Los entremeses. Miguel de Cervantes Saavedra

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Los entremeses - Miguel de Cervantes Saavedra

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venga: déjala que llegue

      Esa cara de masa mal sobada.

      Entra uno muy alborotado.

      UNO.

      Juan Claros, la justicia, la justicia,

      El alguacil de la justicia viene

      La calle abajo.

      (Éntrase luego.)

      JUAN.

      ¡Cuerpo de mi padre!

      No paro mas aquí.

      TRAMPAGOS.

      Ténganse todos:

      Ninguno se alborote: que es mi amigo

      El alguacil: no hay que tenerle miedo.

      Torna á entrar.

      UNO.

      No viene acá, la calle abajo cuela.

      (Váse.)

      CHIQUIZNAQUE.

      El alma me temblaba ya en las carnes,

      Porque estoy desterrado.

      TRAMPAGOS.

      Aunque viniera

      No nos hiciera mal: yo lo sé cierto;

      Que no puede chillar, porque está untado[29].

      VADEMECUM.

      Cese, pues, la pendencia; y mi sor sea

      El que escoja la prenda que le cuadre,

      Ó le esquine mejor.

      REPULIDA.

      Yo soy contenta.

      PIZPITA.

      Y yo tambien.

      MOSTRENCA.

      Y yo.

      VADEMECUM.

      Gracias al cielo,

      Que he hallado á tan gran mal, tan gran remedio.

      TRAMPAGOS.

      Abúrrome y escojo.

      MOSTRENCA.

      Dios te guie.

      Si te aburres, Trampagos, la escogida

      Tambien será aburrida.

      TRAMPAGOS.

      Errado anduve.

      Sin aburrirme escojo.

      MOSTRENCA.

      Dios te guie.

      TRAMPAGOS.

      Digo que escojo aquí á la Repulida.

      JUAN.

      Con su pan se la coma, Chiquiznaque.

      CHIQUIZNAQUE.

      Y aun sin pan, que es sabrosa en cualquier modo.

      REPULIDA.

      Tuya soy: pónme un clavo y una S[30]

      En estas dos mejillas.

      PIZPITA.

      ¡Ó hechicera!

      MOSTRENCA.

      No es sino venturosa: no la envidies,

      Porque no es muy católico Trampagos;

      Pues ayer enterró á la Pericona,

      Y hoy la tiene olvidada.

      REPULIDA.

      Muy bien dices.

      TRAMPAGOS.

      Este capuz arruga, Vademecum;

      Y dile al padre, que sobre él te preste

      Una docena de reales.

      VADEMECUM.

      Creo

      Que tengo yo catorce.

      TRAMPAGOS.

      Luego, luego,

      Parte, y trae seis azumbres de lo caro[31]:

      Alas pon en los pies y en las espaldas.

      Éntrase Vademecum con el capuz, y queda en cuerpo Trampagos.

      TRAMPAGOS.

      Por Dios que si durára la bayeta,

      Que me pudieran enterrar mañana.

      REPULIDA.

      ¡Ay lumbre de estas lumbres, que son tuyas!

      Y cuán mejor estás en este trage,

      Que en el otro sombrío, y melancólico.

      Entran dos músicos sin guitarras.

      MÚSICO 1.º

      Tras el olor del jarro nos venimos

      Yo y mi compadre.

      TRAMPAGOS.

      En hora buena sea;

      ¿Y las guitarras?

      MÚSICO 1.º

      En la tienda quedan:

      Vaya por ellas Vademecum.

      MÚSICO 2.º

      Vaya:

      Mas yo quiero ir por ellas.

      MÚSICO 1.º

      De camino

      (Éntrase el músico 2.º)

      Diga á mi oislo, que si viene alguno

      Al

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