Cardos y lluvia. Kate Clanchy
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The painted boats are ready for pleasure.
The long light needs no headlamps.
Black oar cuts a glitter: it is heaven on earth.
Is it true that we come alive
not once, but many times?
We are drawn back to the image
of the seed in darkness, or the graying skin
of the snake that hides a shining one –
it will push that used-up matter off
and even the film of the eye is sloughed –
That the world may be the same, and we are not
and so the world is not the same,
the second eye is making again
this place, these waters and these towers,
they are rising again
as the eye stands up to the sun,
as the eye salutes the sun.
Many things are unspoken
in the life of a man, and with a place
there is an unspoken love also
in undercurrents, drifting, waiting its time.
A great place and its people are not renewed lightly.
The caked layers of grime
grow warm, like homely coats.
But yet they will be dislodged
and men will still be warm.
The old coats are discarded.
The old ice is loosed.
The old seeds are awake.
Slip out of darkness, it is time.
LA SEGUNDA VIDA
Será que todos los hombres se sienten así a los cuarenta...
quiero decir, es como la Nueva York de Thomas Wolfe, su
luz embriagante, los pasmosos acantilados que se despeñan, hermosura...
estrellas pálidas que pestañean a la brumosa hora del cierre en el centro,
y la luna invernal inundando los rascacielos,
al norte...
un lugar anhelante, gloria de los puentes, las bocinas de niebla
son enormes mensajes, un ominoso dominio
que posa la mano en las entrañas del joven
hasta que siente en ese aire ese ánimo elevado
de que todo es posible, él se eleva también
hasta que siente que nunca morirá...
Podrá ser así, y será esto lo que significa
ahora en Glasgow escribir mientras los aviones rugen
sobre las obras en construcción, en esta tibia luz del oeste
junto a los arriates de narcisos que nunca han estado tan tupidos y
profusos...
mayo verde, y los grandes bloques lentos se elevan
bajo altas grúas amarillas, concreto y vidrio y
acero
desde los ásperos escombros que había y los niños descalzos
se han ido...
¿Será sólo el lento despertar, la vida renovada de una ciudad
que me despierta, podría despertarme tan intensamente
como mayo, pero podría mayo haber despertado
lo que siento de deseo y fuerza
como un brazo saludando a un sol?
Todo enero, todo febrero los patinadores
disfrutaron la laguna de Bingham, las claras tardes frías,
se mecían y precipitaban entre las luces de los faros,
los conductores se estacionaban alrededor de la laguna oscura
para mirarlos, y darles luz, ¡cuánta risa
y placer surgía en los raros silencios
del cercano río de llantas sobre la Gran
Carretera Occidental!
El hielo se quebró, pero los barcos salieron.
Los barcos pintados están listos para el placer.
La larga luz no necesita faros.
El remo negro recorta un destello: es el cielo en la tierra.
¿Será cierto que nacemos
no una, sino muchas veces?
Retrocedemos hacia la imagen
de la semilla en la oscuridad, o la piel grisácea
de la serpiente que esconde otra brillante...
desechará esa materia gastada
y hasta la película del ojo se desprende...
Para que el mundo pueda ser igual, y nosotros no
y así el mundo no es igual,
el segundo ojo está haciendo de nuevo
este lugar, estas aguas y estas torres,
se alzan de nuevo
cuando el ojo se enfrenta al sol,
cuando el ojo saluda al sol.
Hay muchas cosas no dichas
en la vida de un hombre, y ante un lugar
hay también un amor no dicho
en corrientes ocultas, flotando, esperando su momento.
Un gran lugar y su gente no se renueva con ligereza.
Una a una las capas de mugre
se entibian, como abrigos acogedores.
Sin embargo