Estructura formal y no formal de la interacción transfronteriza de población, bienes y recursos naturales en la frontera México-Guatemala. Jorge Enrique Horbath Corredor

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Estructura formal y no formal de la interacción transfronteriza de población, bienes y recursos naturales en la frontera México-Guatemala - Jorge Enrique Horbath Corredor

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y social, que su rama está fuera de lo formal y recurre al trueque como medio de intercambio (Henry y Sills, 2006) (Navarrete, 2016, p. 295).

      El mismo autor analiza el comercio informal dentro de la economía informal, definiéndolo como procesos de adaptación a lo social, más que a necesidades económicas. Por ello, en relación a lo formal e informal, con sus aspectos alentadores y destructores, se deriva el desempeño económico (2016, p. 295). Portes y Haller (2004), por su parte, definen al sector informal como “las acciones de los agentes económicos que no adhieren a las normas institucionales establecidas o a los que se niega su protección” (Feige, 1990, pág. 990) o que bien incluyen “todas las actividades generadoras de ingresos no reguladas por el Estado en entornos sociales en que sí están reguladas actividades similares” (Castells y Portes, 1989, pág. 12). (p. 10)

      Aunado al estudio de las estructuras informales, se ligan los conceptos de delincuencia y corrupción, situados en un estadio de nación transfronteriza, con sus crisis y contextos propios. Heredia y Durand (2018) del Centro Geo, en uno de los estudios más recientes en el que han documentado la movilidad en la región transfronteriza México-Guatemala, señalan cuatro etapas en los últimos cuarenta años: exilio político de los oponentes a la dictadura en la década de 1970, refugiados del conflicto armado en la de 1980, migración económica en los noventa, refugiados ambientales después del huracán Mitch al final del siglo XX y actualmente, dicen estos expertos:

      La primera década del siglo XXI se caracteriza por la consolidación de la democracia formal en Centroamérica, incluso por la alternancia. A los avatares de la política con gobiernos democráticos pero acotados y vulnerables, le corresponde un tipo de violencia sistémica que penetra en todos los sectores de la sociedad y que se sustenta en la impunidad y en la debilidad institucional. (Heredia y Durand 2018, p. 6-7)

      La debilidad institucional está directamente asociada al orden negociado y puede generar inercias políticas basadas en acuerdos de fuerzas locales y regionales que den estabilidad y cierta certidumbre o, por el contrario, generar condiciones para que distintas expresiones de delincuencia organizada dominen a la sociedad, lo que desafortunadamente ya está pasando. Retomando a Rojas:

      Argumentar la existencia de un orden negociado para que circulen las mercancías por la frontera implica descartar, desde un principio, la idea de que el sistema de estado es una entidad racional, cuyos lineamientos políticos y acciones produce empíricamente el orden deseado. Lo que se manifiesta en el contexto fronterizo mirándolo desde su dinámica mercantil sugiere que el orden con mayor relevancia se construye como un producto de una negociación política, cuyos acuerdos se basan en establecer el grado de tolerancia. (Rojas, 2014, p. 167-168)

      En la estructura informal, el papel del Estado es de suma transcendencia para lograr un mayor equilibrio entre lo formal y lo informal, visualizándolo como el parteaguas de lo que está bien y lo que está mal, estableciendo que las actividades que se realicen se desenvuelvan conforme a la ley y los principios que le exigen.

      Esto se ve reflejado a la región transfronteriza en donde el Estado, y las autoridades, son las encargadas de vigilar y hacer cumplir con los lineamientos y mandatos que les exigen su administración y sus cargos, teniendo un mayor control en el cruce de personas, bienes y servicios dentro del territorio de la frontera y obstaculizando su entrada y salida. El Estado, a través de diversas restricciones busca evitar que estas actividades se ejerzan de manera informal, acompañando su desarrollo de una manera formal. Sin embargo, en la realidad, en la frontera continúa realizándose la compra de bienes y servicios de manera informal, sin que exista una limitación por parte de las autoridades.

      1.8.3. Las estructuras no formales e informales desde la región transfronteriza

      Visualizando lo formal e informal en la región transfronteriza, se aprecia que ambos conceptos se integran en las relaciones sociales y económicas entre los consumidores y las personas que se dedican a transportar gente del otro lado de la frontera, así como con los agentes institucionales que permiten que estas actividades continúen desarrollándose.

      Sin embargo, lo formal no siempre es visto de esta manera ya que, en repetidas ocasiones, la práctica informal puede ser utilizada en la práctica formal. Tal como lo expresa Portes y Haller (2004) “el trabajo que significa la supervivencia de un trabajador informal puede ser apropiado por la empresa formal que lo contrata para lograr mayor flexibilidad” (p. 13).

      La concepción que se tenga de lo no formal o lo informal, dependerá de la manera en que sean utilizados ambos conceptos en la cotidianidad y en el flujo de bienes, servicios y personas en la región transfronteriza. Debido a la porosidad y facilidad de internación a través de la frontera sur de México, su amplia topográfica (ríos caudalosos, montañas y selva espesa), además de la fauna peligrosa, se torna un espacio riesgoso para los inmigrantes que utilizan estos difíciles caminos para no ser descubiertos por las autoridades migratorias mexicanas (Instituto Tecnológico Autónomo de México, 2014, pp. 30-31).

      Los cruces fronterizos irregulares entre México y Guatemala, por los que transitan las poblaciones, están establecidos por las tácticas realizadas por los propios grupos de inmigrantes, los cuales implementan su propia trayectoria terrestre. De igual manera, las organizaciones de traficantes de personas indocumentadas también alteran sus caminos al interior de Guatemala y su cruce hacia México.

      El principal factor que propició el cambio de la ruta tradicional de cruce, por el Río Suchiate, fue el huracán Stan en 2005, que destruyó las vías del tren y afectó el medio que utilizaban los inmigrantes para atravesar la frontera con México (Martínez, 2014, p. 280). Al adentrarse al territorio de Chiapas, las rutas de viajes pueden ser cambiantes según la forma en que los entornos, y las estrategias de traslado, estén repartidos entre las organizaciones de tráfico de personas (Ibidem, p. 282).

      Ante la creciente ola de migrantes, documentados e indocumentado, en la frontera sur, las capacidades de los gobiernos de México y Guatemala para atender este flujo internacional de personas son muy limitadas. Esto se debe a la insuficiente infraestructura material, tecnológica y de recursos humanos, existente, a la cual se le suman las condiciones de atraso económico y los elevados índices de pobreza y desigualdad que predominan en esa región. El constante cruce de personas y mercancías por caminos no supervisados, cercanos a los puntos formales de internación ha provocado que, en esa zona, se presenten varios delitos y exista una gran apreciación de impunidad e ilegalidad (Instituto Tecnológico Autónomo de México, 2014, p. 30).

      A esto se le suma el tamaño de la frontera sur, la cual abarca cientos de kilómetros, que la hace aún más vulnerable a la entrada de agentes externos, y la presencia de grupos que se dedican al crimen organizado, de personas y mercancías. Por lo que las labores de protección en esa zona se encuentran reducidos, y va propiciando el aumento de más cruces informales en la región.

      Para hacer alusión a todas aquellas definiciones que se emplean entre Estados-Nación para referirse a un acuerdo, la Colección de Tratados de las Naciones Unidas llama instrumentos internacionales vinculantes en el derecho internacional, a los tratados, acuerdos, convenios, cartas, protocolos, declaraciones, memorandos de entendimiento, modus vivendi y canje de notas (Organización de las Naciones Unidas, 2018).

      Con el paso de los años, han cambiado los diferentes términos para referirse a estos instrumentos internacionales, que establecen derechos y obligaciones entre los Estados. Sin embargo, algunos conceptos son intercambiables, como ejemplo, al acuerdo también se le puede llamar tratado (Ibidem).

      Todas estas definiciones tienen características en común y el derecho internacional les aplica las mismas reglas. Estas

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