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Todos los modelos son simplificaciones que resultan de aislar mentalmente una situación y de tener en cuenta solo las variables esenciales para entender el problema. En estos se realiza un proceso de abstracción, es decir, se suprimen los detalles y las variables particulares, pues lo que interesa del modelo es su capacidad explicativa y predictiva.
Ahora bien, una vez entendida la naturaleza de los dos agentes básicos y la forma en que toman sus decisiones en el mercado, es necesario explicar los diferentes tipos de mercado, como se muestra a continuación.
El mercado perfectamente competitivo
Aunque hemos mencionado dos modelos básicos: producción y consumo, la mayor parte de los textos de microeconomía empiezan planteando un modelo que ya reúne información de estos dos agentes. Se trata del mercado perfectamente competitivo o modelo de oferta y demanda. En él se utiliza el supuesto de conducta racional de los agentes: productores y consumidores, quienes actúan en un mercado en condiciones ideales. Veamos cuáles son esas condiciones:
• Los productores y consumidores son tantos que ninguno de ellos tiene influencia perceptible sobre los resultados que se producen en el mercado. En otras palabras: ninguno de los participantes puede, con sus decisiones, afectar el resultado o imponer el precio que le convenga. Se entiende, entonces, que el precio es el resultado de la interacción entre muchos vendedores y muchos compradores.
• Todos los participantes conocen las propuestas de compra o venta que se van realizando. O bien, se supone que todas las propuestas se realizan simultáneamente, lo que significa que todos ellos tienen la misma información que, adicionalmente, no tiene ningún costo. Es decir, el propio mercado suministra información simétrica y gratuita.
• Los productos que se transan en el mercado son homogéneos. Para un consumidor no tiene importancia saber cuál es el productor o los productores a los que les está comprando, pues suponemos que los productos son homogéneos; y, de hecho, es imposible diferenciar al productor.
• Las transacciones solo se realizan cuando ya no hay más propuestas, obteniéndose un precio único que logra el equilibrio del mercado, el cual se altera únicamente cuando cambien las condiciones iniciales. Por ejemplo, si cambia el número de participantes, sus preferencias o los costos de producción.
• De algún modo, está implícito en el modelo el hecho de que no existe el tiempo, todo ocurre instantáneamente, es decir, el modelo es estático.
• No existe intervención de ningún agente que no participe en el mercado. En particular, se supone que el Estado no interviene en el mercado.
Veremos igualmente que el mercado perfectamente competitivo tiene algunas propiedades interesantes desde el punto de vista del bienestar de los participantes o del concepto de eficiencia, tan caro para la ciencia económica.
El monopolio
El monopolio puede considerarse como la estructura de mercado opuesta a la competencia perfecta, pues implica la existencia de una única empresa que atiende un mercado, es decir, una demanda. El modelo supone que el monopolio conoce perfectamente esa demanda, de modo que puede optar por cobrar un único precio que le garantice el máximo beneficio o por discriminar precios con algún criterio específico, pero siempre teniendo en cuenta que quienes pagan menos por el producto podrían venderlo a quienes pagarían un precio más alto.
El oligopolio
Es una estructura de mercado en la que existen pocas empresas que venden el mismo producto, por lo que cada una de las empresas participantes trata de atraer consumidores. Sin embargo, generalmente se considera que cada una de las empresas conoce tanto la demanda del mercado como los costos de las otras empresas, lo cual les permite establecer la cantidad óptima en cada período de tiempo. Así, la demanda es atendida por todas las empresas participantes, como se verá luego.
La competencia monopolística
En esta estructura las empresas producen prácticamente el mismo producto, pero cada una de ellas le imprime al suyo ciertas características que hacen su producto preferible para un grupo de consumidores. Este rasgo las convierte en monopolios que compiten en el mercado.
Estática comparativa e intervención estatal
El siguiente paso será analizar cómo se altera el equilibrio del mercado cuando cambian algunos de los supuestos. ¿Qué ocurre en el mercado cuando varía el número de participantes? ¿Cuándo varían los costos de producción, cuándo cambian los precios en otros mercados, etc.? En principio, este tipo de ejercicios solo se puede realizar modificando alguna de las variables exógenas del modelo y observando el resultado sobre el equilibrio. El ejercicio se complica si consideramos la alteración simultánea de un número plural de variables exógenas.
En este análisis se introduce un nuevo concepto que nos permitirá manejar un mayor grado de detalle en la comprensión de los cambios: la elasticidad de la oferta y la demanda, es decir, la sensibilidad de los productores y consumidores a los cambios en el precio del producto. De especial importancia será el examen de los resultados que se producen cuando el Estado interviene de alguna manera sobre el mercado, imponiendo algún tipo de restricciones a la conducta de los participantes, estableciendo gravámenes a las transacciones, etc. Como veremos, estas intervenciones afectan el equilibrio del mercado y, por tanto, el bienestar de sus participantes.
Por último, consideraremos otras situaciones en las que se alteran las condiciones de la oferta. Así, pasaremos a estudiar los casos en que existe poder de mercado, es decir, aquellas situaciones en las que el o los productores tienen alguna –o mucha– capacidad para determinar el precio de mercado. Aquí se incluyen algunos modelos de competencia imperfecta, como el monopolio, el duopolio y la competencia monopolística que, de alguna manera, se consideran más próximos a la realidad. Sin embargo, debe tenerse presente siempre que todos estos modelos se comparan con el de competencia perfecta, en especial para juzgar sus propiedades de eficiencia.
La empresa y los costos de producción.
Decisiones de largo y corto plazo
En la teoría económica, la empresa desempeña el papel de productor y vendedor de los bienes y servicios que compran los consumidores. Es importante señalar esto ya que las empresas venden directamente a los consumidores. En este capítulo se presenta una perspectiva de las decisiones de la empresa, separando, como es habitual, las de largo plazo y las de corto plazo.
La decisión de largo plazo es la decisión de invertir, y es tomada por los fundadores de la empresa, los cuales pueden ser tanto empresas como grupos de individuos. Ellos toman, inicialmente, decisiones sobre el producto que esperan