Sanación de los chakras y conciencia del karma. Swami Keith S.
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Los antepasados reconocían también que la mente individual y el ego podrían desestabilizar la entrada y la distribución del prana y evitar que éste revitalizara a los grupos de cuerpos de energía y los vehículos energéticos que componen las mentes superior e inferior y sus funciones y aspectos. A fin de contrarrestar la función de la mente individual y del ego, desarrollaron un sistema de ejercicios diseñados para tomar el control de la respiración y del prana desde la mente individual y del ego. En este capítulo, he incluido una técnica llamada “la respiración yogística”, la cual está diseñada para incrementar tu entrada de prana y mejorar su distribución. Al hacerla parte de tus actividades regulares, llevarás una mayor cantidad de prana a tu campo de energía y, al acumularla en albercas, podrás utilizarla en el momento adecuado para liberarte del equipaje kármico.
La respiración yogística
La respiración yogística es una síntesis de tres respiraciones básicas que generalmente se conoce como “respiración completa”. Las tres respiraciones son la respiración abdominal, la respiración media y la superior. En la respiración abdominal el abdomen se dilata y se contrae hacia abajo; en la respiración media el prana, después de haber llenado la cavidad pectoral, se expande para llenar la caja torácica y los hombros; en la respiración nasal el prana llena los conductos nasales y sigue su camino hacia arriba, llenando la cabeza. En la respiración yogística completa no sólo llevarás más prana al interior de tu sistema de energía sino que estimularás los chakras al hacer descender el prana a través del abdomen y hacerlo ascender hasta la parte superior de la cabeza.
Comienza la respiración yogística sentándote en una posición cómoda, con tu espalda recta y tus piernas firmes sobre el piso. Si lo prefieres, puedes usar la posición de loto. Una vez que te sientas cómodo, coloca tu mano derecha sobre tu abdomen, justo por debajo de tu plexo solar. Esto te ayudará a sentir el ritmo de tu respiración y la hará más uniforme. Ahora cierra tus ojos. Cerrar los ojos no es algo primordial, pero te ayudará a relajarte, haciendo más fácil la respiración rítmica. En la respiración yogística, no debe haber diferencia entre la inhalación y la exhalación y la respiración sólo debe hacerse por la nariz.
Cuando te sientas cómodo, comienza a inhalar, llenando primero la parte baja de tus pulmones con aire. Con tu mano sobre el abdomen, podrás sentir cómo se contraen los músculos de tu diafragma mientras tu estómago se dilata ligeramente. Sigue inhalando, sintiendo cómo el aire llena la parte media y superior de tus pulmones. Tus hombros se elevarán y los músculos de la caja torácica se contraerán mientras los pulmones se dilatan. Durante la respiración media, algunas personas sienten dolor en la parte superior de la espalda, entre los omóplatos. El dolor es causado por la acumulación de equipaje kár mico, el cual ha provocado que los músculos se contraigan y se vuelvan rígidos. No permitas que una pequeña incomodidad te desaliente —insiste—. Si sigues adelante, llevarás más prana al interior de tu sistema de energía y tus músculos regresarán a su estado normal de elasticidad.
Después de que el aire y el prana hayan llenado tus pulmones, deja que ascienda hasta llenar tus conductos nasales y tu cabeza.
Al exhalar, repite el proceso en reversa —permitiendo que los conductos nasales se vacíen primero y después la parte superior, media e inferior de tus pulmones—.Tus hombros caerán de manera natural y el diafragma volverá a su posición normal. Sin que exista ninguna diferencia entre la inhalación y la exhalación, continúa con este ejercicio durante aproximadamente cinco minutos.
Al principio, reserva un tiempo especial durante el día para practicar. Después podrás incorporar la respiración yogística a tu meditación y a tus ejercicios espirituales. Una advertencia: asegúrate de ser gentil contigo mismo. Ahora que has aprendido la respiración yogística, no te obsesiones con ella. Si lo haces, simplemente te debilitarás en otras áreas y, en vez de liberar tu respiración, la restringirás aún más.
El aprana
El Aprana es una forma especial de prana que posee una polaridad femenina. Éste existe en todos los mundos y dimensiones de las mentes superior e inferior y emerge desde una posición o demarcación que rodea al espacio corporal individual, en cada dimensión, a una distancia de aproximadamente ocho pulgadas (20 centímetros). La demarcación o posición desde la cual el aprana emerge no se debe confundir con la superficie de los campos áuricos. La demarcación apránica no es una estructura sino una frontera que ya se encuentra presente dentro del microcosmos. Cuando se encuentra activo el aprana en cada dimen sión, éste tiende a desprenderse de equipaje kármico conforme se mueve hacia la superficie del espacio corporal individual. La combinación del aprana (con su polaridad femenina) que emerge del espacio corporal individual y del aprana que emerge de los chakras es tan poderosa, que juntos se desprenderán del equipaje kármico y tomarán el control del área vital que existe entre la superficie del espacio corporal individual y la frontera apránica, a partir del control de la mente individual y del ego.
Los chakras
La función principal de los chakras es mantener el Yo, la conciencia universal, conectada a los mundos y dimensiones del universo fenoménico. Como tal, los chakras sirven como vértices a través de los cuales el prana puede ingresar al universo fenoménico. Los chakras, además de servir como vértices, transmiten y transmutan el prana en diferentes frecuencias o tonos.
Existen 142 chakras dentro del sistema humano de energía. Nueve chakras se encuentran localizados dentro del espacio corporal individual, los siete chakras comunes así como los dos chakras esplénicos, localizados entre el segundo y tercer chakra. Por encima del espacio corporal individual se encuentran localizados 63 chakras, directamente por encima del chakra de la coronilla y 70 chakras se encuentran localizados por debajo del espacio corporal individual, directamente por debajo del primer chakra.
El prana emerge a través de los 142 chakras y es constantemente transmutado dentro de las frecuencias exactas necesarias para mantener la salud del sistema humano de energía y de los grupos de cuerpos de energía que sirven de apoyo al sistema de energía. Puedes comenzar a experimentar el prana que se irradia por medio de los siete chakras comunes dentro del espacio corporal individual, si practicas la siguiente técnica sencilla.
Estimulación de los siete chakras comunes
Cada uno de los siete chakras comunes regula la transmisión y la transmutación de una porción de energía descalificada en los mundos de las mentes superior e inferior. La frecuencia media de cada chakra se conoce como la resonancia del chakra.
Puedes comenzar a sentir la resonancia única de los siete chakras comunes dentro del espacio corporal individual usando la palma de tu mano receptiva (femenina) —tu mano derecha, si eres zurdo o la izquierda, si eres diestro— para estimular la parte frontal de los chakras (cada una de las palmas de la mano posee un centro menor de energía a través del cual se irradia el prana).
Una vez que has determinado dónde se localiza el polo femenino de cada chakra (el primer chakra en la base de la espina dorsal, el segundo chakra a una distancia de cuatro dedos por debajo del ombligo, el tercer chakra en el plexo solar, el cuarto chakra en el centro del esternón, el quinto chakra en la garganta, justo debajo de la manzana de Adán, el sexto chakra en la frente, directamente entre los ojos, y el séptimo chakra en la coronilla de la cabeza), comienza a explorar la región que se encuentra al frente de cada chakra con la palma de tu mano femenina . Descubrirás que esta técnica funciona mejor si mantienes la palma de tu mano a una distancia aproximada de seis pulgadas (quince centímetros) por encima de la superficie del espacio corporal individual