El cachorro perfecto. Gwen Bailey
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7 Enseñarle a no hacer sus necesidades en casa
8 Control de la conducta y liderazgo
10 Prevención de mordeduras y agresiones
15 Adiestramiento del cachorro
Apéndice: Programa de socialización
Introducción
de la 2ª edición en inglés
Hace unas semanas recibí el siguiente correo electrónico de Australia:
Buenos días. Compré su libro en 1996 en un mercadillo de Melbourne y lo leí de cabo a rabo antes de comprarme un perro (un kelpie) en 1997. He aplicado los principios de su libro desde el principio (mi perra tiene ahora diez años) y sabe incontables trucos y es la alegría de la casa. Gracias por publicar este magnífico libro en una época en que todos (al menos donde yo vivo) ¡usaban collares de ahorque!
Crystal Wemyss
No tengo palabras para expresar lo feliz que me siento de que la primera edición de este libro haya llegado a tanta gente en todo el mundo y haya mejorado la vida de sus mascotas. Ha sido el libro sobre cachorros más vendido en los últimos 11 años, y estoy orgullosa de que miles de perros y dueños se hayan beneficiado de lo que tuve la suerte de aprender desde los inicios de mi carrera profesional.
Cuando se publicó el libro por primera vez, solía contener la respiración cuando los dueños acudían a decirme que habían criado a sus perros aplicando lo aprendido en sus páginas, temerosa de que hubiera ocurrido algo horrible. Sin embargo, esto nunca sucedió y seguí sorprendiéndome y deleitándome por cuánto les había ayudado el libro y lo buenos que eran sus perros.
Ahora, transcurridos once años, tengo la oportunidad de poner al día el libro, aunque, aplicando el principio de «si funciona, no lo toques», los cambios han sido mínimos. Con los años he aprendido dónde hay que poner más énfasis y en esta edición he abordado algunas de las preguntas que los dueños noveles me plantean con más frecuencia. El mayor cambio ha sido en el capítulo 8 ‘Control de la conducta y liderazgo’, donde he tratado de aconsejar sobre la peliaguda cuestión del dominio sobre el cachorro sin recurrir a la intimidación ni al castigo.
Los cachorros necesitan estar entretenidos para no cometer travesuras y amoldarse fácilmente al tráfago de nuestras vidas.
Gwen Bailey, escritora y especialista en conducta animal, con un nuevo recluta para su sistema educativo basado únicamente en recompensas, juegos, diversión y métodos positivos.
Creo que el éxito de este libro se debe a que se basa en métodos positivos. El castigo y la agresión no llevan a ninguna parte, se trate de cachorros, perros adultos o seres humanos. De establecer relaciones armoniosas basadas en el amor y la confianza es de lo que trata este libro. Los seres humanos somos por naturaleza una especie muy agresiva y no necesitamos ayuda en este sentido. No es que esté en contra de poner límites y reforzar reglas de conductas; al contrario, uno de los principales cambios en esta segunda edición es la presencia de más información sobre cómo hacer esto bien y del modo apropiado. Después de haber criado recientemente otro cachorro usando estos métodos, el cual se ha convertido en una delicia de perro, feliz y bien educado, estoy más convencida que nunca de que estamos en el camino correcto y que no se necesita ningún castigo para adiestrar y educar a un perro.
Los perros siempre han sido lo más importante en mi vida y he dedicado la mayor parte de mi tiempo a enseñar a sus dueños a mejorar la vida de los canes. Nada ha tenido más éxito en dicha tarea que este libro, sobre todo si se lee cuando los cachorros (y también los amos) todavía tienen ganas de aprender y hacer las cosas bien. Espero que este libro siga teniendo éxito, tal vez incluso más con su nuevo formato y contenido.
Si logramos que todo vaya bien desde el principio, fracasarán o se socavarán menos relaciones entre dueños y perros, y serán más los que disfruten de una relación larga y feliz. Espero que la tuya sea una de ellas.
Prefacio
La vida de un cachorro debe ser una larga y feliz aventura. Con demasiada frecuencia se reduce a una época confusa en que las personas esperan demasiado de sus perros y en que los cachorros se meten en problemas por quebrantar reglas que ni siquiera conocen. En realidad, los perros no se parecen a Lassie. No comprenden al instante cuanto decimos o pensamos. Son una especie distinta, con diferentes capacidades y sistemas de comunicación. Necesitan nuestra ayuda para adquirir una mejor comprensión de nuestra conducta y aprender lo que queremos de ellos. Los cachorros, al igual que los niños, necesitan amor y protección. Necesitan que los controlemos para que la convivencia sea agradable, pero sin llegar a doblegar su espíritu.
Llevo más de 20 años trabajando con perros que no pasan toda su vida con el mismo dueño. A menudo se debe a que los primeros dueños no hicieron un esfuerzo suficiente por adquirir los conocimientos necesarios para criar correctamente un perro. Si la situación no se corrige, el que pierde es siempre el can. Normalmente los dueños no son irresponsables ni despiadados, pero a menudo carecen