Crear. Bernardo Guerrero Jiménez

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y metodológicos son radicalmente diferentes a los que estaban en boga tanto en la arqueología, la historia, la etnohistoria y la antropología. Hay un diálogo con los sujetos regionales: aymaras, pobladores, entre otros. La producción académica se concatena con la divulgación de estos. El investigador dialoga con aquellos que el positivismo trata como objetos. Esta experiencia está relativamente sistematizada en una publicación que da cuenta de la experiencia de reetnificación llamada Boletín Aymara (Guerrero, 1986). Además de lo anterior, pone en la agenda académica tanto nacional como internacional la situación de los aymaras de esta parte del país. En el plano nacional, en una nación extremadamente centralista, el quehacer del Ciren no dejó de llamar la atención.

      Y tercero, crear un espacio institucional en plena dictadura que nos permitió analizar, discutir y comunicar nuestros resultados de investigación. Todo ello en un ambiente de persecuciones, de universidades cerradas y secuestradas por la lógica militar. Todo esto, además, en Iquique, una ciudad fuertemente impactada por la represión dictatorial. El Ciren fue tal vez la única experiencia en Chile de construcción de una institucionalidad no gubernamental fuera de la capital. No en vano se dice en esos años que las ONG eran las universidades extramuros, y el Ciren lo fue, en tanto puso en la agenda regional y nacional temas vedados por el poder, realizó seminarios y publicó resultados de investigación, abrió espacios para la sociabilidad opositora a la dictadura, construyó una biblioteca, incursionó en el periodismo popular, radioteatros, programas de radio, etcétera.

      El Ciren/Crear está, además, constantemente reflexionando sobre su quehacer. Prueba de ello son los documentos que va produciendo en los que se expresan sus preocupaciones (Ver bibliografía). En estos documentos se reflejan, visto desde ahora, las preocupaciones políticas acerca de lo que sucede en Chile y en el Norte Grande, pero además se plantea la necesidad de construir para este territorio un modelo de desarrollo en la que la identidad cultural juegue un papel fundamental.

      El Ciren/Crear no solo se queda en esos planteamientos, sino que también a través de escuela de verano, talleres y otros eventos socializa ese pensamiento. Llama la atención que, en la actualidad, aún se siguen tocando esos temas. Y se hacen porque no han sido resueltas las interrogantes que nos planteamos en los 80 del siglo pasado. En otras palabras, que la cultura es el motor del desarrollo y que sin identidad no hay desarrollo emancipatorio.

      Yerny González, Francisco Pinto, Víctor Guerrero y Dufré Villalobos

      Pero también hay una reflexión profunda acerca de nuestras orientaciones epistemológicas y metodológicas. Críticos al positivismo clásico, la opción por la investigación-acción y la educación popular son temas de continuos debates. Y sobre todo críticos a una posición hegemonizante de la educación popular que ignora, por ejemplo, la dimensión étnica de estos procesos (Podestá, 1987). En lo medular, Podestá discute los anclajes de clases que tiene la educación popular que hace invisibilizar la dimensión étnica.

      Nuestra formación como sociólogos ignoraba la dimensión étnica de nuestra realidad. Por lo mismo, introducirnos en estos temas fue un proceso complejo y motivante a la vez. Nuestras conexiones con universidades y ONG de los países andinos fueron vitales para esta comprensión. Diálogos con Juan Van Kessel, Xavier Albó, Hans van der Berg, Grimaldo Rengifo, Horacio Larraín, Eduardo Grillo, Jorge Hidalgo, Lautaro Núñez, Gilles Riviére, entre otros, fueron vitales. Por cierto, las lecturas de los clásicos del mundo andino como Tom Zuidema, John Murra, Karen Spalding, José Matos Mar, Henry Pease, Luis Millones, entre tantos otros.

      Entre ellos Xavier Albó, Héctor González y Erik Laan

      Gracias a las gestiones de Van Kessel, el Ciren/Crear tuvo una relación especial con ese país, sobre todo con sus universidades y agencias para el desarrollo. Nos detenemos en nuestra relación con las universidades que nos ayudó a mantener una línea de investigación y de publicaciones más que relevantes. Así es como en el año 1985, ambas instituciones publican el libro El movimiento pentecostal en la sociedad chilena de J. Tennekes, un texto clásico que da cuenta del crecimiento de este movimiento religioso en América Latina y sobre todo en Chile. Profesores de esa universidad nos visitan y con ello organizamos talleres de discusiones tanto teóricas como metodológicas. Es así, por ejemplo, que el 5 de junio de 1987 se realizó el taller de religiosidad popular “Encuentros y desencuentros entre el culto pentecostal y el culto mariano”. Aparte de los investigadores del Crear, participaron André Droogers, Franz Kaamsteg, Javier Vilca, José Desmond.

      A estas relaciones, se le sumarán la presencia de estudiantes becarios de ese país, estudiantes de antropología cultural y sociología no occidental, sobre todo de la Universidad Libre de Ámsterdam. Estos efectuaron importantes aportes al estudio de la realidad regional, sobre todo de la cultura andina. Muchos de ellos publicaron en los Cuadernos de Investigación Social, entre ellos Eric Laan, María de Bruyn, Jaap Lemereis, y otros.

      Horacio Larraín

      El Servicio Universitario Mundial conocido por su sigla en inglés como Wus, realizó una extraordinaria labor en lo que se refiere a profesionales que buscaban reinsertarse en Chile.

      El Ciren/Crear recibió a dos profesionales que desarrollaron líneas de investigación al interior de nuestra institución. Uno de ellos fue Gastón Guzmán, que venía de Francia y que se insertó en el mundo andino, en la localidad de Chiapa. El otro, el ingeniero civil Aníbal Matamala, que se integró al equipo de investigadores que estudiaron temas mineros y de pesca (Matamala, 1989). En temas del borde costero Arturo Neira, desempeñó en los años 90 una interesante labor tanto en Pisagua como en el sector sur de Iquique.

      Por su parte, el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) nos apoyó en la formación de investigadores jóvenes, entre ellos al sociólogo Julián González, que se dedicó al estudio de los jóvenes aymaras (1987).

      El Ciren/Crear realizó trabajo en coordinación con la Comisión de Derechos Humanos de Iquique. Destacada labor jugaron abogados como Germán Valenzuela, Carlos Vila, Dora Silva, Ernesto Montoya, entre otros. Se efectuaron seminarios y conversatorios sobre este tema, además de la publicación de varias cartillas de difusión. Destaca la importante labor de la radio Iquique FM dirigida por Fernando Muñoz Marinkovic.

      Al trabajar con las comunidades alto-andinas de la provincia de Iquique, nos guió la idea de la reetnificación de las mismas. Una idea que, con el paso de los años, es ambiciosa, pero que en la década de los 80 parecía posible de realizar. Para ello diseñamos dos micro-medios: el Boletín Aymara y el Vizcachín2. Ambos con públicos diferentes, pero a su vez complementarios. El primero dirigido al mundo adulto, el segundo a los niños y niñas del sistema escolar. Se trabajó con las comunidades del sector de Cariquima, en los ayllus de Villablanca, Quebe, Chijo, en el Isluga en las comunidades de Mauque y Enquelga. Fue un trabajo participativo entre los investigadores del Ciren/Crear, y los comuneros y profesores amigos de esas escuelas3.

      Vizcachín

      Es un material de lectoescritura dirigido a niños y niñas entre los 5 y los

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