Enamorado de la vida. Osho

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Enamorado de la vida - Osho

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es el cambio más grande en la vida: ser nuevamente un niño.

       “...él despierto: ¿qué quieres ahora con los que duermen?”.

      La pregunta del santo es la de todos los santos del mundo, de todos los budas, de todos los místicos y de todos los hombres despiertos. Te has convertido en un niño, estás despierto” “¿qué quieres con los que duermen?” Eres un completo extraño para ellos. Te castigarán, podrían matarte. Tu sola presencia se volverá un peligro para su sueño, un peligro para su miseria, un peligro para su ceguera.

       “has vivido en soledad como en el mar, y te aburrió el mar. Ay, ¿quieres ir a la costa? Ay, ¿quieres nuevamente arrastrar tu cuerpo?”.

      ¿Has olvidado el día que llegaste a la montaña? ¿quieres volver a ser el viejo tú nuevamente?¿Por qué vas hacia abajo, dejando tus asoleados picos? Sabes que en el valle sólo hay oscuridad. ¿Cuál es el propósito de que vayas?

       Zaratustra contestó: “Yo amo a la humanidad”.

      En aquellas tres palabras se condensa la filosofía de Zaratustra : “Yo amo a la humanidad. Yo amo la vida. No he renunciado al mundo. No he venido a las montañas como un escapista contra la vida. He venido a las montañas para encontrarme a mí mismo, mi aislamiento, mi libertad, mi sabiduría. Y lo he encontrado”.

      “Ahora no hay necesidad de que permanezca en las alturas. Por el contrario, estoy tan lleno que necesito gente con quién compartirlo. Quiero compartir mi amor, quiero compartir mi sabiduría, quiero compartir mi libertad, estoy muy sobrecargado, estoy rebosando”

       “¿Por qué” dijo el santo, “fui al bosque y al desierto? ¿Qué no era acaso porque amaba demasiado a la humanidad?”.

      El santo mencionó: "Yo también fui dentro de las montañas y el bosque debido a que amaba demasiado a la humanidad. Se había vuelto una esclavitud y se había vuelto una dependencia. Me traía sólo miseria y nada más”.

      Pero aquí hay una diferencia. Él amaba a la humanidad...demasiado... cuando era ignorante, cuando él mismo estaba dormido. Zaratustra ama a la humanidad cuando está completamente despierto, cuando está iluminado. El amor en quien no está despierto no es nada más que lujuria. Solamente el despierto conoce la belleza, la espiritualidad y la divinidad del amor. Ya no es una atadura.

      El amor que está despierto te da libertad. El amor que no está despierto es el amor del limosnero: quiere que tú lo ames, quiere recibir más y más amor. El amor despierto es lo contrario. Es el amor del emperador, quiere darte a ti; tiene demasiado, tal abundancia. Es dar, es compartir, sin ningún deseo de recompensa y sin ningún deseo de obtener algo a cambio.

      El santo dijo:

       “Ahora amo a Dios: a la humanidad no la amo”.

      En esta declaración está contenida la actitud de todas las llamadas religiones. Han estado creando una división que a través de señalar si amas a la humanidad, no puedes amar a Dios. En el Antiguo Testamento Dios dice: “Yo soy muy celoso. Si me amas, no puedes amar a nadie más”.

      Ésta es la actitud de casi todas las religiones. Puedes amar este mundo, pero entonces tienes que renunciar al otro mundo: si amas al hombre, has olvidado a Dios. Puedes elegir. Si amas a Dios, debes retirar tu amor por la humanidad; de hecho, debes odiar a la humanidad, debes odiar la vida, debes odiar los placeres. Esta idea de las religiones es monopólica. Dios desea el amor en tu corazón en su totalidad. No tolera ningún competidor.

       “Ahora amo a Dios: a la humanidad no la amo . El hombre es algo muy imperfecto para mí. El amor a la humanidad me destruiría”.

      A través del santo se condensa la actitud anti vida, anti gozo y anti placer. ¿Por qué no amas a la humanidad? porque la humanidad es algo muy imperfecto. Dios es perfecto. “El amor a la humanidad me destruiría”.

      La realidad es que el amor es pureza, en su florecimiento espiritual no hace distinciones. Ama, no porque lo merezcas; ama, no porque eres perfecto; ama, no porque eres dios; el verdadero amor ama por sí mismo. El objeto del amor es irrelevante. Estás tan lleno de amor que vas compartiéndolo con aquellos que son imperfectos. Y, de hecho, lo necesitan más. Aquellos que no son valiosos, necesitan más. Aquellos no tienen merecimientos, de hecho necesitan más.

      El dios perfecto no tiene necesidad de tu amor; el dios perfecto es sólo una hipótesis, sólo está en tu mente. Nunca te lo has encontrado; de otra manera, el hombre que va buscando imperfecciones encontraría también imperfecciones en Dios.

      ¿Alguna vez has pensado en eso? Si de pronto Dios se apareciera frente a ti, ¿no serías capaz de encontrarle imperfecciones?

      Tal vez no sea tan hermoso como te lo imaginabas. Probablemente parece chino, o quizás sea negro, o tal vez sea ¡una mujer negra! Tal vez sea muy viejo, un anciano, sin frescura alrededor, sino sólo un viejo apestoso que ha estado ahí durante siglos.

      Hay muchas concepciones hipotéticas acerca de Dios. Algunos piensan que tiene cuatro manos. ¿te imaginas cómo se verían cuatro manos? Y otros suponen que tiene mil manos. Una persona de mil manos sería muy útil para estar en un museo, pero amarlo... Y si te da un abrazo... ¡con mil manos! Una vez que puedas salir de ese abrazo nunca más pensarás en Dios.

      Hay concepciones de Dios con tres caras, sería curioso verlo, pero no sería hermoso un ser con tres caras. Y quién sabe qué clase de caras serían.

      La perfección de Dios está en tu mente, porque Dios sólo es una proyección mental. Y resulta muy fácil que ames a Dios, porque no hay Dios, así que no hay problema.

      Amar a una mujer o amar a un hombre... Existen problemas: tus gustos difieren, tus preferencias también. Quieres ir al cine, y tu mujer insiste en no ir; tiene dolor de cabeza.

      Alguna vez le preguntaron a Henry Ford: “Cómo logras hacerte rico y más rico; ¿cuál es tu motivación? Él respondió: “Para decirles la verdad, quiero ver si puedo ganar más de lo que mi mujer pueda gastar, y debo aceptar que soy un fracaso”.

      Cuando está la otra persona, hay un problema. Quieres dormir y tu marido ronca, ¿que puedes hacer con alguien que duerme a tu lado, y ronca, y que no se le puede ayudar? Se han intentado miles de métodos para evitar el ronquido. El último es una bolsa diseñada eléctricamente que cuelga sobre la boca de la persona. En el momento en que ronca, la bolsa de inmediato cae sobre su cara, y entonces despierta; ¿lo dejarías dormir toda la noche o no? Cada vez que ronca, la bolsa cae sobre su nariz y boca y las cierra.

      Tienes una esposa cuyo cuerpo no huele bien y no lo puedes tolerar...

      Con Dios todo es hermoso porque ni tienes que dormir con él, déjalo roncar, ni tienes que vivir con él. Si su cuerpo apesta, déjalo que apeste. Sólo es una hipótesis en tu mente.

      En cambio, estar en contacto con un ser humano real es una experiencia totalmente diferente. Resulta un prueba de fuego para el amor. Es muy fácil amar a Dios; es muy difícil amar a las personas. No cuesta nada amar a Dios; se requiere una tremenda comprensión para amar al hombre.

      Así que aquellos que escapan dentro del bosque y las montañas, y están proyectando una idea de Dios, y aman a ese Dios, han escogido una clase muy fácil de vida. Su amor no va a crecer porque no tiene

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