Antiperonista es tu culpa. Matías Pérez Manghi

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Antiperonista es tu culpa - Matías Pérez Manghi

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      La Revolución Industrial fue el ícono que tomé para dividir la historia del hombre como base de estudio de mi teoría. ¿Por qué marco la importancia de este hecho como divisor de la historia? Porque fue una revolución que modificó los parámetros sociales, religiosos, económicos y financieros del mundo entero.

      Existe un plan sistemático de algunos escritores, en especial de inclinación marxista, que han influido en la mente de la población sosteniendo lo malvado de la riqueza y de la acumulación de capital, lo oscuro de esta fenomenal y luminosa Revolución Industrial. Y es que el punto de vista habitual del público pasa por considerar a la Revolución Industrial como un período negro en la historia del ser humano. Un tiempo de miseria, enfermedades, condiciones de trabajo infernales, alta mortalidad, esclavitud infantil y mucha suciedad. Un momento histórico, en definitiva, en el que los empresarios o patrones explotaban y se aprovechaban de los pobres obreros hasta la extenuación.

      Lo relevante, sin embargo, es que antes de la revolución industrial las condiciones de vida eran aún peores. Lejos de la creencia popular, esta revolución representó un gran salto en términos de bienestar para la inmensa mayoría.

      Frente a la leyenda negra planteada sobre la Revolución Industrial, puedo argumentar que este período fue un rayo de luz que iluminó la historia de la humanidad. Es necesario derribar mitos perversamente falsos.

      Es verdad que las condiciones de los trabajadores de aquella época eran horribles si las comparamos con la de los trabajadores de hoy en día. Las jornadas laborales eran largas, el trabajo era duro y las condiciones sanitarias y de seguridad deplorables. Pero a partir de la Revolución Industrial, los cambios vividos desde entonces hasta hoy son el resultado lógico de un proceso que se sustenta en una progresiva y exponencial acumulación de capital que permite producir más y más.

      En Inglaterra se había instaurado desde hacía cien años el sistema parlamentario definido ideológicamente por el liberalismo de John Locke, basado en la división de poderes, la economía de mercado y la libertad individual. Este modelo fue copiado después por Estados Unidos, Francia y España y es el modelo que se usa hoy en día en casi todos los países democráticos.

      El filósofo inglés John Locke creía firmemente que un gobierno debía estar constituido por un rey y un parlamento en el cual se expresaran los deseos de la soberanía popular y donde se legislara para todo el pueblo. El parlamento es la autoridad sobre la que reside el poder político. Es el gobierno de una nación quien otorga a dicha autoridad el poder político. Para Locke, el estado debía sostenerse en los principios de soberanía popular y legalidad, respetando los derechos de todos los ciudadanos.

      Muchos historiadores ven a Locke como una de las principales influencias de la política moderna. No sólo porque sus postulados fueran el inicio del liberalismo moderno, sino porque tuvo una gran repercusión entre los pensadores de la época. John Locke describió una separación de poderes entre el Poder Legislativo y el Ejecutivo, algo que más adelante ampliaría Montesquieu.

      Este sistema, según la literatura liberal, presta un nivel de seguridad jurídica que proporciona suficientes garantías para la empresa. Esta corriente de pensamiento se sumó a una mentalidad protestante más abierta que en otros países del sur de Europa.

      Hago una salvedad a esta información histórica. En ese entonces, las garantías jurídicas que tenían las empresas para operar no eran solo por este sistema al que considero de los menos malos; se debieron también al desconocimiento de los alcances de la nueva industria que generaría niveles de riqueza extrema en los empresarios y buenas ganancias en el proletariado.

      Este fue un período de paz dentro de Gran Bretaña, que tenía un buen sistema bancario dominado por el Clan Illuminati Rotschild, cierto equilibrio monetario y ausencia de inflación, circunstancias que generaron las condiciones para que apareciera el CAPITALISMO.

      Inglaterra además tenía una posición geoestratégica privilegiada y poseía una gran flota naval que dominaba los mares. Controlaba -entre otros- los territorios del subcontinente indio, fuente importante de materias primas para su industria; como el algodón, que alimentaba su industria textil.

      Así como a partir de la filosofía de John Locke se generó el cambio político y el nacimiento del capitalismo a fines de siglo XVII, la Revolución Industrial generó cambios importantes en la sociedad británica.

      Los súbditos se convirtieron en ciudadanos que podían tomar decisiones sobre su propio destino. Cuando empezaron a sucumbir las coronas europeas -y con ellas el poder absolutista-, desapareció la brecha social entre los privilegiados y el pueblo llano. El Humanismo de la Edad Moderna tuvo como consecuencia el surgimiento de una nueva clase social, la burguesía. A partir de la Revolución Industrial comenzó a predominar el individualismo. El esfuerzo personal, la innovación y el afán de lucro fueron derrocando al sistema feudal de la Edad Media. Nació así la burguesía, una nueva clase social revolucionaria enfrentada a los estamentos sociales aristocráticos llenos de privilegios.

      Junto con la burguesía apareció también el proletariado, es decir los trabajadores, la clase obrera que carece de propiedades y de medios de producción, por lo que se ve obligada a arrendar sus fuerzas de trabajo a la burguesía (propietaria de los medios de producción) para subsistir. Las condiciones laborales de los trabajadores eran todavía muy precarias, con largas jornadas y malas condiciones sanitarias.

      Había, como siempre sucede en el desconocimiento de lo nuevo, una necesidad de la burguesía propietaria de extremar el uso de su maquinaria nueva para recuperar la inversión en el mínimo tiempo posible. Había incertidumbre con respecto a los alcances de esta Gran Revolución Industrial.

      A pesar de estas consecuencias indeseables de la Revolución Industrial, fueron mayores los avances positivos que los escasos efectos negativos.

      Los cambios supusieron un rápido progreso y un gran desarrollo respecto a épocas anteriores:

      • Hubo un éxodo del campo a las ciudades.

      • En las de ciudades mejoraron los sistemas de desechos orgánicos. Se pusieron cloacas y un sistema de alcantarillado y túneles subterráneos de desagüe.

      • Mejoraron las condiciones de salubridad.

      • Se redujeron las epidemias por los avances en higiene y seguridad y por los descubrimientos medicinales.

      • Se produjo una gran explosión demográfica.

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