Antiperonista es tu culpa. Matías Pérez Manghi

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Antiperonista es tu culpa - Matías Pérez Manghi

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que se desempeñaba como profesor de salud internacional en el Karolinska Institutet y director de la Fundación Gapminder, que desarrolló el sistema Trendalyzer), entre el año 10 mil antes de Cristo y el año 1800, es decir durante 11.800 años, la población del mundo aumentó en mil millones de personas aproximadamente. Gracias a la Revolución Industrial, y a pesar de que ésta tardó en llegar a muchas partes del mundo, la población llegó en 2017 a 7.722.727.000 de habitantes en apenas 220 años. Es decir, su crecimiento fue 7.720 veces más rápido en 220 años que en los 11.800 años previos. Increíble pero real.

      Por otro lado, la Revolución Industrial trajo consigo un verdadero cambio de paradigma, un cambio que transformó el mundo para siempre. Por primera vez el trabajo, ahora industrial, no se centró en atender las necesidades de las clases más adineradas, sino en producir en masa para proveer a las masas.

      De hecho, la fábrica clásica de los primeros tiempos de la revolución industrial, la fábrica que todos estudiamos, fue la fábrica de algodón, que no era un producto precisamente demandado por las clases más pudientes. Los ricos vestían de seda y lino, y no utilizaban prendas fabricadas en masa sino las que confeccionaban sus propios sastres.

      Estamos, por tanto, ante el desarrollo del capitalismo de masas, la filosofía de producción que en palabras de Schumpeter tiene como misión transformar los bienes de lujo en bienes de consumo masivo. Joseph Schumpeter (1883-1952) fue un intelectual y economista austro-norteamericano que trabajó como profesor en la Universidad de Harvard, en los Estados Unidos. Schumpeter fue un conservador que observó el inevitable ascenso de las masas a la política y la aceptó, pero ofreciendo un modelo liberal y aristócrata para absorber este fenómeno. De alguna manera, Schumpeter legitima el sistema democrático aristocrático. Un ajuste a la idea de un gobierno de elite.

      El aumento de la producción y la cada vez mayor competencia entre empresas permitieron orientar recursos a la investigación y a la innovación, desarrollándose con ellas un amplio abanico de productos tales como medicamentos, vacunas e instrumental hospitalario. La medicina fue una de las industrias con mayor desarrollo desde la Revolución Industrial. En 1800 la pareja tipo tenía seis hijos pero cuatro de ellos morían jóvenes. Las mujeres en su mayoría morían en los partos. Vimos que había más hombres que mujeres hasta el año 1800.

      Del mismo modo, la mayor producción permitió también liberar recursos para desarrollar las primeras legislaciones sociales que incluyeron por ejemplo límites a la jornada laboral y al trabajo de los menores de edad. Y, por supuesto, el mayor poder adquisitivo propició incluso que las familias pudiesen cuidar mejor de sus hijos, de tal forma que tan sólo entre 1818 y 1833, en apenas 15 años, el número de niños escolarizados se duplicó.

      Hay mucha gente que piensa que antes de la Revolución Industrial los campesinos y trabajadores eran felices y vivían en libertad, disfrutando de una vida en el campo y la naturaleza. Nada más falaz que ese pensamiento. Más allá de que se mejoraron las técnicas agrícolas y ganaderas para mecanizar el campo y aumentar asimismo su producción, el trabajo rural era agotador, no había prácticamente días de descanso. Toda la familia tenía que trabajar muy duro, por supuesto también los niños, y la supervivencia ni siquiera estaba garantizada. Todo dependía de las condiciones del tiempo, de la lluvia y de la temperatura.

      Por ello no resulta extraño que cuando se produjo la Revolución Industrial automáticamente se produjesen masivas migraciones del campo a la ciudad, buscando empleos en las fábricas. Y eso fue precisamente lo que salvó la vida de millones de personas.

      La “leyenda negra” sobre la Revolución Industrial surge precisamente porque gracias a la enorme generación de riqueza, se produjo lo que algunos llaman “una conciencia creciente de hechos que antes pasaban desapercibidos”.

      Antes de la Revolución Industrial a todo el mundo le parecía natural vivir en la mayor miseria y, además, esperaban un destino similar para sus descendientes. Pero, a partir de la Revolución Industrial, el sufrimiento dejó de justificarse.

      Cuando hay riqueza, la pobreza deja de comprenderse. Por otro lado, a los aristócratas y gobernantes de la época no les hacían precisamente mucha gracia todos estos cambios y contribuyeron, sin duda, a extender la “leyenda negra”.

      Así por ejemplo, Francisco I -el Emperador Austrohúngaro- llegó a prohibir la construcción de fábricas en Viena e impidió el desarrollo del ferrocarril con la siguiente excusa: “No, no. No tendré nada que ver con esto, no vaya a ser que la revolución llegue al país”.

      Lo mismo ocurrió con el zar Nicolás I de Rusia, quien promulgó leyes que limitaban la construcción de fábricas con la misma intención.

      Por todo ello, la Revolución Industrial nos ayuda a recordar que el estado natural del hombre es la pobreza y que la generación de riqueza y bienestar nunca se produce, desgraciadamente, de forma automática.

      Hoy nos escandalizamos, con razón, de las condiciones de vida que tienen muchos trabajadores agrarios, por ejemplo en Camboya. Pero olvidamos que su esperanza de vida ha pasado de 41 años en 1960 a 69 años en 2016 y en Nepal pasó de 35 años en 1960 a 70 años en 2016.

      En definitiva, dejemos de pensar que la Revolución Industrial fue un problema para la humanidad. Por el contrario, es lo mejor que pudo haberle pasado.

      ¿Debemos encontrar otros lugares para vivir en el Universo? Creo que sí. Pero este tema corresponde a otro estudio en otro libro.

      Segunda Revolución Industrial

      Lo relatado hasta ahora es solo el principio, porque entre 1850 y1870 –dependiendo del autor- entramos en la segunda fase de la revolución, conocida como la Segunda Revolución Industrial. Normalmente los historiadores sitúan esta segunda revolución industrial desde 1850 hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914.

      Se trata simplemente de un fortalecimiento de la primera y de su expansión a otros países. En esta segunda etapa, los avances no serán sólo tecnológicos sino también científicos.

      Durante esta segunda revolución industrial se produjo el surgimiento de Alemania y Estados Unidos como grandes potencias mundiales junto al Reino Unido. Sin embargo hay que prestar especial atención a Estados Unidos pues esta Segunda Revolución Industrial está asociada con la electrificación de las ciudades y de los medios de producción.

      Las características de esta Segunda Revolución Industrial son, en primer lugar, la sustitución en la industria del hierro por el acero y, en segundo lugar, el reemplazo del vapor por la electricidad; además, los derivados del petróleo se convirtieron en una fuente de energía muy importante.

      En este período aparece la maquinaria automática que fabrica piezas para otras máquinas. También se da un gran desarrollo

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