El punto original. Ángel Largo Méndez

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El punto original - Ángel Largo Méndez

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datos científicos cada ser humano genera cerca de 60000 pensamientos diarios. El filósofo y físico inglés Robert Hooke estimó que la mente era capaz de contener 3.155.760.000 ideas distintas. Se quedó cortísimo, si tenemos en cuenta la reciente cifra estimada por el periodista británico Mike Holderness en la revista New Scientist: 10 elevado a 80.000.000.000.000, una cifra que superaría el número de átomos que hay en el universo.

      La autoidentificación del Punto Original en este Punto Reflejo manifiesto es el inicio de esa cifra inmensurable a un nivel macro primero, para luego extenderse hasta lo más ínfimo. De la conciencia de sí mismo las potencialidades de manifestación son enormes. Remarco que el Punto Original ahora observa algo, hecho a su imagen y semejanza, que es el puro conocer de sí mismo. La manifestación de saber que se ES.

      Sin embargo, esto no sugiere que el Punto Reflejo fue la primera piedra del Cosmos. Indicar un inicio del universo es imposible. Se podría creer que sí se puede, pero esto es un hecho atemporal. ¿En dicha quietud, y antes de que la misma dualidad comienzo-final exista, podría existir un comienzo? Aunque la explicación sugiere que de lo Inmanifiesto surge lo Manifiesto, esto no conlleva un orden jerárquico o cronológico, tan solo es un intento desde el movimiento constante de lo dual, cosa que iremos comprendiendo más adelante, por concebir a aquello donde todo concepto es una apariencia.

      A través del autoconocimiento, lo Inmanifiesto se expresa dando paso al estado inicial de Lo Manifiesto: la quietud, a la que en este ensayo llamaremos: Punto Reflejo o Ser. De aquí partirán un sinnúmero de pensamientos, ideas, formas, detalles, ilusiones que buscarán su total expresión y expansión. Para aquello, avanzará hacia un proceso único y desconocido hasta entonces: el movimiento, nuestra siguiente parada.

       El movimiento del Ser: del punto al círculo

      La expresión primera de un punto manifiesto en el espacio es la línea, que es geométricamente hablando una sucesión infinita de puntos. Es decir, que la forma original se replica incesantemente hasta conformar una figura nueva que requiere para su estado una acción hasta ese entonces desconocida: el movimiento. Esta es la graficación simple de cómo empezó el Big Bang y la expansión del universo, que no es otra cosa que la quietud dando paso al movimiento y con eso, la conformación de la dualidad primordial, donde lo que era uno se convierte en dos o más, para su reconocimiento y auto observación.

      Lo Manifiesto se determina por dos estados intrínsecos que conforman la realidad: la quietud y el movimiento. A través de su propia traslación el Punto Reflejo da origen a la expresión. Estos estados también serán preponderantes al momento de definir las experiencias que el hombre conoce como base de su existencia.

      Pero este movimiento es ilusorio. En realidad, es el replicar del Punto Reflejo de manera incesante y continua, dando la apariencia de que se mueve. Es decir, todo lo que hay es el Ser del Punto Original estando presente siempre, dando forma a Lo Manifiesto.

      El Ser, desde la quietud que es su estado original, inicia con el movimiento un proceso que deviene en una autoexploración infinita de su poder. La conciencia de sí mismo sale a indagar a través de la expresión fenoménica. Su recorrido termina donde empezó, ya que al no existir otro Ser Manifiesto en el infinito, el primero se convierte en salida y retorno obligado. ¿Qué figura geométrica inicia y termina donde comienza, sin tener otro punto o vértice? Un círculo aparece en el Punto Original, el Ser Manifiesto toma forma.

      Basta que observemos todo cuanto nos rodea para captar rápidamente cómo lo animado y lo que creemos inanimado comparten algo fundamental en común: su movimiento cíclico.

      Podemos ver el movimiento circular o cíclico de Lo Manifiesto en el desarrollo de la vida. En el útero de la madre, donde al principio no había nada, solo calma absoluta, surge una nueva expresión: un embrión que pasará luego a ser un bebé, luego un niño, después un joven, siendo en esta edad, la de mayor desarrollo y plenitud física alcanzable. Luego el ritmo de este ser escalona para atrás, o expresado de manera correcta, da la vuelta: adulto, mayor, anciano, hasta llegar a la muerte, que es la desaparición, la calma, la quietud, de vuelta a esa nada inicial. Este es un proceso que dibuja una circunferencia perfecta, replicando el movimiento inicial del Ser, con la diferencia de que sucede dentro ya de la experiencia física, a un nivel micro.

      Esta misma rueda de la existencia efímera de lo Manifiesto sucede en cada fenómeno objetivo sine qua non: plantas, animales, minerales, parásitos, virus, células, mundos, estrellas, galaxias, pensamientos, sensaciones, sentimientos, una lista interminable de procesos cíclicos presentes en lo macro y en lo micro con un mecanismo fractal como base. Este proceso, este devenir del Ser, sucede dentro, fuera y en nosotros. Es absurdo pensar que, por alguna excepción a la regla, el hombre está exento de un sistema que se presenta como una fuerza o tratado imprescindible en todo el universo. Ciertamente, escapar a aquello sería una especie de divinización del hombre, que lo engaña de su condición real.

      Es de suma importancia aclarar que este círculo que utilizamos para comprender la formación de Lo Manifiesto es una alusión al movimiento de las formas, no a su dimensión o extensión. Con esto quiero decir que el universo no es un círculo, al menos no el universo en el cual vivimos, pero su expresión si mantiene este recorrido como modelo.

      Esta dualidad característica que asume el Ser en su expresión se seguirán ampliando y reproduciendo interminablemente hacia el desarrollo total de las infinitas potencialidades latentes del Punto Original. Sin embargo, aquí vale observar un detalle. El Punto Original, no se ve afectado por el movimiento originario de su Punto Reflejo. Independiente de cómo avanza el desarrollo fenomenológico quietud/movimiento el Punto Original se muestra incólume, intocado y siempre presente.

       Un movimiento constante, un tiempo subjetivo

      El Punto Reflejo inicia la exploración o auto observación de sí mismo y forma una línea que en su recorrido irá hasta los confines de sus posibilidades para luego retornar a donde partió, ya que es lo único que hay, que existe y conoce, o sea el sí mismo, el retorno a casa. De esta manera, el Punto Original auto expresado en su reflejo observa sus potencialidades infinitas en un espacio finito.

      Este espacio en un análisis rápido y simple parece compuesto de objetos, es decir, de millones y millones de expresiones que aparecen en el movimiento. No obstante, reconociendo que esta traslación se refiere a un cambio de estado de la conciencia de sí mismo o subjetividad pura, podemos decir que lo real y permanente en todo momento no es más que un reflejo del Punto Original.

      Cuando vemos al círculo creemos que estamos ante un objeto sólido, distinto y propio. Es obviamente visible, medible y tangible. Si nos detenemos a revisar su composición vemos que la figura en realidad no es más que una sucesión de puntos que inician y terminan en la misma posición dada. La forma real de la figura (y cuando hablamos de real, hablamos de inalterable) sigue siendo el punto, que ya sea uno en movimiento, o muchos superpuestos, dan la apariencia de un círculo.

      ¿Existe en el gráfico algún elemento que no parta o sea expresión del mismo punto? No. Entonces no hay una distinción entre el origen y la apariencia que toma. Los objetos no son más que el Ser expresándose, dando lugar a apariencias que a primera vista parecen disímiles, separadas, pero que son en origen lo mismo.

      Esta comprensión aparece gracias a la capacidad de una de estas apariencias, el hombre, de observar y medir la transición de las formas.

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