Dido, reina de Cartago. Isabel Barceló Chico
Чтение книги онлайн.
Читать онлайн книгу Dido, reina de Cartago - Isabel Barceló Chico страница 12
Los perseguidores se quedaron estupefactos contemplando la escena desde las cubiertas de sus naves. Se sentían impotentes. Tras el hundimiento del último saco, sus remeros bajaron el ritmo y las naves perdieron velocidad, mientras la de Dido mantenía la suya. La distancia se hizo mayor y, finalmente, las naves de Pigmalión viraron en redondo y pusieron proa en dirección a Tiro.
La reina y sus compañeros respiraron aliviados y sin poder contener la alegría al verlas retirarse. Ella se acercó a Amílcar y le palmeó la espalda.
–Ahora navegaremos al ritmo que tú impongas, señor del mar.
–Pasarás a la historia, mi reina –le respondió el timonel con admiración–. Eres una mujer grande entre todas las fenicias.
Dido se sentó con la espalda apoyada en un rollo de maromas. Necesitaba descansar después de tantas horas en vela.
Cerró los ojos y se encomendó a los dioses. Quisiera la madre Juno protegerla y Neptuno guiarla por rumbos seguros. Respiró hondo. Trató de imaginarse la reacción de sus enemigos cuando llegasen al puerto de Tiro y consiguieran despertar a Pigmalión. Su hermano estallaría de ira cuando le dijeran que habían visto con sus propios ojos cómo la pérfida Dido había arrojado al fondo del mar el tesoro del templo de Melqart.
SEGUNDA PARTE
VAGABUNDOS EN EL MAR
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.
Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.