Estructura formal y no formal de la interacción transfronteriza de población, bienes y recursos naturales en la frontera México-Guatemala. Jorge Enrique Horbath Corredor

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Estructura formal y no formal de la interacción transfronteriza de población, bienes y recursos naturales en la frontera México-Guatemala - Jorge Enrique Horbath Corredor

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de las personas dentro de los territorios de la frontera, y se entiende como el desplazamiento de grupos o poblaciones que dejan su lugar de origen para establecerse en otra localidad o país, ya sea por cuestiones laborales, económicas o sociales. Las migraciones se conciben “como aquella condición espacio-temporal de dejar un lugar, por lo general, de residencia y pertenencia, para establecerse en otro” (Osorio-Campillo, et al. 2015, p. 94). Por ello, se entiende por emigrar al hecho de dejar el lugar de origen e inmigrar a llegar a un nuevo territorio. Ante el cambio de residencia, los migrantes deben hacer frente no solo al cambio espacio-temporal y cultural, sino a la creación de nuevos vínculos y nuevas formas de vida (ídem).

      En relación a esto, la migración indocumentada se da “cuando una persona ingresa a un país del cual no es ciudadano o ciudadana, violando sus leyes y regulaciones de inmigración” (Castles, 2010, p. 51). Esto sucede como “consecuencia del desequilibrio entre la demanda laboral en los países de destino y la capacidad o la voluntad de los gobiernos a establecer los canales legales de migración” (Castles, 2010, p. 49).

      La migración se da manera documentada y no documentada en la frontera, y deja entrever la ineficiencia de la autoridad en varios aspectos. Uno de ellos, la incapacidad de generar un mercado laboral estable y acorde a las necesidades del flujo poblacional. El otro, tiene estrecha relación con las interacciones que se generan cotidianamente y las regulaciones migratorias impuestas por los países, las cuales no han sido eficaces para contener el flujo de migración indocumentada establecido en la zona de estudio.

      Concepto de población

      Desde la definición tradicional normativa, la población es uno de los tres elementos constitutivos de la nación, junto con territorio y Estado. Sin embargo, igual que lo sucedido con otros conceptos, éste se ha resignificado, se ha pluralizado. “Las poblaciones están constituidas por conjuntos de individuos con sus características fenotípicas y los cambios que se producen en ellas a lo largo del tiempo” (Moya, 2014),. Por su parte, el Colegio de Ciencias y Humanidades la define:

      Como un grupo de organismos de la misma especie que viven en un lugar y tiempo determinados y que interaccionan tanto genética como ecológicamente. Las poblaciones pueden sufrir cambios como el aumento o disminución en el número de organismos […] el conocimiento y estudio de esto permite entender la dinámica de las poblaciones, éstas presentan características particulares que las distinguen. (p. 552)

      En consideración a lo anterior, el estudio previo de las poblaciones específicas de cada región es necesario para diseñar políticas públicas que respondan, tanto a sus necesidades, como a sus intereses, así como a las formas en que voluntariamente se auto adscriben a una nación.

      Chatterjee propone que la relación idealizada Estado-ciudadano sea analizada a partir de lo que denomina gubernamentalidad administrativa, poniendo en el centro la relación Estado-poblaciones.

      Las poblaciones son identificables, clasificables y descriptibles según criterios empíricos o comportamentales y son susceptibles de que se les apliquen técnicas estadísticas tales como censos y encuestas por muestreo…el concepto de población pone a disposición de los funcionarios del gobierno un conjunto de instrumentos racionalmente manipulables para llegar a una gran proporción de los habitantes de un país como objetivos de sus “políticas”…las actividades de la gubernamentalidad requirieron múltiples, transversales y cambiantes clasificaciones de la población como objetivos de múltiples políticas, que dieron lugar a una construcción necesariamente heterogénea de lo social. Aquí, entonces, tenemos la antinomia entre el majestuoso imaginario político de la soberanía popular y la realidad mundana de la gubernamentalidad administrativa: es la antinomia entre lo nacional homogéneo y lo social heterogéneo. (Chatterjee, 201 p. 211-213)

      Lo social heterogéneo se plantea, entonces, como lo que está frente al Estado-nación pluralizado, complejizado y, la gubernamentabilidad administrativa, es la expresión directa y empírica del Estado en la región. Por este motivo, sus agentes deben adaptarse a las condiciones prevalecientes en ella, aplicando las políticas públicas con intermediación de negociaciones en medio de contingencias.

      Por lo anterior se comprenderá a las poblaciones migrantes como aquellas que se desplazan de un territorio a otro, siendo las migraciones rurales las que suelen moverse hacia las ciudades, como un factor principal en la transformación de éstas (Osorio-Campillo, et al. 2015, p. 98). Este concepto engloba varios aspectos cotidianos. Se trata de un colectivo poblacional que se mueve constantemente en busca de mejores condiciones de vida, de acuerdo a su consideración -subjetiva-, y a los parámetros internacionales de la economía basados en la globalización, los cuales, pueden ser más o menos atractivos para los individuos, dependiendo del objetivo final y personal que cada uno tenga.

      Flujos poblacionales

      Si bien en la frontera de México con Guatemala existen pasos formales de tránsito, gran parte de la movilidad se da a través de pasos informales. Estos pasos reflejan un activo flujo migratorio desde Guatemala hacia las localidades mexicanas aledañas, creando una circulación constante de personas que cruzan esta frontera sin la finalidad de cambiar de residencia. Por lo tanto las migraciones, presentes en la actualidad, han variado su intensidad y dirección según la época.

      Los flujos migratorios pueden obedecer a razones económicas y de sobrevivencia: cuando la tierra deja de ser fértil, se agotan los recursos naturales o suceden desastres naturales. Estos fenómenos originan movimiento de pueblos enteros de un lugar a otro. Las persecuciones por razones étnicas, religiosas o políticas también han sido causa de migraciones. (Herrera-Lasso y Artola, 2011, p. 12)

      Luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos creó una estrategia para promover y fortalecer sus acuerdos bilaterales en materia de seguridad. En el margen de diversos acuerdos, y con el fin de controlar el flujo de migrantes y mercancías se implementó, entre 2001 y 2003, el Plan Frontera Sur, en la frontera de Guatemala y Belice, con la finalidad de incrementar el control en los puntos fronterizos (Anguiano, 2007, p. 50). Este artificio legal tiene como principal objetivo regular o limitar el flujo migratorio existente entre Centroamérica y México, una región que se caracteriza por una compleja y potente movilidad transfronteriza, como se cita a Nájera (2010) en Jean Clót y Martínez (2015)

      Los flujos migratorios se han diversificado considerablemente en las dos últimas décadas: de una migración “tradicional” de trabajadores temporales guatemaltecos que se dedican estacionalmente a actividades agrícolas en el estado de Chiapas a una cada vez mayor afluencia en México de guatemaltecos que trabajan como vendedores ambulantes y en los servicios domésticos. (2015, p. 4)

      Este flujo de movilidad poblacional ha permitido el asentamiento de centroamericanos en la región, creando comunidades transnacionales, como redes sociales, culturales y económicas (2015, p. 5) que van más allá de las limitaciones político-administrativas.

      Estos flujos continuos de personas y de mercancías que transitan con registro por dichos lugares formales, simultáneamente también puede observarse movimientos constantes de población que, por razones diversas, circula entre las localidades fronterizas sin presentarse en los diferentes puntos de control migratorio y/o aduanero. (2015, p. 6-7)

      A partir del incremento de flujos migratorios, estos espacios se han vuelto peligrosos, al presentarse actividades ilícitas, ocasionando un incremento de fuerzas de seguridad en la frontera, dado que “la industria de la migración se ha fortalecido, y lo que para algunos es una estrategia de sobrevivencia, para otros es la posibilidad de un negocio ilícito” (Armijo, 2011, p. 46). Aunado a eso existen situaciones de abuso hacia los migrantes por parte de las autoridades municipales, estatales y federales, quienes los roban o extorsionan, aunque vale aclarar que la mayoría

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