Sanación de los chakras y conciencia del karma. Swami Keith S.

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Sanación de los chakras y conciencia del karma - Swami Keith S.

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participar plenamente dentro del universo fenoménico.

      Las auras sirven también como reservas de energía descalificada que los grupos de cuerpos de energía y los vehículos energéticos pueden utilizar en los momentos de necesidad. Al extender el microcosmos en cada dimensión más allá de las fronteras del espacio corporal individual, los campos áuricos ofrecen también un lugar complementario para que las emociones que emergen de los chakras sean desarrolladas, expresadas y analizadas.

      A través de una combinación de estructura y funcionamiento, las fronteras áuricas protegen al campo humano de energía de las intrusiones de energía calificada.Además, éstas funcionan como sensores que nos permiten registrar o percibir el impacto de las energías calificada y descalificada en el sistema humano de energía. Las auras llevan a cabo esta función transfiriendo las impresiones desde la superficie de las auras hasta los núcleos de la conciencia, dentro del espacio corporal individual, en donde pueden ser procesadas. Las impresiones se crean cuando la energía interactúa con la frontera áurica y provoca una resonancia favorable. El proceso se puede comparar con la forma en que la cuerda de un violín, al ser tocada con los dedos, produce una resonancia favorable en otro violín que se encuentra próximo. La difícil relación entre el campo áurico y la energía que interactúa con éste, hace posible que percibamos las sutiles atmósferas que nos rodean y distinguir la cualidad y la cantidad de energía (ya sea calificada o descalificada) que realiza una impresión sobre la superficie de nuestro campo áurico.

      En su función concluyente, los campos áuricos juegan un papel primordial en la liberación de toxinas del campo humano de energía. Las auras llevan a cabo esta tarea de manera continua mientras que los glóbulos de energía calificada que emergen del sistema humano de energía se diseminan por medio de la superficie de las auras hacia el interior del ambiente externo.

      Lo que debilita la superficie de las auras

      Aunque las auras son notablemente poderosas, la mayoría de los seres humanos han visto debilitadas sus fronteras áuricas por el estrés, la conmoción y el trauma provocados por la intrusión de una densa energía calificada al interior del campo humano de energía. El incipiente debilitamiento, en vez de ser visto como síntoma de un problema más profundo y ser resuelto, muy a menudo se ve agudizado por la introducción de seres no físicos hacia el interior del campo humano de energía.

      Por desgracia, muchas de las actividades que facilitan la entrada de seres no físicos al interior del campo humano de energía han sido aceptadas por todas las religiones del mundo, por los practicantes ortodoxos de la salud y por los practicantes de la nueva era. Muchas de ellas, en realidad, poseen una larga tradición y fueron aceptadas incluso por nuestros ancestros, quienes se adhirieron a la casi universal práctica del chamanismo.

      Las actividades a las que me refiero tienen que ver con el canalizar y/o invocar a seres no físicos, como dioses y ángeles, gnomos, guías espirituales, seres humanos que han fallecido, maestros celestiales, espíritus o animales poderosos en busca de orientación, consuelo y/o sustento.

      Existen diversas formas de vida en las dimensiones no físicas; sin embargo, lo único que tienen en común es su tendencia a desestabilizar las funciones del sistema humano de energía y a debilitar las fronteras si se les ha permitido, de manera activa o pasiva, a ingresar al interior del campo humano de energía.

      Teniendo esto en mente, debemos dedicar un momento a pensar en la creencia ampliamente aceptada, tanto en Oriente como en Occidente, de que algunos seres no físicos son benévolos y que no poseen una voluntad propia, un ego ni una agenda personal. Esta creencia, que tiene su origen entre los antiguos hebreos —y que es aceptada por el judaísmo, el cristianismo y el islamismo— no es universalmente aceptada. Las cosmologías hinduistas, yogísticas y tántricas aceptan el antiguo principio yogístico de la correspondencia que afirma: “Sea lo de abajo igual que lo de arriba; sea lo de arriba igual que lo de abajo”. Asimismo, reconocen que los seres no físicos, al igual que sus contrapartes humanas, poseen una mente individual y un ego así como una agenda personal que busca el beneficio propio y que se encuentra orientada hacia la autopreservación. De hecho, el hinduismo nos enseña que los dioses son seres humanos que ascendieron a estas oficinas o puestos debido al buen karma que han acumulado. Después de muchas encarnaciones; sin embargo, estos ocupantes de los cargos inevitablemente agotan su buen karma y, una vez más, deben encarnar en la tierra.

      La única excepción a esta regla son los jivamuktis,“seres humanos iluminados”; los bodhisattvas, “maestros nacidos en unión con el atman” y el avatar, “la conciencia universal en forma humana”, que poseen cuerpos físicomateriales pero que permanecen concentrados en la conciencia universal y separados de la mente individual y del ego.

      La metáfora bíblica de Lucifer y de los ángeles caídos también resulta instructiva cuando se trata de los seres no físicos (entidades), de la voluntad libre y de la influencia de la mente individual y del ego. Lucifer, quien permaneció junto al trono de Jehová, al igual que una tercera parte de las entidades del paraíso (las dimensiones superiores) no estaba dispuesto a entregar su propia voluntad a la voluntad de la conciencia universal (el atman). Como consecuencia, Lucifer y sus seguidores cayeron metafóricamente, separándose de la conciencia universal. A pesar de su condición de caídos, éstos aún aspiran a recibir los beneficios de la unión con el atman sin aceptar las condiciones que eran —y siguen siendo— el desapego a la mente individual y al ego y la entrega a la conciencia universal. El yoga, al igual que el tantra, el jainismo y el budismo, establecen muy claramente que si no se cumplen estas dos condiciones, la unión con la conciencia universal resulta imposible.

      La solución que estas entidades y todos los seres invasores no físicos han elegido a su dilema personal, es buscar una fuente independiente de éxtasis y de prana y permanecer lo más cerca posible de ella. Su deseo de permanecer cerca de la fuente de éxtasis y prana de la cual puedan alimentarse, explica el por qué los seres no físicos eligen interactuar con los seres humanos. También explica el por qué se encuentra la mayor densidad de equipaje kármico alrededor de las fuentes de prana, del campo humano de energía, de los tres corazones, de los chakras y de los centros menores de energía en las manos y los pies.

      Ciertamente, para poder eliminar el equipaje kármico y volver a experimentar la unión con la conciencia universal, es primordial evitar que los subcampos calificados (que son principalmente seres no físicos vestidos de energía calificada) ingresen o permanezcan en tu campo de energía. La manera más efectiva de lograrlo, es negarle a los seres no físicos el derecho de admisión a tu campo de energía revocando su permiso para ingresar o permanecer en tu ambiente interno.

      Fortalecer las fronteras

      Además de los problemas antes mencionados, los seres no físicos son los responsables de la creación de una mente falsa, la cual se encuentra en oposición a las mentes superior e inferior y que busca usurpar tanto su autoridad, como sus funciones y aspectos. Esta mente falsa es, en realidad, la mente individual y el ego, compuesta por seres no físicos en forma de subcampos de energía calificada —samskaras, vasanas, cadenas y personalidades difíciles—. No hace falta decir que es necesario evitar más intrusiones de seres no físicos en tu campo de energía fortaleciendo tus fronteras para poder, así, vencer a la mente individual y al ego y al apego que éstos producen.

      El paso más importante que puedes dar para evitar más intrusiones de energía calificada y de seres no físicos, es separar tu voluntad de la voluntad de las entidades y de los seres no físicos que se han infiltrado en tu personalidad —tu mente individual y tu ego—. La manera más simple y efectiva de hacerlo es utilizar tu intención y hacer una serie de compromisos contigo mismo y, así, terminar para siempre con todos los vínculos con los seres no físicos y ya no comunicar, invocar y/o consolarte y reconfortarte en su presencia.

      Los compromisos

      A

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