Boda en Eilean Donan. Lorraine Murray
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Читать онлайн книгу Boda en Eilean Donan - Lorraine Murray страница 16
—En fin, creo que es mejor irnos a descansar. Mañana nos espera un día duro.
—¿Y en cuanto a tu cambio de tono al dirigirte a él? ¿A qué se ha debido? —Denise miró a Karen con inusitada expectación—. ¡Te ha herido tu orgullo cuando te ha dicho que no sabía quién eras!
—No me vengas con esas, Denise. Me parece genial que no se haya molestado en informarse sobre mí. Como bien ha dicho, es la boda de su hermana. Lo que no entiendo es qué pinta él en todo esto de irnos a recoger al aeropuerto y traernos al hotel. Y que mañana sea él quien nos acerque a Eilean Donan.
—Alguien tiene que hacer de anfitrión, ¿no crees?
—Yo más bien creo que se lo han impuesto para ver si se centra en la celebración. Y entre eso y que no parece que le gusten las bodas… En fin. Estoy segura de que lo plantaron en el altar. Con ese carácter no me extrañaría… —Karen resopló y alzó su mirada hacia lo más alto del vestíbulo.
Denise comenzó a reírse.
—Menuda ocurrencia la tuya.
—Ya me dirás si no.
—Te pica la curiosidad, ¿eh? Saber qué le sucedió. Atrévete a negármelo.
Karen esbozó una media sonrisa llena de picardía.
—Es un aliciente a la boda, ¿no crees? Bah, no me hagas caso —rectificó sacudiendo la mano en el aire ante su amiga—. Estoy cansada.
Llegaron ante la puerta de la habitación y entraron sin que ninguna dijera nada más. Karen no podía negar que él despertaba cierta curiosidad en ella. Solo eso. Sería mejor echarse a dormir y recuperar las fuerzas para el día siguiente.
Andrew entró en casa y se dirigió a la habitación. Trataría de dormir y no pensar en Karen. Ni en cuánto le gustaría tenerla allí para él y de ese modo recorrer sus curvas. Le parecía una mujer fascinante. Con carácter y determinación que no parecía dejarse influir ni se asustaba. Al día siguiente la vería trabajar y comprobar in situ todo aquello que comentaba su padre o la propia Ilona. Si hacía honor a tantos galardones como le habían concedido. Esa tarde en su despacho, después de navegar por su web, había buscado las imágenes que habían sido elegidas como portadas de las revistas. Y aunque él no entendía de fotografía le habían parecido impactantes. Había leído algunas de las entrevistas que le habían hecho con motivo de esos premios. De las campañas de moda para los diseñadores más reconocidos a nivel mundial. Sí. Sin duda, era una mujer más que interesante y que estaba fuera de su alcance. Se había prometido no volver a fijarse en una desde lo sucedido con Fiona. No era un masoquista. No quería que lo pisaran otra vez. De manera que ya podía empezar a ver a la francesa con otros ojos.
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