Pintura creativa: Trazo. Equipo Parramón Paidotribo
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Karel Appel, Desnudo bárbaro, 1957. Museum van Hedendaagse Kunst (Gante, Bélgica).
“Estoy haciendo una vigorosa obra primitiva, más vigorosa que la de los artistas negros y la de Picasso. ¿Por qué? Porque yo sigo el siglo xx, procedo de Picasso... He atravesado el muro de la abstracción, del surrealismo, etc. Mi obra lo contiene todo. No tienes que sentirte encerrado en un compartimiento.”
Karen Appel, Carta a Corneille, Navidad de 1947-1948
El trazo expresionista y trágico de Goya (1 746- 1828) en sus conocidas “pinturas negras” es la caligrafía personal de un pintor que experimentó en ese período un doble drama: la sordera y la persecución política. En esta serle de pinturas murales realizadas en la Quinta del Sordo, su estancia-refugio, se demuestra un sentido de libertad de expresión avanzado a su tiempo. No en vano los pintores del movimiento expresionista alemán “Dle Brücke” (El puente, ¡nielado en 1905) le consideraron el verdadero padre del Expresionismo.
Francisco de Goya, Peregrinación a San Isidro (detalle), 1820-1823. Museo del Prado (Madrid, España).
Experimentación con el trazo
El pintor, cuando se propone experimentar a través del trazo, se adentra en un trabajo de auto conocimiento personal. Primero, a través del gesto, por el que libera su propia energía, y con ella sus pasiones, sus anhelos y temores; es la caligrafía que revela la personalidad, su visión personal del mundo. En segundo lugar, mediante el diálogo con la materia, integrando el mensaje que ésta contiene.
En esta labor investigadora, hallamos un hecho común en muchos pintores: el deseo de alcanzar un trazo verdaderamente libre, salvaje, fresco, sin diseños ni ataduras racionales. Para ello, por lo que se refiere a gestos, se adentran en métodos que fomentan el descontrol como el azar, la pintura automática o la pintura de acción; y en cuanto a texturas, viven atentos al mensaje de los materiales, las sensaciones que despiertan, cómo se comportan en el lienzo... qué son capaces de decir en manos del artista.
Al igual que los pintores expresionistas abstractos norteamericanos, Cy Twombly (nacido en 1928) manifiesta una gestualldad desbordante, aunque más cercana a la escritura automatizada de Improvisación psíquica propia del Surrealismo. En su proceso de trabajo, su mano es conducida por Impulsos preraclonales hasta crear una poderosa metaescrltura, de rayas, símbolos y garabatos. Ante su obra, el observador se ve obligado a hacer un enorme esfuerzo de lectura para abandonar finalmente ese objetivo abriéndose a la comunicación en un nivel más formal y sensible. Como él afirma, “Cada línea es el conocimiento actual de sí misma, de su historia Interior. No explica nada, es el fruto de una encarnación Individual”.
Cy Twombly, hoja n.° 15 de la serie “Poemas al mar” 1959.
The Día Art Foundation (Beacon, Nueva York, EE.UU.).
Cy Twombly, hoja n.°2 de la serie “Gaeta” (Por el amor del fuego y del agua), 1981. Colección particular.
Cy Twombly, hoja n.° 2 de la serie “Gaeta VIII” 1986. Colección particular.
En sus pinturas, Anselm Kiefer (nacido en 1945) utiliza la textura con un alto contenido filosófico y espiritual, y lo hace desde la slmbología de los materiales elegidos y su energía. En Tus cabellos dorados, Margarita - Johannis-Nacht, hay un doble sentido en el empleo de la paja: por un lado la belleza, como metáfora de la dimensión femenina y luminosa de Alemania, y por otro, el horror por el peligro que contiene como material altamente Inflamable.
En Emanación, un enorme lienzo de 410 x 280 cm, habla del encuentro entre lo celestial y lo terrenal mediante el uso de plomo fundido. Con el plomo nos recuerda el ciclo de la lluvia y expresa el concepto de la existencia de Dios en todas las cosas, fluyendo en todos los elementos desde él y hacia él. En Marcha en la arena, combina las fotografías pegadas sobre la superficie completa de un gran lienzo, de 255 x 360 cm, con textos y con la presencia real de arena; una perfecta fusión entre Imagen y cuerpo, gesto y textura.
Anselm Kiefer, Marcha en la arena, 1980. Saatchi Gallery, (Londres, Reino Unido).
Anselm Kiefer, Tus cabellos dorados, Margarita - Johannis-Nacht, 1981. Colección particular.
Anselm Kiefer, Emanación, 1984-1986. Colección particular.
El trazo en la naturaleza viva
El encuentro con la naturaleza viva despierta en el pintor la necesidad de captar y transmitir la energía que contiene cada elemento que tiene ante él. En los proyectos creativos siguientes vemos algunos recursos basados en la manera en que se trazan las líneas y manchas. El primero es un ejercicio de trazo descriptivo que transmite con realismo el comportamiento de un animal en movimiento. El segundo se basa en la huella: cuando la naturaleza se imprime directamente en el lienzo mediante transferencias o frottage. Y el tercero retoma el trazo gestual, esta vez de modo interpretativo.
«Hay una cosa segura, y es que un cuadro me interesa en la medida en que consigo alumbrar en él una llama que pueda llamarse (y aquí aparece el problema de entenderse respecto al contenido de las palabras) vida, presencia, existencia o realidad.» Jean Dubuffet
Propuesta creativa 01
Gestos descriptivos, precisos, directos...
Henry Toulouse-Lautrec (1864-1901) fue uno de los mayores pintores del impresionismo francés, destacó especialmente por una extrema habilidad para realizar trazos descriptivos de forma directa y rápida. Cuando se observa una de sus obras, en especial sus apuntes, se tiene la sensación de que cada trazo ha fluido de forma natural, sin apenas esfuerzo; éste es un indicio de virtuosismo natural que se detecta en pocos pintores. Se trata de una habilidad que partía del agudo sentido de la observación del pintor: éste convivía con sus modelos, sobre todo con los del mundo de la farándula y el espectáculo, dejándose impregnar de su energía personal hasta resumir con cuatro trazos su carácter y su drama personal.