Entrenamiento para siempre. Jurij Alschitz
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Me gusta que no haya ejercicios parecidos, que cada quien haga aquellos ejercicios y utilice el sistema que le ayude a prepararse para la migración del territorio de la vida al territorio del arte. Me gusta observar cómo el actor afina su instrumento, igual que los músicos de una orquesta afinan los suyos antes de iniciar un concierto. La afinación es una hermosa, maravillosa música para mí. Aún no hay ni cadencia ni ritmo definido, ni una melodía armoniosa. Posteriormente todo esto confluirá en una unidad, que se moverá según una sola ley, siguiendo las mismas reglas. Todos estarán juntos, pero cada uno trabajará por sí mismo. Así, de la unión de diferencias, paulatinamente nacerá un ensamble. Pero eso ya será una música completamente distinta.
¡Principiamos! ¡Principiamos!
9:55
Un momento. Quiero decir algo más. No lleguen corriendo al entrenamiento en el último minuto. Salgan tranquilamente de su casa, organicen su trayecto sin ajetreo. Caminen por la calle un poco más lento de lo normal. Dejen de ser esclavos de las prisas. Esto es importante. La experiencia de la vida en la calle ayuda poco a nuestra vida en el escenario. Hay que desconectarla. Utilicen el camino al teatro o a la escuela como un entrenamiento especial, un entrenamiento de renuncia a los reflejos e instintos cotidianos de la persona común que lucha por una mejor vida. ¡No la escuchen! ¡No participen! ¡No vean! ¡No luchen! ¡Escuchen la voz de un pájaro en los rechinidos de los carros, vean la sonrisa feliz de un niño, asegúrense de realizar una acción cortés!
He observado que el actor, al llegar a la clase, por regla trae consigo la agresividad de la calle. El pedagogo debe observar esto y ayudar al actor a liberarse de ella. La calle es más fuerte que el actor. Hay muchos contratiempos y el actor los percibe como ofensas personales. Al abrirse paso a través de obstáculos, cada uno de nosotros destruye su protección energética. Rompe su personalidad. Se destruye a sí mismo. De ahí surge su carga agresiva, su "ser insultable, ultrajable". El actor que llega al entrenamiento ni siquiera lo nota, pero esta carga existe y está presente.
Lo mismo le ocurre al pedagogo que llega corriendo a su clase en el último minuto, saltando del autobús y entrando al salón de clases. Tengan en cuenta que la carga negativa del docente es mucho más activa y nociva para todo el grupo y para el bien común. Es lo que primero se debe eliminar, suprimir; es necesario quitar todo lo pernicioso que se quedó grabado como si fuera un disco. Les aseguro que hacer esto para el pedagogo solo es mucho más difícil que para el actor rodeado de un grupo de amigos. Por eso, no entren al salón, no comiencen la clase hasta que no se aseguren de que "la capa de la calle" haya sido eliminada. Es mejor llegar más tarde que llevar una "bacteria".
¿Qué purifica mejor? Si en el camino encuentra una iglesia vacía, entre en ella y quédese allí por unos 10 minutos. En caso de que haya mucha gente en la iglesia, entonces puede caminar junto al agua: un río, un lago; simplemente, sea el primero en llegar a la clase.
La calle y el teatro, la frontera y su cruce siempre representan estrés. Los sucesos que le acontecen a un actor en su personaje son también momentos para atravesar la frontera. He observado algo: la mayoría de los actores interpretan de forma agresiva las cosas que les suceden a sus personajes sobre el escenario. Sólo hay agresión. Es el resultado de una continua y cotidiana afrenta que el actor experimenta en la vida y, sobre todo, en la calle. Hay que eliminar esto del escenario. ¿De qué manera? Muy simple: entrenamiento en la calle. Y por último, antes de abrir la puerta-frontera, la puerta del teatro, de la escuela, pregúntense: ¿a qué vine aquí?
Apuntes del cuaderno
Mandamientos de la escuela japonesa de esgrima:
1 Modestia en la vida cotidiana, limpieza.
2 Yo soy el mejor esgrimista del mundo.
3 Para mí este combate es el último.
Males de los esgrimistas:
1 El deseo de triunfar.
2 Utilizar trucos técnicos.
3 Demostrar todo lo que aprendiste, lo que conoces, lo que sabes hacer.
4 El deseo de tener un rol pasivo.
5 El deseo de librarse de todas las enfermedades.
Yo soy el mejor actor del mundo, este espectáculo es el último para mí. Es hermoso y todo se puede aplicar al teatro. Actuar cada espectáculo como si fuera el último en tu vida: eso es lo maravilloso.
EJERCICIO
El silencio
Ya han llevado a cabo una serie de ejercicios preparatorios para la clase. Ahora ustedes y el espacio que los rodea se han convertido en seres distintos, están listos para el trabajo.
No comiencen inmediatamente, permanezcan en silencio durante dos o tres minutos. Utilicen todo el tiempo necesario. Admiren la limpieza y el orden en su salón de clases. Siéntanse como un pintor frente al lienzo en blanco. Es un ejercicio simple, realícenlo y verán el resultado.
Recuerdo que en casa mi padre estableció una tradición, seguramente heredada de su padre o de su abuelo. Antes de un largo viaje, después del alboroto de los preparativos, todos debíamos suspender el barullo, tomar asiento y permanecer callados al menos por un minuto. Me gustaba esa pausa, cuando mis familiares parecían asomarse a una nueva página, aún no iniciada, escrita por alguien para ellos, y sólo deseando adivinar qué sucedería. En aquellos momentos mis parientes tenían semblantes completamente diferentes, desconocidos para mí. Me acuerdo de todos ellos. Ahora conozco todas sus páginas: 1910-1983, 1917-1993, 1949-1986…
Algo más… El último ejercicio obligatorio antes de iniciar el entrenamiento. Un rito determinado. Lo van creando los estudiantes o el pedagogo. En mis entrenamientos ocurre de la siguiente manera: después de terminar su preparación individual, los actores se forman en dos líneas, como si formaran un camino, e invitan al docente a entrar, quien, en silencio, sin prisa, pasa a lo largo de las filas de actores, que han confiado en él para que les imparta la clase. Para mí éste siempre es un momento de mucha responsabilidad. Después de recorrer este pasillo, después de detenerse y quedar frente a los actores, el maestro cierra el espacio, formando una figura que recuerda la letra "n". Tres lados cerrados y uno abierto. Es el signo de escuela = limitaciones + libertad. Es un ritual determinado. El último ejercicio antes de iniciar el entrenamiento: "El camino del día".
EJERCICIO
El camino del día
Imagínense