Dimensiones de la migración en Colombia.. Felipe Aliaga Sáez

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Dimensiones de la migración en Colombia. - Felipe Aliaga Sáez

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parte del Estado, como los decretos 59 y 147 de 1942, no hacían referencia solo a naturales del Eje, sino a “los nacionales de las siguientes naciones y de sus colonias y territorios bajo mandato: Alemania, Italia, Japón, Polonia, Checoslovaquia, Austria, Bélgica, Holanda, Francia, Dinamarca, Noruega, Luxemburgo, Yugoeslavia, Grecia”, incluyendo, así, los países europeos ocupados por Alemania, con lo que el número de inmigrantes afectados se ampliaba.

      También podría relacionarse, aunque en menor medida, la guerra civil española (1936-1939) y la inmigración de refugiados europeos de la guerra mundial, gestionada por el Comité Internacional para las Migraciones Europeas (CIME), hoy OIM, al cual Colombia anunció formalmente en 1953 su disposición de adhesión (Mejía, 2011). Se ha estimado que, entre febrero de 1952 y marzo de 1974 (ya en el subperíodo siguiente), llegaron, con la intermediación del CIME, 7094 profesionales y técnicos europeos con sus familias, 40.8 % españoles (Rueda et al., 1974).

      Cabe resaltar que el Decreto 1697 de 1936, aclarado por el 398 de 1937, al nombrar las nacionalidades de quienes podían ingresar a Colombia, con el cumplimiento de algunos requisitos, estableció, en la práctica, restricciones para las no mencionadas, entre las cuales estaban: búlgaros, estonios, griegos, letones, lituanos, polacos, rumanos, rusos, turcos, libaneses, sirios, palestinos, chinos, marroquíes, egipcios, árabes, filipinos y mesopotámicos, de los cuales se contabilizaron 15.631 en el censo de 1938 (Colombia, 1942).

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      Fuente: elaboración propia a partir del Anexo 2.

      Al ordenar en un diagrama de Pareto los valores medios (positivos) de los saldos por nacionalidad de los inmigrantes durante todo el periodo, se tiene la contribución media de cada país y el acumulado porcentual en la curva (figura 4). En este caso, se destaca que España, Venezuela, Ecuador y Norteamérica (mayoritariamente Estados Unidos) aportaron cerca del 50 %.

      Los stocks de los que conocemos la distribución por sexo muestran una creciente participación femenina: 42.6 % en 1938; 43.9 % en 1951; y 45.5 % en 1964 (Anexo 1). Pero con diferencias importantes por nacionalidades, entre las que se destaca, por lo baja, el caso de Italia (figura 5), que se mantendrá, como se verá adelante, hasta el censo de 2005.

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      Fuente: elaboración propia a partir de datos de Anexo 1.

      En la tabla 7 se evidencia una paulatina e importante interiorización de la inmigración, a costa de la pérdida del predominio de las áreas costeras del Atlántico, próximas a los puertos marítimos de entrada y de Norte de Santander, proceso que, entre otras circunstancias, debió ser favorecido por el desarrollo de la aviación comercial y la facilitación de la llegada al centro del país. Bogotá/Cundinamarca, Valle y Antioquia, concentran en 1964 la mitad de los nacidos en el exterior.

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      Fuente: elaboración propia a partir de Colombia (1942, 1954 y 1967).

      Inmigración 1966 a 2015

      Como lo dijimos al comienzo, las cifras conocidas sobre este subperíodo son, respecto a las del anterior, claramente más altas, aunque la ausencia de un grupo importante de ellas, particularmente saldos migratorios, obliga a tomarlas con cautela. En la tabla 8 se presentan los saldos disponibles, organizados por decenios, para cada uno de los cuales se calculó el promedio de los datos existentes, promedios que, en principio, podría pensarse que constituyen un buen valor para imputar en los casos faltantes.

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      Fuente: elaboración propia, a partir de los informes estadísticos oficiales relacionados en las referencias.

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      Fuente: elaboración propia a partir de Anexo 1 y tabla 7.

      Por otro lado, si se tiene en cuenta que los datos faltantes son inmediatamente posteriores a los dos picos más altos (1979 y 1990) es de esperarse, descartando movimientos abruptos, que esos faltantes corresponden a períodos de descenso y que, si dispusiéramos de la información completa, los promedios serían menores que los obtenidos.

      En cualquier caso, no es motivo de discusión el que las cifras censales son mayores que en el subperíodo anterior y que los saldos deben ser también mayores, si se piensa solo en la existencia de más puestos de control migratorio y en significativas mejoras tecnológicas en la recolección, transmisión y procesamiento de la información por parte inicialmente del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) y ahora de Migración Colombia, responsables de ello.

      Sobre los cambios relativos, queda pendiente la interpretación de los hechos ocurridos, en el país o fuera de él, que motivaron que tanto el valor censal como el saldo promedio experimentaran cambios tan significativos entre 1973 y 1985, así como las circunstancias que condujeron a que cayeran nuevamente en el siguiente período intercensal. Dado que la importancia relativa de los cambios es informada por dos fuentes tan distintas (censo y registros administrativos) y si no se piensa en los valores absolutos, podría descartarse, en principio, la calidad de los datos como explicación de tales cambios.

      La

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