La gestión de sí mismo. Mauricio Bedoya Hernández
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El punto de articulación del neoliberalismo con las psicociencias está puesto en la normalización. Por esta razón, en el capítulo 3 abordamos este tema de la mano de Foucault, Canguilhem, Le Blanc y Rose, entre otros, para plantear la tesis de que somos normalizados por el mercado. Sostenemos que, aunque las normas de consumo tienen gran movilidad a través de la moda, la norma del rendimiento, el capital humano, la competitividad y la ilimitación del deseo permanecen y se mantienen inmóviles en el neoliberalismo. Lo que se ha impuesto como normal en la contemporaneidad es que el sujeto se haga gestor de su propia vida. Por otra parte, mostramos de qué manera, en la contemporaneidad, el esquema del poder pastoral se ha manifestado contemporáneamente en Occidente de la mano de las nuevas autoridades expertas y los nuevos públicos. Claro está que con esta nueva pastoralización de la vida no estamos hablando del mismo poder pastoral del cristianismo de la Edad Media. Finalmente, el neoliberalismo hace una gestión positiva de la anormalidad y, de manera más amplia, de la subjetividad. Por su carácter axial, este capítulo resulta ser el más extenso.
Los siguientes capítulos se refieren a las psicociencias. La problematización de la función psi y el sujeto psicológico se constituye en el foco del capítulo 4. Iniciamos problematizando el diagnóstico realizado por Byung-Chul Han respecto a la psicopolítica contemporánea, para adentrarnos en la disciplinarización de las psicociencias en el siglo xix (psicología y psiquiatría), la cual estuvo íntimamente asociada al gobierno de los otros (y sigue estándolo). En el capítulo 5, denominado “Psicociencias y vectorización de sí”, trabajamos el proceso de medicalización de la vida que las psicociencias produjeron durante el siglo xx. Proponemos que esta medicalización se dio a partir de cuatro procesos: la psicologización del yo y de lo social, la construcción de un lenguaje para hablar de nosotros mismos, la patologización y la psicofarmacologización de la vida. Las psicociencias hicieron una densificación psicológica del yo, crearon públicos psi y construyeron un lenguaje para que las personas se interpretaran y reconocieran a lo largo del eje normalidad-anormalidad. A esto lo llamamos vectorización de sí. También nos adentramos en el debate acerca de la manera como la psicologización del yo rompe el lazo social y el efecto estratégico que ello trae para el neoliberalismo.
Retornamos, en el capítulo 6, al problema de la pastoralización de la vida, pero específicamente nos enfocamos en la delineada por las psicociencias. Esta neopastoralización se asocia directamente con la producción de verdad y da la entrada a lo que denominamos tecnologías para el cálculo de la subjetividad. Tanto en este capítulo como en el 7 abordamos con profundidad creciente una de las tesis que nuclean esta investigación: el sujeto psi plano, el sujeto psi profundo y el sujeto psi aplanado han representado formas de subjetividad correspondientes a diversos momentos en la producción de verdad por parte de las psicociencias. El êthos subjetivo y, por consiguiente, la manera de gobernar la propia vida se han constituido, en Occidente, alrededor de este sujeto psi.
En el capítulo 7 continuamos nuestra problematización sobre el asunto ético y sobre el gobierno de la propia vida en la contemporaneidad a partir de la analítica de lo que denominamos en este texto tecnologías de ayuda, de las cuales reconocimos básicamente dos: la tecnología de la autoayuda y la psicoterapia (esta segunda la abordamos en el capítulo 8). Mostramos que las técnicas de autoayuda son falaces y que, en el fondo, promueven una subjetividad heteronómica, una autonomía tutelada por expertos y una relación consigo mismo que conduce a los sujetos a vivir una constante experiencia de debilidad. Esto es usufructuado por el neoliberalismo en términos de la implementación de todo un mercado psi que ofrece la promesa del mejoramiento continuo y del bienestar total. Entonces, las formas de subjetivación propuestas por las técnicas de la autoayuda parten de un sujeto débil y tutelado.
El capítulo 8, “Ser-otro en la psicoterapia”, es una crítica de la segunda tecnología de ayuda. Nuestra idea central en este apartado es que el sujeto terapizado es un individuo que quiere ser-otro y la psicoterapia le ofrece esa posibilidad a precio de someterse al dispositivo terapéutico y confesar su propia verdad. Esto hace que la psicoterapia funcione mediante el esquema neopastoral. Como en el caso de la autoayuda, lo que los tratamientos del alma ponen en juego es la relación del sujeto consigo mismo (la ética) y la conducción de la propia vida (el gobierno de sí).
Finalizamos este texto con las “Consideraciones finales: formas de vida creativas y ética del destino compartido”. Dado que, con Foucault, pensamos que la crítica constituye una actitud de resistencia a unas formas de gobierno determinadas, en estas consideraciones abordamos dos problemas: las formas de vida y la politización de la vida. El neoliberalismo ha buscado conformar unas formas de vida heteronómicas, a las cuales anteponemos lo que nosotros llamamos formas de vida creativas. De la misma manera, al êthos empresarial del neoliberalismo y al despliegue individualista de la subjetividad, los cuales erosionan la vida política de la sociedad y la conciencia de vivir juntos, anteponemos la necesidad de repolitizar la vida. Esto exige que privilegiemos el vivir juntos y la intersubjetividad. Nuestra propuesta es que el principio de funcionamiento de la intersubjetividad está en lo común y que la posición de amistad es la práctica contraconductual por excelencia en relación con racionalidades de gobierno como la neoliberal.
Es, justamente, a raíz de nuestra manera de ver las posibilidades de resistir a ser gobernados de un modo neoliberal que decidimos escribir este trabajo en la forma del “nosotros” (primera persona del plural). En otras palabras, no solamente la tesis principal que elaboramos, y que se esboza en este texto, sino el cuerpo conceptual que construimos y las dilucidaciones que emergieron a lo largo de este, si bien son originales, fueron un tejido intersubjetivo en el que no estuvimos solos. Los autores que abordamos fueron de inmenso e invaluable aporte, así como los amigos con los que pudimos mantener un diálogo fluido alrededor de nuestro problema de investigación, los colegas, el público que escuchó nuestros avances en diversos eventos, nuestros estudiantes y muchos otros. El “nosotros” no es un estilo de escritura, sino un reconocimiento a todas estas personas y al hecho de que el vivir juntos nos permite co-construir nuestras formas de vida privadas y colectivas.
1. Neoliberalismo y subjetivación contemporánea
Una nueva racionalidad de gobierno
Los años ochenta del siglo pasado permitieron la emergencia del denominado neoliberalismo, con la llegada al poder de Margaret Thatcher y Ronald Reagan en sus respectivos países, como producto de una serie de transformaciones que se fueron realizando en las naciones liberales occidentales desde la tercera década del mismo siglo, como bien lo señala Michel Foucault (2007) en su curso Nacimiento de la biopolítica. En esto coinciden Christian Laval y Pierre Dardot, quienes continúan la investigación foucaultiana sobre el neoliberalismo y la presentan en su texto La nueva razón del mundo, del año 2013. La crisis del liberalismo del siglo xix, anunciada ya en los inicios del siglo xx, y la consecuente nueva interrogación del lugar del Estado dentro de las economías nacionales y en la economía mundial se perfilaron como el escenario en el que el intervencionismo del Estado es puesto en cuestión en función de la libertad de mercado. Aquello que Michel Foucault denominó fobia al Estado no demoró mucho tiempo para hacerse su lugar.
Con la noción de “emergencia” no nos referimos a que el neoliberalismo es fruto de un proceso evolutivo similar al desarrollo en una línea de tiempo de unos discursos, prácticas, técnicas, actos legislativos y acontecimientos que fueron previamente pensados, razonados, diseñados y ejecutados ordenadamente para llegar a lo que