La versatilidad de la Biblia. Группа авторов

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aquello de lo cual está hablando (el concepto específico)?

      A medida que se identifican los diferentes párrafos o separaciones naturales en el texto, es de mucha ayuda escribir resúmenes y comentarios breves con nuestras propias palabras sobre el contenido y el propósito de cada párrafo. Puede ser útil iniciarlos de la siguiente manera: “El punto que Pablo (o Isaías, o el salmista) concretamente comunicaba aquí es…”.

      Al enumerar el contenido resumido de cada párrafo, está elaborando una especie de radiografía del texto. Está observando la estructura y el formato interior, algo así como ver los huesos del esqueleto en el interior del cuerpo humano. No está simplemente mirando la superficie externa de un pasaje amplio, sino metiéndose dentro de él y dividiéndolo en sus principales componentes estructurales.

      A veces este proceso se denomina “hacer un bosquejo”. Es un ejercicio muy provechoso para profundizar su propia comprensión de un pasaje. Es todavía más útil cuando llega el momento de decidir cómo explicar, enseñar o predicar a partir de ese pasaje.

      Mirar las oraciones

      Observe la estructura, la forma, la gramática y la sintaxis de cada oración (es decir, la manera en que se encuentran vinculadas, cuáles palabras van con cuáles). ¿Cuál es el tema de cada oración? ¿Cuál es la idea principal en cada oración y cuáles son los conceptos subordinados (si los hubiera)?

      La mejor manera de hacerlo es buscar los verbos y observar cómo se vinculan entre sí. Los verbos son palabras de acción, y el significado dinámico de las oraciones y de los grupos de oraciones depende de ellos. Averigüe cuáles son los verbos principales en su pasaje, y quién o qué es el sujeto principal de esos verbos. Esto le mostrará claramente sobre quién o sobre qué está hablando el pasaje.

      Una manera conveniente de analizar una oración o varias oraciones es colocar el sujeto y el verbo principal a la izquierda y luego ubicar las cláusulas subordinadas con más margen hacia la derecha. De esa manera usted podrá ver la estructura principal del pasaje, con lo que se desprende desde la izquierda. Puede reconocer el flujo de pensamiento de manera visual y más clara. Por ejemplo, a continuación mostramos cómo se podría bosquejar el texto de Efesios 2.11–13. Las frases en negrita a la izquierda muestran el punto principal, que puede leerse como una sola oración. Las demás frases con mayor sangría hacia la derecha son cláusulas secundarias o explicativas que desarrollan el concepto principal:

      Por lo tanto,

      recuerden ustedes

      los gentiles de nacimiento

      —los que son llamados «incircuncisos»

      por aquellos que se llaman «de la circuncisión»,

      la cual se hace en el cuerpo por mano humana—,

      recuerden que

      en ese entonces ustedes estaban separados de Cristo,

      excluidos de la ciudadanía de Israel

      y ajenos a los pactos de la promesa,

      sin esperanza

      y sin Dios en el mundo.

      Pero ahora en Cristo Jesús, a ustedes

      que antes estaban lejos,

      Dios los ha acercado

      mediante la sangre de Cristo.

      (Ef 2.11–13)

      Sea que haga esto o no, debería continuar haciéndose las siguientes preguntas sobre cualquier texto que esté leyendo.

      1. ¿Sobre qué está hablando el autor?

      Ese es el tema o asunto. La respuesta podría ser muy general; por ejemplo, “El amor de Dios” o “La vida de David” o (como en el texto más arriba) “Los gentiles”.

      2. ¿Qué dice el autor sobre aquello de lo cual se encuentra hablando?

      ¿Qué concepto está desarrollando? Aquí la respuesta debe ser más específica: por ejemplo, “El amor de Dios en la Creación se derrama sobre todas las personas, de modo que nosotros deberíamos amar de esa manera”. O “Cómo confió David en Dios aun cuando se enfrentó con un enemigo atemorizante”. O (al igual que en el texto más arriba) “De qué manera transformó Dios la situación de los gentiles que estaban lejos de él, a fin de acercarlos por medio de la muerte de Cristo”.

      Al estudiar el pasaje, observe qué clase de oración es cada una. Hay muchas y diferentes maneras de hablar y escribir. Por ejemplo:

      * Afirmación: “Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra”.

      * Mandato: “No robes”.

      * Pregunta: “¿Dónde estás?”, “¿Dónde está tu hermano?”.

      * Exclamación: “¡Cuánto amo yo tu ley!”.

      * Deseo o esperanza: “El Señor te bendiga y te guarde…”.

      * Emoción: “¡Jerusalén, Jerusalén…! ¡Cuántas veces…!”.

      ¿Qué comunica el autor con esta forma de lenguaje? ¿Qué se propone decir?

      A veces, por ejemplo, un escritor o un hablante puede usar una pregunta, pero en realidad está haciendo una afirmación enfática (a esto se le llama pregunta retórica). Por ejemplo, el padre podría decirle a un niño desobediente: “¿Piensas que soy estúpido? ¿Te parece que estoy ciego?”. El padre no está pidiendo afirmación ni esperando una respuesta. Está haciendo una afirmación muy fuerte: “No soy estúpido. Sé muy bien lo que hiciste”.

      De modo que, si encuentra preguntas en la Biblia, pregúntese qué quiso decir el escritor o el hablante. ¿Es una pregunta real que busca información? ¿O es una pregunta retórica que enfatiza un concepto? Los profetas usaban preguntas retóricas con frecuencia para expresar sus ideas. Lea, por ejemplo, Jeremías 2.5, 11 y Deuteronomio 4.33–34. En cada caso, el escritor usa preguntas. Pero ¿qué mensaje comunica? Reescriba estos pasajes como afirmación (es decir, sin las preguntas que aparecen en el texto).

      También tome en cuenta:

      • humor;

      • sarcasmo;

      • exageración;

      • ironía;

      • contraste;

      • emociones fuertes: ira, amor, temor, etc.

      Procure sentir el flujo de una oración a la siguiente. Busque las conexiones lógicas: de qué manera una cosa conduce a la otra, o continúa de la anterior. Los ejemplos que siguen a continuación han sido tomados de las cartas de Pablo, pero es posible encontrar las mismas características, por ejemplo, en los Profetas o en los Salmos.

      * ¿Avanza la secuencia de oraciones hacia un clímax (de manera que el concepto clave aparece al final)? Por ejemplo, Romanos 10.12–15.

      * ¿O hay un concepto clave inicial al comienzo y luego se construye un

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