501 ejercicios de contraataque en fútbol. Santiago Vázquez Folgueira

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501 ejercicios de contraataque en fútbol - Santiago Vázquez Folgueira Deportes

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para que el adversario detecte estas respuestas, que evidentemente se han de aproximar a las respuestas reales de la competición. Si se plantea una pantalla individual al guardameta, este ha de contrarrestar la trayectoria del balón en el último instante del impacto y solo puede mejorar su velocidad de reacción si se plantean estímulos apropiados en el juego. El portero debe lograr recuperar el balón por medio de los elementos técnicos que elija. Ha de realizar esquemas gráficos y analizar qué elementos intervienen y cómo debe representar otras soluciones del juego a partir de enfrentamientos en grupos reducidos (1 contra 1), tanto en ataque como en defensa.

      El portero es un puesto específico, que posee una función en el contraataque debido a su doble acción defensiva y ofensiva. Hay que contar siempre con él como un jugador atacante y, por tanto, debe simbolizarse en el comienzo de cualquier sistema de juego (del 1-10 más antiguo a los sistemas más actuales, como el 1-4-4-2, 1-3-4-3, 1-5-3-2, 1-4-2-3-1, 1-4-5-1, 1-5-4-1, 1-3-3-3-1, etc.), pero sin olvidar que su tarea más predominante en el juego es la individual, defensiva o contraofensiva. Así, para reforzar las capacidades física, técnica, táctica y estratégica del portero conviene:

      • Trabajar la percepción espacial y el sentido de la profundidad.

      • No temer el contacto con el terreno de juego (es decir, saber caer), realizar salidas con diversos tipos de desplazamientos, y destacar la importancia de la ubicación y orientación defensiva y la ejecución técnica individualizada de los apoyos e impulsos de los segmentos inferiores para la realización de saltos, giros y caídas.

      • Practicar la caída o giro o torsión con el balón recibido o controlado o con el blocaje de balón entre los brazos y el pecho, lo que facilita un impacto óptimo con el suelo. Entrene preferentemente los gestos técnicos que exigen mayor riesgo en su aplicación y desarrollo ante la presencia de un oponente próximo: a la intercepción, el despeje en las entradas y las cargas o pantallas defensivas.

      • Recordar los gestos determinantes de los diversos porteros (guardameta de meta o de área), en especial los blocajes, los despejes, las salidas con caída y las acciones imprevisibles, y, como jugador de campo, los pases y los saques o lanzamientos.

      • Reforzar los conceptos y los principios ofensivos y defensivos desde la posición más retrasada del equipo en cualquier sistema de juego o variante. Resulta vital establecer la estructura de su espacio individual dentro del juego colectivo (campo de acción posible).

      • Representar sus tareas y sus situaciones en el juego individual y colectivo, valorando su participación y rendimiento en la competición.

      Si nos limitásemos a desarrollar las acciones en grupos reducidos, estaríamos creando un problema futuro por la falta de adaptación al terreno de juego real al reiterar acciones gestuales sobre planteamientos de espacios inadecuados. Esto resulta difícil de solventar de forma práctica, aunque algunos jugadores captan las situaciones irreales. Pero sin datos consistentes, la información se queda en lo genérico y lo evidente. Lo más sensato es la recogida detallada de datos del entrenamiento y valorar si los objetivos se cumplen en el tiempo empleado para llevar a cabo la sistematización del juego del contraataque.

      Los entrenadores que elaboran fichas de observación del juego competitivo de ataque, defensa o contraataque comprueban que los jugadores que más intervienen en dichas acciones son muy pocos (seis como máximo), lo que equivale a un grupo reducido. Sin embargo, si para algunos técnicos son pocos jugadores, para otros son demasiados, ya que son contados los entrenadores que indican que tienen establecidos ejercicios programados en sus entrenamientos para aplicarlos luego en la competición. Ya sabemos lo que cuesta incorporar ejercicios de aplicación táctica y técnica en la versión ofensiva y defensiva; pero tan pronto como un entrenador tenga claros los conceptos y las representaciones gráficas se ajusten a la realidad que experimenta, los analizará y comprobará en la práctica, corrigiéndolos y perfeccionándolos con la fantasía y la creatividad del momento. Asistimos a una sistematización de nuestro deporte tanto en su versión de ataque como de contraataque (que consiste en anular el ataque/contraataque del adversario para armar nuestro estilo de juego, que también puede ser contraatacante/atacante). Espero poder avalar este proceso si cada lector o practicante deportivo se compromete a participar, interpretar y resolver cada uno de los 501 ejemplos presentados.

      Reconsideremos el ejemplo 1 contra 0. ¿Qué soluciones se dan y se plantean al delantero centro situado en la línea del medio campo? ¿Y si el poseedor está en una de las esquinas del terreno de juego?

      Si el jugador preguntara: “Al ser el poseedor, ¿cómo puedo llevar el balón a la portería diseñada en el gráfico? Entonces, trate de representarlo solo con nomenclatura gráfica y anote su análisis de eficacia técnica. Igualmente constate y reseñe otros apartados, como por ejemplo:

      • El poseedor golpea el balón estático (sin desplazamiento o con carrera), según el objetivo propuesto en su percepción espacio-tiempo (ejecución del segmento hábil/lateraIizado).

      • El poseedor controla el balón y luego golpea.

      • El poseedor contacta varias veces con el balón y luego golpea (alternando las superficies de impacto).

      • El poseedor conduce contactando varias veces con el balón y luego golpea, hasta que sobrepase la línea de meta (a ras de suelo, a media altura y aérea).

      El poseedor tiene algunas habilidades que le permiten ser creativo a la hora de alcanzar su objetivo (el gol). Al no existir funciones específicas ni adversario, decide resolver las situaciones de un modo individual, en este caso, desde el centro del campo; así realiza:

      • elevaciones diversas y varios golpeos con el balón dinámico (volea, semivolea, chilena, media vuelta);

      • elevaciones y toques de balón y golpeos diversos;

      • elevaciones, toques, conducción aérea y golpeo dinámico;

      • elevaciones, toques y conducción;

      • conducción, elevaciones y golpeos diversos;

      • conducción, elevaciones y toques, con golpeo de cabeza o con el pie;

      • con tiempo suficiente, se puede realizar conducción con giro, paradas de balón, recepciones, elevaciones, controles orientados y, al estar a la distancia apropiada, intentar marcar un gol con seguridad.

      Es necesario analizar cada uno de estos ejemplos límite en igualdad o desigualdad numérica (1 contra 1, 1 c 2, 2 c 1 y 2 c 2) para pensar en el contraataque. Desde cualquier posición del terreno, el jugador está obligado a pensar en la distancia (percepción del balón, altura, velocidad, estado, profundidad, etc.) y en el tiempo/esfuerzo (ejecución) para valorar después su respuesta técnica y táctica con objeto de lograr gol y un mayor conocimiento del juego colectivo.

      En el juego del guardameta (1 contra 0) se dan situaciones límite durante el contraataque en un partido de competición, porque hay que lograr un resultado favorable o porque se tiene el marcador en contra. Entonces, algunos guardametas abandonan su área y llegan al centro del campo. En estos casos, quizá porque el tiempo se agota, el guardameta se extralimita en sus funciones y abandona su ubicación racional en el sistema de juego diseñado con diversas líneas (1-5-4-1, 1-4-3-3, 1-4-2-3-1, 1-4-4-2, etc.). Por ello, si el adversario logra la recuperación del balón, el portero debe plantear la estructura no

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