientos disponibles para que una persona sea cada vez más y mejor emprendedora.
¿Sobre qué trabajar? En principio sobre los ítems base que se consideran alentadores a la hora de emprender.
Bucear en la bola de cristal
La inteligencia es un atributo esencial para emprender.
Para la filosofía, existen muchas verdades que dependen de factores físicos, psicológicos o culturales que influyen en la construcción que las personas hacen sobre lo real.
Por lo tanto (y como posición filosófica), el relativismo considera que la verdad está en relación con el sujeto que la experimenta.
Esta concepción