Anatomía heterodoxa del populismo. Mauricio Jaramillo Jassir

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Anatomía heterodoxa del populismo - Mauricio Jaramillo Jassir

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      En esta dinámica, la membresía a la Unión Europea ha desempeñado un papel fundamental, pues, con la candidatura anunciada desde el fin de la Unión Soviética, esas naciones se dedicaron a profundizar la democracia liberal, haciendo compatibles sus sistemas político-económicos con el del bloque europeo. Las instituciones europeas fueron un apoyo esencial para conducir la democratización, como lo plantea Leonardo Morlino (2001), de acuerdo con su “teoría del anclaje” (254).

      En un marcado contraste, los países andinos, incluidos Colombia y Venezuela, países post segunda ola, a pesar de instalar su democracia décadas antes, fueron incapaces de consolidar dicho proceso. Desde el establecimiento formal de la democracia, en todos se produjeron intentos por lograr tal profundización y, a pesar de que la región abandonó las épocas de los golpes de Estado militares, muchas veces justificados (de forma ilegítima, valga decir) en la necesidad de mantener el orden o incluso en la salvación de la democracia, esta nunca finiquitó el proceso desde la instalación formal hasta la consolidación.

      En la actualidad, la democratización se lee desde una óptica muy distinta a como ocurría en el pasado, sobre todo antes de la tercera ola. En ese entonces, se tendía a clasificar los sistemas políticos entre democráticos y no democráticos (incluyendo allí autoritarismos, dictaduras militares y democracias populares). No obstante, con las transiciones en el sur de Europa, América Latina y algunas zonas del África subsahariana, el estudio de la democracia adquirió otros matices. La discusión dejó de versar exclusivamente sobre la naturaleza democrática o autoritaria de los regímenes, para empezar a determinar hasta qué punto las democracias se habían consolidado. Esto no quiere decir que todos los sistemas hubiesen virado hacia la democratización, pues dictaduras, autoritarismos y totalitarismos subsistieron. Se pretende acotar que la consolidación democrática se convirtió en el objeto de estudio más apetecido, a propósito de la envergadura que alcanzó la tercera ola.

      ¿Qué se entiende entonces por consolidación democrática? Este campo de estudio surgió en la década de 1990 para determinar el grado de profundidad de una democracia. Juan Linz (1990b) lanzó la definición pionera, consistente en la situación en la que la democracia es el único juego o esquema posible: “the only game in town” (156), la cual dio origen a la consolidología, que se centró en analizar cómo determinar su carácter irreversible. Cuando se produjeron algunas de las trasformaciones en las democracias jóvenes, quedaron al descubierto caminos alternativos para dicha profundización, en particular el populismo como una manera heterodoxa y no liberal de consolidar la democracia, aunque al mismo tiempo se le tachó como un fenómeno que la transgredía.

       Populismo y democracia en Ecuador: un estudio con larga tradición

      Para abordar la democratización en Ecuador, resultó indispensable elaborar una suerte de genealogía del populismo ecuatoriano a partir de tres momentos: algunos de los gobiernos de José María Velasco Ibarra (especialmente el de su retorno del exilio, en 1945), la inestabilidad a mediados de los años noventa y la llegada de Rafael Correa a la presidencia.

      Así como se debe desglosar y entender la consolidación democrática como concepto, es necesario ahondar en el populismo y entender su relevancia en la política ecuatoriana. Se trata de una tarea difícil, debido a la existencia de varios populismos, de izquierda, de derecha, nacionalistas, étnicos o de clase y, lo más importante en el presente libro, con efectos dispares sobre los sistemas políticos.

      Habida cuenta del enorme volumen de definiciones inspiradas por el populismo, en el texto se trabaja con lo que se ha denominado su versión radical, surgida en la región andina a finales de los noventa, con rasgos muy particulares y un proceso político que lo diferencian de otros surgidos en Europa, Estados Unidos o en algunos países asiáticos, como Indonesia, Filipinas o incluso Japón. En este último se pensaba que era improbable el ascenso del populismo; no obstante, con el resurgimiento del nacionalismo en las últimas décadas, se ha convertido en un caso ilustrativo del fenómeno populista (Minami 2019).

      El populismo radical al que se alude a lo largo del libro consiste en una práctica política presente en la región andina, que consiste en un contacto directo entre un líder antiestablecimiento y el pueblo, con el fin de lograr una movilización. Este se moviliza porque llega a convencerse de que se encuentra en una fase liberadora y, por ende, está en disposición de aceptar cambios estructurales en el sistema político. El carácter antiestablecimiento del dirigente le permite rebasar el Estado de derecho y las instituciones. Este populismo radical tiene una característica muy propia del mundo político andino: en el caso de Bolivia, Ecuador y Venezuela, fue utilizado como un instrumento para consolidar la democracia, es decir, este populismo se inscribe en el proceso incompleto de democratización que empezó con la tercera ola. He allí una diferencia fundamental con el populismo tradicional de la primera mitad del siglo XX.

      En el caso concreto de Ecuador, el estudio del populismo es aún más revelador. Surgido en la modernización en la Revolución Liberal, como ya fue acotado, posteriormente marcó la historia del siglo XX en algunos de los mandatos de José María Velasco Ibarra. Cuando se pensaba que era un fenómeno superado, reemergió en pleno siglo XXI, por la convergencia de cuatro factores:

      1. El desgaste de los partidos políticos tradicionales, los cuales fracasaron en el intento de vehiculizar las reivindicaciones populares.

      2. La pérdida de legitimidad del Congreso,5 responsable directo de la caída de los presidentes Abdalá Bucaram y Lucio Gutiérrez.

      3. El fracaso de alternativas políticas como Pachakutik (partido indigenista), el Partido Sociedad Patriótica y la izquierda ecuatoriana (Izquierda Unida, Partido Socialista, Movimiento Unidad Popular, Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador) para llevar a cabo reformas al sistema político-económico.

      4. El aumento sostenido de los precios del petróleo entre 2004 y 2014, que le otorgó un margen de maniobra amplio al proyecto populista de Rafael Correa para la inversión social y proyectos de infraestructura emblemáticos.

      A lo largo de la investigación que da sustento a este libro, se observó la democratización progresiva en Ecuador desde 1979. El proceso comenzó con el fin de los gobiernos militares y su reemplazo por civiles, y varias veces se intentó profundizar evocando el populismo, una práctica constante en la historia nacional.

      Aunque populismo y consolidación democrática aparezcan en contextos distintos, con el viraje de Ecuador a la izquierda, a comienzos de siglo, sus caminos se entrecruzan. Este libro busca completar el trabajo de autores como Margaret Canovan (1999); Carlos de la Torre (2009); Koen Abts y Stefan Rummens (2007, 405); Ernesto Laclau y Chantal Mouffe (1987), Yves Mény e Yves Surel (2000); Roger Bartra (2009); Ximena Sosa Buchholz (2010) y Flavia Freidenberg (2008), quienes han visto la posibilidad de que el populismo sea compatible con la democratización. En el caso de Canovan, se considera que incluso las democracias requieren ciertas dosis de populismo.

      Estos estudios evidencian la necesidad de dotar de una dimensión empírica las reflexiones que desde lo ideológico se elaboran sobre el populismo. Las lecturas excesivamente teóricas pueden estar alejadas de una realidad cambiante que tiempo atrás sobrepasó las estrechas márgenes conceptuales. En esto radica en buena medida la justificable crítica a la que aluden Cas Mudde y Cristóbal Rovira Kaltwasser (2012):

      Se puede notar un uso banal del término populismo, así como de los problemas que se le asocian […]. Buena parte de los estudios que analizan la tensión entre el populismo y la democracia tienden al desarrollo de argumentos teóricos y normativos, pero muy pocos abordan el fenómeno desde un punto de vista empírico. (2)

      Tomando en consideración lo anterior, esta investigación trató de

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