Vida, pasión y muerte en Pisagua. Bernardo Guerrero Jiménez

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Vida, pasión y muerte en Pisagua - Bernardo Guerrero Jiménez

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Octubre se procedió a su embarque en la escuadra (…)”7. El historiador peruano Mariano Felipe Paz Soldán, expresa que “(…) el Ejército de desembarco constaba… de 10.000 hombres apoyados por una escuadra para combatir con una Plaza no fortificada y defendida por sólo 1.135 hombres”8. Por otro lado, el entonces Embajador de Italia en el Callao, Tomás Caivano, expresa que la Escuadra chilena se componía de 19 buques… sobre cuyos puentes viajaba un ejército de más de 10.000 hombres (…)”9.

      Pisagua, pequeña caleta de unos mil habitantes, se encuentra a los pies de cerros de 150 a 200 metros de elevación, que configura una especie de anfiteatro a orillas del mar. Se desplaza entre faldas de cerros y superficies relativamente planas a orillas del mar, rodeada por alturas áridas y peladas10.

      El Estado Mayor del Ejército chileno, al mando de Emilio Sotomayor, eligió Pisagua para el desembarco por razones estratégicas, pues ofrecía la posibilidad de cortar de dos partes a los ejércitos de la Alianza en la Provincia de Tarapacá, acantonados principalmente en Arica e Iquique. Además ofrecía la ventaja de contar con el Ferrocarril, medio de transporte de vital importancia en el desarrollo de la Campaña. El plan era perfectamente estratégico, además de su ejecución dependía el éxito de la Campaña de Tarapacá. Por otro lado, se requería de tropas disciplinadas, de excelente preparación y de un espíritu resuelto, dispuestas a no retroceder ante ningún peligro, condiciones que el Ejército chileno lució con gallardía y patriotismo a toda prueba, en las batallas de la Campaña de Tarapacá.

      El Plan del Estado Mayor del Ejército chileno contenía como objetivos fundamentales: desembarcar e invadir la Provincia de Tarapacá por un lugar estratégico, de cuya ejecución dependía el éxito de la Campaña; contar con un medio de transporte, el ferrocarril, que comunicara la costa con el interior; y asegurar el abastecimiento de agua, elemento vital en una zona desértica.

      El Jefe del Estado Mayor era el Coronel Emilio Sotomayor y de la Caballería el General Manuel Baquedano. El Comandante en Jefe del Ejército Chileno era el General Erasmo Escala.

      El 2 de Noviembre de 1879, la Escuadra Chilena inició el Bombardeo de Pisagua:

      “(…) A las 7 A.M. los Buques entraron al bahía y mientras el Cochrane y la O”Higgins (con Latorre y Montt) atacaban el fuerte sur, la Magallanes y la Covadonga (con Condell y Orella) disparaban sobre el fuerte norte, cuyo cañón quedó fuera de combate rápidamente. En el fuerte sur la resistencia se hizo más obstinada y sólo se rindió a las 8 A.M. el Convoy de botes se atrasó y el bombardeo debió reanudarse. Finalmente, a las 10 A.M. se dirigió a la playa una flotilla de botes y lanchas guiadas por Simpson, llevando 400 hombres (…)”11.

      

      Las primeras tropas que desembarcaron e iniciaron el ataque sobre Pisagua, estaban al mando del Coronel Ricardo Santa Cruz. Constituían estas tropas “(…) hombres tomados de un batallón de Zapadores y de un batallón denominado Atacama, compuesto por los vigorosos y ájiles mineros de Copiapó… (que) a pesar del nutrido fuego de rifle que se les dirijía desde las rocas vecinas, esos soldados pisaron tierra, plantaron en una pequeña altura el pabellón de Chile y emprendieron la persecución de las guerrillas enemigas que estaban allí cerca”12.

      

      Protegidos por el fuego de la Escuadra, desembarcaron dos contingentes más tropas, las cuales iniciaron el ataque definitivo a Pisagua.

      “(…) Con la presencia del tercer convoy en tierra, comenzó el Asalto por los caminos en espiral hasta las alturas de Hospicio. La gran dificultad de los chilenos no era tanto vencer, sino trepar en un día caluroso posiciones escalonadas con mucha gradiente. Esa admirable empresa fue ejecutada en menos de dos horas… distinguiéndose entre esos audaces escaladores de cerros, los mineros del Atacama, que llevaban la delantera.

      “(…) A las tres de la tarde se divisó desde los buques una bandera chilena clavada en Hospicio, según se aseguró por el Subteniente del Atacama Rafael Torrealba”13.

      El Asalto y Toma de Pisagua fue un completo éxito, en donde se cubrieron de gloria las armas chilenas. La parte del Ejército aliado que defendía Pisagua quedó totalmente aniquilada. Por otro lado, parte de las tropas peruanas y bolivianas ante el empuje y valentía de los chilenos, huyeron al interior en completa desorganización.

      “(…) Los soldados chilenos treparon, sin embargo, por aquellas escabrosas laderas, recibiendo el fuego que se les hacía desde las alturas; pero cuando llegaron arriba, arrollaron toda resistencia, saltando sobre los parapetos, plantando en ellos el pabellón chileno para que la escuadra suspendiese sus fuegos, y poniendo al enemigo en la más completa dispersión. El combate había durado en tierra cerca de cinco horas. El general Villamil, el coronel Granier, ambos bolivianos, jefes de la guarnición de Pisagua, y el general peruano Buendía, general en jefe de todo el ejército aliado de Tarapacá, que se hallaba ese día en esa plaza, huyeron al interior con los dispersos, dejando el campo sembrado de cadáveres, y en poder de los chilenos, unos setenta prisioneros entre oficiales y soldados (…)”14.

      

      Según Gonzalo Bulnes, “(…) es justo reconocer que la guarnición de Pisagua resistió con entereza”. Este mismo autor expresa que “(…) la operación militar tuvo un éxito completo a costa de poca sangre: 59 muertos y 173 heridos”15. Respecto a las bajas chilenas, Diego Barros Arana, expresa que “(…) habían tenido una pérdida de 350 soldados entre muertos y heridos”16. Sin embargo, independiente de las diferencias en las cifras proporcionales, el hecho significativo es el éxito del plan, la Toma de Pisagua. El éxito en el Asalto y Toma de Pisagua tuvo implicancias de vital importancia: se abrió la puerta para la campaña de Tarapacá; se controló el ferrocarril, medio de transporte para movilizar las tropas al interior y se logró una eficiente comunicación con las aguadas del interior, de vital importancia en el desarrollo de la Campaña. Por otro lado, desde el punto de vista táctico militar, significó cortar las tropas aliadas acantonadas en Tacna y Arica de Iquique, a Daza de Buendía.

      El Asalto y Toma de Pisagua fue un hecho heroico para las armas chilenas, una acción donde quedarían de manifiesto las cualidades del soldado chileno y que en las posteriores acciones de la Guerra del Pacífico darían honor y gloria a nuestro país. Fue el inicio de las gloriosas gestas del Ejército chileno, que culminarían con la victoria sobre la Alianza.

       4. Pisagua y la Guerra Civil de 1891

      

      Durante el desarrollo de la Guerra Civil de 1891, Pisagua, volvió a ser escenario bélico. La acción (23 de enero) favoreció a las fuerzas del gobierno balmacedista al mando del Sargento Mayor Marcos A. Valenzuela17.

      

      La segunda acción se desarrolló el 6 de febrero de 1891, entre las fuerzas gobiernistas o balmacedistas al mando del Teniente Coronel Mario A. Valenzuela, que ocupaba Pisagua, y los revolucionarios o congresistas al mando del Coronel Estanislao del Canto A.

      La Escuadra revolucionaria o Congresista formada por los barcos Cochrane, O’Higgins, Amazonas y Cachapoal rompió fuego a las 6 A.M. sobre Pisagua. El bombardeo cubría el desembarco de dos columnas en la Caleta de Playa Blanca con un total de 200 hombres, al mando del Teniente Coronel Manuel Aguirre. Otra columna de 200 hombres desembarcó en Punta Pichalo, bajo las órdenes del Mayor Julio R. Moraga. Las tropas gobiernistas fueron desarmadas exceptuando la Caballería, que huyó al interior. Se rindieron y fueron hechos prisioneros 12 oficiales y 164 soldados con 6 cañones

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