Estructura formal y no formal de la interacción transfronteriza de población, bienes y recursos naturales en la frontera México-Guatemala. Jorge Enrique Horbath Corredor
Чтение книги онлайн.
Читать онлайн книгу Estructura formal y no formal de la interacción transfronteriza de población, bienes y recursos naturales en la frontera México-Guatemala - Jorge Enrique Horbath Corredor страница 12
La globarruralización, hace referencia al “proceso contemporáneo mediante el cual el medio rural se ve sometido a las transformaciones impuestas por la globalización, teniendo en cuenta su reciente adaptación a los conceptos de nueva ruralidad y multifuncionalidad” (Jiménez Abad, 2014). Estos términos hacen referencia a una nueva visión del sector rural que introduce la actividad turística a los territorios, provocando la diversificación y tercerización de sus actividades, pasando de la agricultura pura a la provisión de servicios.
1.7.4. Las estructuras formales desde la región transfronteriza
Las estructuras formales en regiones transfronterizas podrían concebirse como las instituciones de gobierno que engloban la parte del sector público y privado en las que, la participación de las personas, se ve reflejada en el continuo flujo migratorio y en la necesidad de adquirir bienes y servicios, por la vía legal o no, para satisfacer sus necesidades.
Las estructuras formales están fuertemente ligadas a los conceptos de sector privado y sector público que se desarrollan en un contexto de Estado-Nación en donde, éste último, juega el papel de protector de la seguridad de sus habitantes y de su territorio, salvaguardando sus fronteras y poniendo barreras para que, personas sin documentos oficiales y sin haber pasado por alguna autoridad migratoria, no logren penetrar en el Estado. Es por ello que, su rol es proteger los intereses de sus habitantes, colocando límites y controles de seguridad para no permitir que ajenos atraviesen la frontera.
La economía de las regiones fronterizas provoca un desarrollo regional con grandes inequidades, niveles altos de emigración y aumento considerable de la violencia. La economía de frontera se respalda en la desigualdad entre los Estados aledaños y se desarrolla en forma de una ‘economía de enclave’ especial. Esto es debido a que no explota un solo producto o servicio sino que, más bien, es un conjunto de intercambios comerciales, legales e ilegales, que cuentan con vínculos mayores a los territorios transfronterizos (Carrión, 2013, p. 16).
La globalización juega un papel importante que conjunta a todos los agentes involucrados. Está presente en el sector público, en las interrelaciones que se dan entre los países y en los aspectos diplomáticos y comerciales. También, se encuentra presente en el sector privado en los flujos de bienes, servicios y mano de obra, incluyendo a las zonas urbanas y a las rurales, aunque ésta ultima un tanto desfavorecida por el rezago de que es objeto per sé y las condiciones de desventaja en cuanto al acceso de información e inversión.
1.8. Estructuras no formales e informales en los procesos de movilidad
Podría parecer que los conceptos de estructuras no formales e informales tienen el mismo significado pero, cada uno, posee características que los diferencian.
Se entiende como informalidad como la condición social en la que se desarrollan actividades económicas que, si bien, no están reguladas mediante una intervención estatal, sí lo están por mecanismos basados en la confianza mutua, solidaridad o amenaza de exclusión social si las normas socialmente establecidas se trasgreden (Portes y Haller, 2004). De este modo, podemos diferenciar a las estructuras no formales, aquellas que surgen fuera de la institucionalidad pero que cuentan con una organización, de las informales, que se dan de manera no intencional, a partir de las interacciones cotidianas y de la confianza.
En la transfrontera lo que hace región es la distancia entre lo formal y lo no formal, entre lo formal y lo informal. Ahí lo informal no es necesariamente ilegal, lo legal no es necesariamente justo, lo político no es necesariamente jurídico y el orden no se deriva necesariamente de lo jurídico, ni es dictado desde un centro de mando alejado geográficamente aunque ejerza cierto poder a la distancia,. Por esto, el subordinado del aparato de Estado asignado a la región, reinterpreta su función en razón de los límites que imponen los actores empoderados y se adapta a las circunstancias para ejercer cierto control. A este estado de cosas es a lo que Saúl Rojas (2014) denomina como orden negociado.
El control del comercio fronterizo no se direcciona exclusivamente desde los poderes del Estado, ni se concibe sólo por vías clandestinas. La autoridad gubernamental de la frontera está presente, pero maniobra con criterios contingentes, y en ocasiones, a través de negociaciones entre empleados de diferentes niveles político-administrativos y poderes fácticos. El funcionamiento de la frontera dista de los procedimientos aduanales, cercos fitosanitarios y migratorios que supuestamente deberían acatar su personal operativo. Lo que se percibe es un ambiente donde hay acuerdos implícitos, tolerancias y un orden negociado en cuanto al cruce mercantil. (p. 25)
Lo informal es visto desde diferentes ópticas por quienes lo realizan y por quienes lo visualizan.
Para las personas que se dedican a las actividades y comercio informal en la zona transfronteriza, está bien visto, dado el supuesto de que se encuentran trabajando para obtener un salario, aunque sean considerados no formales. Este tipo de actividades se realiza bajo el visto bueno de las autoridades locales, las cuales permiten seguir realizando actividades sin sancionar a quienes las realizan, favoreciendo la creación un área de continuo tránsito entre los inmigrantes y las personas de esa “área comercial”.
Una de las posibles razones de la informalidad descansa en la contigüidad de los territorios, históricamente unidos, y en los usos y costumbres, que surgen de la constante interacción entre los individuos, creando lazos culturales y emocionales.
1.8.1. Estructuras no formales
Antes de indagar en este apartado es necesario definir el concepto de estructuras no formales. Martín (s. f.), basado en la estructura no formal de la educación, la describe como,
Todo proceso educativo diferenciado de otros procesos, organizado, sistemático, planificado específicamente en función de unos objetivos educativos determinados, llevado a cabo por grupos, personas o entidades identificables y reconocidos, que no forme parte integrante del sistema educativo legalmente establecido y que aunque esté relacionado con él, no proporcione directamente ninguno de sus grados y titulaciones (Pastor Homs, 1999, p. 184 citado en Martín, s/f, p. 7).
Por ello nos referiremos a aquellas relaciones que tienen una estructura, personificadas por una figura o representante, y que cuentan con una organización no formal, legal, con cierta formalidad y respeto. Un ejemplo de esto son las comunas, organizadas pero sin una institución que las avale o respalde existiendo, a su vez, dentro de las mismas una formalidad, con cada representante jugando un papel de importancia dentro de éstas.
Así, se entenderá como estructuras no formales a las redes de relaciones locales que incluyen familias, amistades y relaciones económicas informales, que permiten a la población local entretejer sus intereses y sus necesidades y, de ese modo, vivir, sobrevivir o prosperar a través de acuerdos de intercambio que mezclan economía, parentesco, coincidencias de modos de vida, cultura y, en ocasiones, afiliaciones políticas, religiosas o ideológicas.
1.8.2. Estructuras informales