¿Ha enterrado la ciencia a Dios?. John C. Lennox

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¿Ha enterrado la ciencia a Dios? - John C. Lennox Pensamiento Actual

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sino que, además de la injusticia perpetrada, se pueda distorsionar a su vez la verdad. Espero haber logrado evitar dicho peligro.

      Al mencionar la palabra “verdad” me temo que algunos posmodernos tengan la tentación de no seguir leyendo, a menos que, por supuesto, tengan curiosidad por leer (e incluso intentar deconstruir) un texto escrito por alguien que realmente cree en la verdad. Por mi parte, encuentro curioso que aquellos que afirman la inexistencia de la verdad esperen creer que lo que están diciendo es verdad. Quizá no los comprenda, pero parecen eximirse a sí mismos de su postulado sobre la inexistencia de la verdad, cuando hablan o escriben. Parece como si después de todo, creyeran en ella.

      De todos modos, los científicos tienen un claro interés por la verdad. ¿Por qué iban si no a molestarse en hacer ciencia? Y es precisamente porque creo en la categoría “verdad” por lo que he tratado sólo de usar citas bastante representativas de la posición general de un autor, más que declaraciones aisladas realizadas en un mal día, pues ninguno de nosotros está exento de torpezas semejantes. Al final, que el lector juzgue si he tenido éxito en este sentido.

      ¿Y qué hay de los posibles sesgos? Nadie escapa a ellos, ni el autor ni el lector. Todo el mundo es parcial, todos tenemos una cosmovisión hecha de nuestras respuestas parciales a las preguntas que el universo y la vida nos plantea. Nuestras cosmovisiones pueden no ser explícitas o conscientemente formuladas, pero no dejan de estar ahí, moldeadas por la experiencia y la reflexión de cada uno. Pero son supuestamente susceptibles de cambio al enfrentarse a pruebas sólidas.

      La cuestión central de este libro es, en esencia, de cosmovisión: ¿qué cosmovisión es más congruente con la ciencia: el teísmo o el ateísmo? ¿La ciencia ha enterrado verdaderamente a Dios o no? Veamos a dónde conduce la evidencia.

      [1] El experimento del gato de Schrödinger, o paradoja de Schrödinger, es un experimento imaginario concebido en 1935 por el físico austríaco Erwin Schrödinger cuyos elementos son un gato, un matraz con veneno y un dispositivo con una partícula radiactiva dentro de una caja sellada. Si el dispositivo detecta radiación rompe el frasco, liberando el veneno que mata al gato. Según la interpretación de Copenhague, después de un tiempo, el gato está a la vez vivo y muerto.

      [2] “The Limitless Power of Science” en Nature’s Imagination – The Frontiers of Scientific Vision, Ed. John Cornwell, Oxford, Oxford University Press, 1995 p. 125.

      [3] Dialogues Concerning the Two Chief Systems of the World, Traducido por S. Drake, Berkeley, 1953.

      [4] Radio 4 News, 10 de diciembre de 2004.

      1.

      LA GUERRA DE LAS COSMOVISIONES

      «La ciencia y la religión son irreconciliables».

      PETER ATKINS

      «Todos mis estudios… han confirmado mi fe».

      SIR GHILLEAN PRANCE, F(ellow)R(oyal)S(ociety)

      «La próxima vez que alguien te diga que algo es cierto, pregúntale: “¿Qué tipo de pruebas lo justifican?”. Y si no recibes una buena respuesta, espero que te lo pienses muy bien antes de creerle».

      RICHARD DAWKINS FRS

      ¿EL ÚLTIMO CLAVO EN EL ATAÚD DE DIOS?

      Existe la impresión popular generalizada de que cada nuevo avance científico es otro clavo en el ataúd de Dios, impresión alentada por algunos científicos influyentes.

      Estas opiniones son el extremo de un amplio espectro de posturas, y sería un error pensar que constituyen el término medio. Muchos ateos se mantienen lejos de tal militancia, además de sentir repulsa por las connotaciones represivas y totalitarias de tales puntos de vista. Sin embargo, como siempre, son los puntos de vista extremos los que reciben más atención pública y más exposición por parte de los medios, y llegan a muchas personas en quienes acaban influyendo. Por eso no se los puede ignorar. Hay que tomarlos en serio.

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