La gestión de sí mismo. Mauricio Bedoya Hernández

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La gestión de sí mismo - Mauricio Bedoya Hernández

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centrada en la gestión de la información (Deleuze, 1999; Laval, 2004, 2012; Laval y Dardot, 2013). Tener un mayor acceso a la información que otros hace del sujeto empresario un individuo más competitivo y exitoso. Se confecciona una carrera entre sujetos que buscan, para obtener los logros propuestos, estar mejor informados, ser creativos para acceder a la información y para producirla porque de ello depende que puedan gestionarse mejor como empresa en todas las esferas de su vida.

      El sí mismo como inversión

      Si bien la libertad humana ha sido problematizada a lo largo de la historia, el liberalismo clásico la concibió como un imperativo, como una forma de racionalidad que se unía a la naturalización de las normas económicas. En el presente, el papel del Estado es velar por la defensa y la promoción de la libertad de los individuos basándose en el criterio de la competencia y el rendimiento, es decir, bajo el horizonte de la economía y el mercado. El neoliberalismo mantiene la aspiración de los siglos previos frente a la libertad del individuo. Solo que ha habido una torsión: mientras que los siglos xviii y xix concebían la libertad como un derecho natural, el neoliberalismo la ve como una conquista que se logra ya no por efecto de las dinámicas políticas y sociales, sino fundamentalmente por la lógica del mercado y la competencia. La persona es libre, pero para ser empresario, para definir cuál es el producto que tiene para comerciar; es libre para determinar el ramillete de productos que quiere consumir. En fin, es una libertad no fundamental sino realizada en el marco que ofrece el mercado de consumo. A ese tipo de libertad se acoge el individuo alienado al neoliberalismo.

      El neoliberalismo aborda el problema del trabajo desde un dominio de análisis puramente económico, lo cual se constituye en toda una novedad en la medida en que los neoliberales habían criticado que de los tres factores implicados en la producción de bienes, según lo sostenía la economía política clásica, solo fueron explorados en profundidad la tierra y el capital, quedando el tercero, el trabajo, como página en blanco sobre la que los economistas no escribieron nada. Más específicamente, el trabajo solo fue considerado en la variable del tiempo, pero nunca antes se lo había analizado en sí. La reflexión de la teoría económica sobre la producción capitalista, como también lo hace el marxismo, deja el trabajo reducido a las variables cuantitativas de tiempo y fuerza. Por el contrario, los neoliberales “pretenden cambiar lo que constituyó el objeto, el dominio de objetos, el campo de referencia general del análisis económico” (Foucault, 2007, p. 259). Puesto que durante el siglo xix y parte del siglo xx el análisis económico giró en torno de los mecanismos de producción e intercambio y de los hechos de consumo localizados dentro de una estructura social dada en la que aparecen esos mecanismos, el neoliberalismo cambia el foco del análisis y se pregunta por la naturaleza y las consecuencias de lo que denomina decisiones sustituibles, las cuales aluden al hecho de que las personas destinan los escasos recursos con que cuentan a fines excluyentes entre sí: “La economía, por lo tanto, ya no es el análisis de procesos, es el análisis de una actividad. […] el análisis de la racionalidad interna, de la programación estratégica de la actividad de los individuos” (Foucault, 2007, p. 261).

      En qué gasta el trabajador los recursos de que dispone será, por lo tanto, la pregunta del análisis económico que realiza el neoliberalismo sobre el trabajo. Esto significa situarse en la perspectiva de quien trabaja para situar al trabajador como un sujeto económico activo. Este cambio tendrá importantes implicaciones para esta forma de análisis llevada a cabo por el neoliberalismo, pues deja la economía del lado de los comportamientos de los individuos y, por lo tanto, tendrá que ocuparse constantemente de la pregunta por la racionalidad de los comportamientos. La pregunta que se impone tiene que ver con las formas de razonar que tiene un individuo cuando elige gastar sus escasos recursos en unos productos específicos que constituyen los fines perseguidos en esta inversión. Las motivaciones de las personas, sus gustos, sus cogniciones, sus motivos conscientes e inconscientes, sus aspiraciones y anhelos, y, en fin, su mundo interno se constituyen en un campo para ser comprendido y gobernado en función del despliegue de imperativos económicos, de consumo y mercado.

      El trabajo, desde la óptica de Becker y Schultz, es la actividad realizada por una persona para obtener unos ingresos, entendidos estos como “el producto o rendimiento de un capital” (Foucault, 2007, p. 262) y, a su vez, el capital es entendido como aquello que puede representar ingresos futuros. Foucault se pregunta “¿qué es el capital cuya renta es el salario?” (Foucault, 2007, p. 262). Responde que, para el neoliberalismo, el capital son todos los factores físicos y psicológicos que habilitan al individuo para ganarse un salario o un flujo de salarios. En otras palabras, el trabajo es una aptitud, una idoneidad; es decir, una máquina. Así visto, el capital no puede disociarse de su poseedor. La idoneidad, inseparable del trabajador, se constituye en máquina en cuanto que “produce” flujos de ingresos. Aquí lo que se pone en juego es “la idea del individuo activo, calculador, responsable, capaz de sacar provecho máximo de sus competencias, es decir, de su capital humano […]. Nos encontramos, más bien, frente a una nueva teoría del sujeto como empresario de sí mismo” (Castro-Gómez, 2010, p. 205). O, como lo dice Christian Laval (2004), quien contrata “compra sobre todo un ‘capital humano’, una ‘personalidad global’ que combina una cualificación profesional stricto sensu, un comportamiento adaptado a la empresa flexible, una inclinación hacia el riesgo y la innovación, un compromiso máximo con la empresa” (p. 97).

      El Homo oeconomicus se comporta como una máquina empresarial. Cualquier acción que busque asegurar unas mejores condiciones de vida es vista como inversión que se dirige a aumentar el capital humano (que incluye su capital económico). Encontramos aquí un tejido en el que confluyen la estructura de competencia, el capital económico de las personas y el logro de la promesa de bienestar, felicidad y libertad, alrededor de la lógica del mayor rendimiento. El logro de esta promesa solamente se obtiene en tanto que los individuos sean competentes, en el sentido de ser poseedores de cuerpos y mentes sanos para tornarse productivos, para sacar el mayor provecho de sus recursos personales, para lograr soportar los embates de una sociedad que los mantiene en continua sensación de riesgo y amenaza, con el efecto de angustia que de ello se desprende (Castel, 2005, 2010; Laval y Dardot, 2013; Sennett, 2000). La salud física y mental se constituye en condición fundamental para conducirse y para conducir a los otros. Aparecen, entonces, los estándares del hombre sano tanto a nivel corporal como mental. Y, por tanto, al hacerse a esos criterios de salud se despliegan formas de subjetivación determinadas.

      La generación de flujos de ingresos, dada la radicalización mercantilista del esquema neoliberal del gobierno, termina absorbiendo todas las capas de la vida de las personas, su historia como individuos, la historia de sus propias familias y hace lo propio con la esfera de las relaciones sociales. Consecuentemente con ello, se propende por la llegada de un momento en el cual la vida de cada sujeto, desde sus inicios mismos, pueda ser calculada, proyectada y hasta delineada de acuerdo con aquello que sus padres y la sociedad invirtieron en términos de la provisión de una historia personal satisfactoria (Foucault, 2007). El afecto, el cuidado, el esmero, el vínculo seguro, la atención adecuada y demás aspectos asociados a la crianza se constituyen en todo un “capital semilla” (Castro-Gómez, 2010, p. 206) que le es dado a cada persona incluso desde antes de su nacimiento. El neoliberalismo

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