La cábala. Mario Saban

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La cábala - Mario Saban Psicología

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trascender mi «Yo» y, en consecuencia, operar dentro del sistema general. Amplío, pues, mi «psique» (Neshamá) no por entropía, sino por el carácter relacional de mi Yo con el universo, siendo mi Yo un producto consciente de la misma naturaleza universal de la manifestación del Ein Sof.

      32. Las potencialidades ocultas y las potencialidades futuras

      «A cada persona le corresponde una letra de la Torá, sin embargo el problema está en encontrarla; cuando uno encuentra su letra en la Torá comprende por qué ha regresado a la existencia física».

      MARIO SABAN

      Todas las potencialidades del Yo se encuentran ocultas, sin embargo, no existen potencialidades fijas sino modificables. Si decimos que el Yo oculta sus potencialidades, el Yo también oculta el desarrollo de sus potencialidades futuras.

      Quiero explicar esta diferencia sutil (y muy importante) para que se comprenda la diferencia entre las potencialidades existentes y las potencialidades futuras. Las potencialidades existentes en el Yo se encuentran dentro de la Jojmá psicológica, y es en la Biná donde podemos hacer conscientes estas energías psíquicas, pero las potencialidades futuras son aquellas que aparecen cuando logramos la ampliación del Kli de recepción dentro del Keter psicológico.

      Las potencialidades existentes105 en la dimensión de la Jojmá psicológica se deben organizar dentro de la Biná psicológica, para así llevarlas al centro tiferético. Esto constituye el primer trabajo de la psicología del misticismo judío; el segundo trabajo es indudablemente aprender a focalizar mis energías psíquicas en la ampliación del Kli de recepción creando la máxima expansión del vacío interior del Keter psicológico. Es lamentable percibir cómo la gran mayoría de los seres humanos pierden toda su energía psíquica en establecer la identidad y defensa de su Yo. La tarea de una Psicología de alto nivel será en el futuro elevar la consciencia del ser humano, y reencauzar las energías psíquicas que ahora trabajan al servicio del fortalecimiento del Yo y su defensa, para que se amplíe la capacidad de recepción del Kli. Al ignorar el ser humano (por falta de Daat) la posibilidad de establecer objetivos de alto nivel dentro de las dimensiones superiores, este puede creer de un modo equivocado que exclusivamente existen las dimensiones inferiores, pues entonces ajusta sus objetivos y sus energías psíquicas a dicho orden inferior. Cuando sucede esto se verifica la existencia de la consciencia Bet. Salir de la Conciencia Bet a la Conciencia Alef es un problema existencial de difícil solución, porque hasta en los niveles más elevados de la Biná estamos operando dentro de la Conciencia Bet de forma permanente.

      La importancia de no evadirse del vacío existencial es fundamental, la Biná (el Entendimiento) puede confundirse creyendo que la sensación de vacío existencial configura una patología, cuando la patología, en realidad, se configura cuando el sujeto nunca ha sentido dicho vacío existencial.

      El que un sujeto nunca haya sentido el vacío existencial se puede deber a dos grandes motivos: el primero es que al existir dentro del mundo de la fragmentación crea ilusoriamente (y muera pensando) que este mundo es el único mundo real, y el segundo motivo es que sintiendo un miedo interior se refugie en el mundo material (exterior) para evadirse del sufrimiento que provoca el reconocimiento de la fragilidad física de su existencia.

      Esto demuestra el grado de evasión del sujeto en el mundo inferior.106 Quien asciende en sus niveles de conciencia logra alcanzar el vacío existencial, y quien lo supera (logra pasar el Tejom) unifica el sentido y el sin-sentido existencial en un grado de felicidad de orden superior, en un grado de felicidad extrasubjetiva, una felicidad que podríamos denominar como cosmogónica. La reflexión del alma (psique), como dice Hillman, no debe ser un campo exclusivo de la psicología, sino que el material cosmogónico (los aspectos físicos de la creación del universo) debe ser contemplado para comprender mejor la psique. Siendo un fragmento del Ein Sof, y teniendo en cuenta que, más allá de la Neshamá, el misticismo judío opera con grados o niveles más elevados del alma (Jaiá y Iejidá), la psicología del misticismo judío no puede reducir su comprensión del alma de forma cerrada al interior de la propia psique.

      Las Sefirot (o dimensiones energéticas universales) en el orden cosmogónico son las raíces desde donde surgirán las «almas», y siendo el Árbol de la Vida un mapa cosmogónico y a su vez psicológico, no podemos reducir la psicología a la psique, cuando en su origen la psique representa el desarrollo de una consciencia cosmogónica en el modo fragmentario de materialización. El diseño de nuestra psique es una estructura fragmentaria del diseño universal proveniente del interior del Ein Sof antes de la existencia del vacío.

      33. Los dos tipos de felicidad

      «El ocio no suprime, sino que, por el contrario, intensifica la sensación de vacío del hombre».

      JOSEPH FABRY

      Entonces podemos percibir dos tipos de felicidad de acuerdo con cómo el sujeto se encuentre operativo, el Yo en el orden inferior posee una felicidad condicionada por los objetivos alcanzados dentro de dicho orden. Todas las sensaciones de felicidad del mundo inferior son transitorias porque dependen de resultados; en cambio, la sensación de felicidad continua (en el orden transcendente) se alcanza cuando el Yo es feliz por su expansión constante de su vacío interior independientemente del reconocimiento exterior. El sabio cabalista judío Yehudá Albotini dijo: «que cuando la crítica y el elogio no te afecten», has ingresado a percibir la cábala. La felicidad del mundo inferior es dependiente de resultados exteriores, en cambio la felicidad del mundo superior es constante y no es dependiente ni del bien ni del mal. En el mundo inferior cuando existe el bien se es feliz, y cuando opera el mal se es infeliz; en el mundo superior, en cambio, ni el bien ni el mal pueden afectar a la felicidad constante en el orden trascendente, ya que siendo el Ein Sof lo inalcanzable, la felicidad trascendente se fundamenta sobre el deseo infinito de alcanzar el Ein Sof.

      Lamentablemente, la felicidad del orden inferior es dependiente del exterior social. La necesidad de un «honor exterior» de muchas personas hace que las energías psíquicas fundamentales para el crecimiento interior se pierdan malgastadas en la búsqueda constante del reconocimiento exterior. Sin dicho reconocimiento exterior social, entonces el Yo se siente menor, y he aquí que si la autoestima depende del otorgamiento del honor exterior, entonces creamos un tipo de felicidad inferior dependiente de factores externos, y no logramos una felicidad interior.107

      El éxtasis de la consciencia de un fragmento finito cuando se siente parte integrante del Ein Sof es de una magnitud indescriptible porque se alcanza la felicidad constante. Este éxtasis es independiente de los logros finitos en el campo de la materia.

      Es permisible y altamente deseable para el misticismo judío el estímulo a los jóvenes (hasta los 40 años) dentro del mundo inferior, pero mientras tanto, debemos entrenarlos para que el sentido de la existencia de cada ser humano sea independiente de los estímulos fragmentarios y finitos de la materialidad inferior. Lamentablemente, muchos continúan en la segunda etapa de la existencia atados a la felicidad inferior dependiente del exterior, y no logran percibir otro tipo de felicidad que la que se encuentra atada a los fragmentos finitos de la realidad inferior.

      Los dolores reales del mundo inferior no son anulados por dicha felicidad constante (el misticismo judío sostiene el realismo material de Maljut), sino que son resituados, es decir, reinterpretados a la luz de la percepción del mundo superior. El dolor opera en cada nivel dimensional, y no existe el no-dolor, sino que existe el aprendizaje constante (incluso un aprendizaje dentro del dolor).

      En cada nivel de percepción, una persona se encuentra en un nivel diferente de consciencia porque en cada nivel dimensional existe otra relación de tiempo-espacio. No existimos dentro de una sola relación tiempo-espacio, sino que, sin saberlo, para los antiguos místicos judíos podemos acceder de forma abstracta a estos niveles dimensionales superiores.

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