La Adoración Que Toca El Corazón De Dios. Nina Gardner

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La Adoración Que Toca El Corazón De Dios - Nina Gardner

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celestiales, y por eso ya has recibido el poder y la autoridad para venir confiadamente a Su presencia (Hebreos 4:16). Tú entras en esa posición de poder y autoridad cuando empiezas a ministrar a Dios directamente. Tú tienes la llave del corazón de Dios, y tú eliges si la usas o no; nadie, ni siquiera Satanás, puede quitarte tu posición.

      El propósito para que los sacerdotes entraran al Lugar Santo y al Lugar Santísimo era ministrar a Dios. Era únicamente después de ministrar a Dios que ellos tornaban a bendecir al pueblo, y luego la gloria de Dios se manifestaba en medio de ellos y todas sus necesidades eran satisfechas (Levítico 9:22-24). Si queremos ver la gloria de Dios manifestada en nuestros servicios o en nuestras vidas, lo primero que tenemos que hacer es ministrar a Dios. Además, Jesucristo quiere darnos poder así como lo dio a los setenta para ir a sanar a los enfermos, resucitar a los muertos, echar fuera demonios, y predicar el evangelio. Todo esto comienza con nuestro conocimiento de Dios y ministrándolo a Él.

      Podremos entrar en los ámbitos de Su gloria, de Su paz, de Su amor, y muchos otros lugares, cuando tomemos nuestros lugares y vengamos delante de Dios para adorarlo en espíritu y en verdad. Las llaves del reino de los cielos se nos abrirán cuando ministremos a Dios directamente por nosotros mismos. Es aquí donde recibimos lo que necesitamos directamente de Dios. Ya sea que necesitemos sanidad, liberación, o ayuda, todo esto está aquí. Si necesitamos respuestas a nuestras oraciones, podemos recibirlas. No es que haya un problema con que alguien ponga sus manos sobre nosotros para que seamos sanos, pero si podemos ir directamente a Dios y recibir la sanidad de Él, ¡eso es algo totalmente vivificante! ¿Y acaso no es esto lo que Dios realmente quiere que suceda? ¿No es éste el plan de Dios desde el principio? Él anhela que lo ministremos en el oficio sacerdotal. Él desea encontrarse contigo personalmente en el Lugar Santísimo, ¡y que tú lo experimentes en toda Su gloria!

      La Gloria de Los Tabernáculos

      Moisés escuchó el llamado de la voz tronante de Dios que hacía temblar la Tierra debajo de sus pies. Dios estaba descendiendo solo para encontrarse con él en el tabernáculo. Mientras Moisés pasaba por en medio del pueblo con el rostro cubierto, todos se pusieron de pie, mantuvieron la respiración y permanecieron a la puerta de sus tiendas. Siguieron mirando hasta que Moisés entró en el tabernáculo y la nube de la gloria de la Shekinah de Dios descendió sobre la entrada. Moisés estaba en el lugar del encuentro con Dios hablando cara a cara. La presencia del poder y la gloria de Dios emanaba desde el tabernáculo hasta las puertas de las tiendas, y todo el pueblo estaba en los umbrales adorando al gran YO SOY (Éxodo 33:8-11).

      ¡Oh que pudiésemos ver la gloria que emanaba de los tabernáculos antiguos, y cómo Dios quiere encontrarse con nosotros del mismo modo! El apóstol Pablo dijo en 2 Corintios 3:7-8, “Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer, ¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu?” Pablo estaba diciendo que los antiguos tabernáculos tenían la gloria de Dios residiendo en ellos y sobre ellos, ¡y era increíblemente glorioso! Pero ahora nosotros operamos por el espíritu, y existe una nueva forma de ministrar a Dios que es más gloriosa que lo que era bajo la ley. Por otra parte, Pablo dijo en Hebreos 9:1, “Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario terrenal.” Esto significa que el primer tabernáculo tenía servicios de disposición divina, pero que el santuario en sí era terrenal. Pero ahora nosotros somos el santuario de Dios, somos el templo de Dios y Sus leyes están escritas en nuestros corazones, y no sobre piedras como le fueron dadas a Moisés.

      Si los primeros tabernáculos eran tan gloriosos que la cara de Moisés brillaba con la presencia de Dios, al punto que tuvo que cubrir su rostro con un velo, ¡cuánto más gloriosamente será revelado el Señor en nosotros para aquellos que tienen el tabernáculo de Dios edificado en ellos! ¡Nosotros somos los nuevos tabernáculos y tenemos una capacidad increíble para emanar la gloria de Dios y brillar más que Moisés (2 Corintios 3:7-10; Hebreos 8:1-5; 9:2-15)!

      Por lo tanto, imagina la gloria que residió en estos lugares. Si podemos hacerlo, entonces veremos cómo la gloria será revelada en nosotros. Ciertamente la gloria de lo antiguo no se puede comparar con la gloria que será vista en nosotros a consecuencia de que Cristo Jesús murió por nuestros pecados y nos redimió de la maldición de la ley y habita dentro de nosotros. Mientras que en el Antiguo Tabernáculo se rociaba la sangre de cabras y carneros para la expiación de los pecados, ahora la sangre de Cristo es rociada en el nuevo tabernáculo de nuestros corazones para la remisión de pecados. Si te alegra comprender la gloria que residía en cada parte de los tabernáculos, ¡te alegrará aún más saber que esto reside ahora en ti!

      El tabernáculo mosaico

      Al trazar el patrón de la Adoración Davídica, es importante tener una imagen visual del Tabernáculo Mosaico y de los dos tabernáculos de Adoración Davídica. A continuación hay un diagrama del patrón (diseño) del tabernáculo que Dios le dio a Moisés para los propósitos de la adoración. Cada lugar que he detallado tiene un propósito definido, y sigue siendo un patrón básico de adoración para hoy.

      La Puerta de Entrada

      Solamente había una Puerta de Entrada al tabernáculo, la cual Dios específicamente diseñó de tejido; sin embargo, ésta no formaba parte de la adoración. La gente solo entraba por las puertas para adorar, no consideraban las puertas como parte de su adoración. En términos generales, se permitía la entrada de las personas al Atrio Exterior con sus ofrendas sacrificiales para adorar a Dios, mientras los sacerdotes consagrados realizaban los sacrificios por ellos. Sin embargo, los eunucos, bastardos, amonitas y moabitas tenían de todo prohibido entrar por las puertas para adorar (Deuteronomio 23:1-3). Pero, ¡alabado sea el Señor! ¡Jesucristo ha venido para que todos podamos entrar a adorar! Romanos 10:12-13 dice, “Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; porque todo aquel que invocar el nombre del Señor, será salvo.” No importa lo que hicieron tus antepasados, qué te pasó o en qué familia o cultura naciste, todos nosotros podemos pasar por las puertas para adorar a nuestro Señor.

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      El Atrio Exterior

      El Atrio Exterior tenía dos elementos: el Altar de Bronce y la Fuente.

      El Altar de Bronce era siempre para las ofrendas sacrificiales. Aquí era donde los sacerdotes realizaban los sacrificios diarios de sangre o granos por los pecados del pueblo. Hoy en día no estamos bajo la Ley Mosaica que requiere el sacrificio de animales, ahora hay remisión de pecados por la sangre de Jesucristo (Mateo 26:28). Así, el simbolismo del Altar de Bronce es pedir el perdón de los pecados.

      La Fuente también era conocida como el lavatorio. En la época de Moisés, los sacerdotes se lavaban las manos y los pies después de hacer los sacrificios de sangre y antes de entrar en el Lugar Santo. El simbolismo es cómo Jesús ahora ha lavado nuestros pecados haciéndonos limpios y santos para que podamos entrar en el Lugar Santo. Él remueve la mancha de la culpa, la vergüenza y los deseos carnales para que podamos entrar libremente en el ámbito espiritual de la santidad (1 Corintios 6:11). Por lo tanto, el simbolismo de la Fuente es el lavamiento del agua por la Palabra, que es Jesucristo (Efesios 5:26-27).

      La Puerta Interior

      Estaba colocada inmediatamente detrás de la Fuente que llevaba al Lugar Santo y sólo a los sacerdotes se les permitía entrar.

      El

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