Puntos gatillo y cadenas musculares funcionales en osteopatía y terapia manual. Philipp Richter

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Puntos gatillo y cadenas musculares funcionales en osteopatía y terapia manual - Philipp Richter

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reclutamiento de músculos para la ejecución de las secuencias motoras es una tarea del sistema nervioso. Los reflejos innatos facilitan este trabajo al organismo. Los receptores localizados en los músculos, en los tendones, en las fascias y en el sistema articular informan sobre los movimientos y permiten, conjuntamente con los centros de la motricidad, realizar movimientos de coordinación fina y adaptarse a las modificaciones del equilibrio.

       Diferentes modelos de cadenas musculares funcionales

      Cada vez hay más modelos de cadenas miofasciales (ver capítulo 8). Tanto los terapeutas de Rolfing como los fisioterapeutas o los osteópatas han descrito cadenas musculares. El hecho de que estas cadenas no coincidan se debe a que, además de diferentes opiniones, también existen diferentes puntos de vista terapéuticos. El terapeuta de Rolfing no atribuye la máxima importancia de su tratamiento a los mismos puntos que el osteópata o el fisioterapeuta.

      El modelo que presentamos en el capítulo 8 está basado en la teoría de Sutherland, quien preconiza que existen dos patrones motores:

      •Flexión-abducción-rotación externa

      •Extensión-aducción-rotación interna

      Sutherland no describió cadenas musculares, pero sí el comportamiento de los segmentos en ambos patrones. Lo interesante de su modelo es que se corresponde con los movimientos de la respiración y de la marcha.

      Puesto que partimos de un principio de globalidad en la fisiología y en la patología, estamos convencidos de que los patrones craneales tienen continuidad en el aparato locomotor y en el ámbito visceral y viceversa.

      Los factores anteriormente descritos (líquidos, membranas, continuidad del tejido conectivo) son la garantía de que esto sea así. Las leyes físicas y mecánicas son también responsables de que las articulaciones del conjunto del aparato locomotor (incluidas las suturas craneales) procuren que este patrón abarque el conjunto del sistema musculoesquelético. Esto es así independientemente de si el desencadenante de un patrón es una vértebra, el ilion, un órgano o un hueso del cráneo.

      Para que el cuerpo funcione de forma óptima y sin dolor, todo el organismo se adapta a los elementos disfuncionales patógenos. Esto provoca la disminución de las tensiones, armoniza las relaciones de presión y mantiene la circulación.

      Esto es necesario para que las fuerzas de autocuración del organismo puedan ejecutar su trabajo. Según la teoría de la osteopatía craneosacra, de esta forma se mantiene el mecanismo de la respiración primaria, que permitirá que el breath of life o “aliento vital” alcance las células.

       En este libro

      En la primera parte del libro presentamos brevemente al inicio algunos modelos de cadenas miofasciales (capítulo 2), y a continuación las bases fisiológicas del comportamiento del aparato locomotor (capítulo 3).

      En el capítulo siguiente (capítulo 4) presentamos el concepto craneal de Sutherland, limitándonos al aspecto biomecánico. Describimos los movimientos fisiológicos de la sincondrosis esfenobasilar y las consecuencias esto tienen para la columna vertebral y para el aparato locomotor.

      La posición del occipital sobre el atlas determinará la posición del sacro. Esto también condicionará la posición de la columna vertebral, de las extremidades y del tórax.

      El capítulo 5 se ocupa de la mecánica de la columna vertebral, basándose en la visión de Littlejohn. Se trata de un modelo funcional que proviene de su experiencia. Explica el comportamiento de cada uno de los segmentos de la columna vertebral entre sí. El modelo SAT (Specific Adjusting Technique) [51, 52, 53], desarrollado por Bradbury y ampliado por Dummer, es una transformación lógica, práctica y muy válida del modelo de Littlejohn.

      En el próximo capítulo (capítulo 6) presentamos algunos descubrimientos interesantes y las ideas de Janda, que tienen una relevancia básicamente práctica.

      El capítulo 7 se ocupa esencialmente de una forma de diagnóstico simple y racional, los patrones de Zink. Se trata de la exploración de los patrones de torsión miofasciales en las zonas de transición o charnelas de la columna vertebral. Utilizamos este modelo para determinar cuál es la región dominante (ver parte práctica). En esta misma parte presentamos la comparación entre los modelos de Littlejohn, de Zink y los fenómenos neurofisiológicos y anatómicos. En este caso es visible que los modelos de Zink y de Littlejohn pueden ser proyectados uno en el otro y que existen fenómenos neurofisiológicos que nos ayudan a comprender estos fenómenos. Esto destaca las interrelaciones funcionales y estructurales.

      Finalmente, en el capítulo 8 presentamos un modelo de cadenas musculares basado en los dos patrones de Sutherland. Describimos el comportamiento de las diferentes unidades motoras del cuerpo y la formación de cifolordosis y de escoliosis con los músculos implicados. Este modelo se diferencia de los demás en algunos puntos esenciales.

      Opinamos que el conjunto de unidades motoras se comporta siguiendo el principio de la rueda dentada, de forma similar a los huesos del cráneo en el modelo craneosacro de Sutherland. En este modelo se producen movimientos de sentidos opuestos entre dos unidades motoras consecutivas. Eso explica las cifolordosis y las escoliosis, así como las rotaciones contrarias entre las unidades (ver la posición del pie, de la rodilla y de la cadera en piernas en valgo o en varo).

      Para nosotros serán flexores los músculos de las concavidades y extensores los músculos de las convexidades del aparato locomotor. La dominancia de la cadena flexora provoca automáticamente un aumento de las curvaturas y la dominancia de la cadena extensora provoca una extensión del esqueleto. Puesto que embriológicamente el organismo está formado por dos mitades iguales, existe una cadena flexora y una cadena extensora para cada mitad. La coordinación entre los dos lados corre a cargo del sistema nervioso. En esta parte del libro describimos las cadenas musculares y explicamos la formación de los trastornos estáticos. En este punto queremos destacar que nuestro modelo no es el único válido y solamente es un intento para explicar fenómenos observados en la práctica cotidiana. Las profundas investigaciones llevadas a cabo en la bibliografía especializada y la asistencia a cursos y seminarios nos han proporcionado respuestas a muchas preguntas y nos han brindado la ocasión de escribir una obra sobre este tema tan interesante.

      La segunda parte del libro se ocupa de la práctica; aquí presentamos un modelo de diagnóstico y algunos métodos de tratamiento. Para la exploración nos basamos en los “patrones de Zink” (ver capítulo 7) y en simples pruebas de tracción que nos permiten encontrar muy rápidamente la estructura dominante. En este apartado nos limitamos a la presentación de tratamientos de las estructuras miofasciales. Es evidente que las alteraciones orgánicas y las disfunciones craneales se abordarán con los métodos de tratamiento adecuados. En esta parte presentamos el diagnóstico y el tratamiento de los puntos gatillo. Es una forma de terapia que proporciona una sedación del dolor en muy poco tiempo ante la existencia de dolencias agudas o crónicas al tiempo que normaliza las modificaciones

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