El libro conciso de los puntos gatillo. Simeon Niel-Asher
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• Identificar el(los) punto(s) gatillo correcto(s).
• Determinar cómo o por qué se manifiestan.
• Utilizar las técnicas apropiadas para desactivar el (los) punto(s).
• Desarrollar estrategias para prevenir que se reproduzcan.
La presión en los puntos gatillo:
• entumece y alivia el dolor en la zona tratada y en la zona del dolor percibido;
• atenúa las vías de retroalimentación del dolor;
• interrumpe el ciclo vicioso de dolor y espasmo;
• estira las estructuras tensas, lo que tendrá un efecto directo en otros tejidos;
• abre la bolsa miofascial que es como una envoltura de plástico que rodea, reviste y soporta los músculos;
• estimula el suministro de sangre y elimina el detritus y las toxinas;
• incrementa la liberación de los potentes agentes analgésicos, las denominadas endorfinas;
• afecta el sistema nervioso vegetativo/autónomo.
¿Qué es un mapa de dolor referido?
¡Atención! El dolor referido del punto gatillo no es lo mismo que un dolor referido al hombro por apendicitis o el dolor en maxilar/brazo asociado a un ataque cardíaco. Cuando mantenemos la presión en un punto gatillo doloroso durante 5-6 segundos, debe activarse parte del mapa o todo el mapa: de este modo, se deben reproducir nuestros síntomas (a menudo, en un lugar remoto a la zona presionada).
Figura 1.3: Patrones de dolor referido del ECM.
¿Qué es el sistema nervioso vegetativo (SNV)?
Nuestro SNV se ocupa de las funciones vegetativas, como el sudor, la digestión y la respiración. Los puntos gatillo pueden causar o contribuir a muchos síntomas desconcertantes del SNV como sudor, palidez de la piel, frialdad, piel de gallina, enrojecimiento, hipersudoración, mareo, dismenorrea, disfunción de la evacuación, otalgia (dolor de oído), congestión nasal y dificultades respiratorias.
Autotratamiento
El simple hecho de conocer lo que son los puntos gatillo y cómo pueden desencadenar el dolor resulta terapéutico. La reproducción de nuestro dolor en el contexto terapéutico prueba que no estamos «locos» y nos procura una poderosa herramienta de autoayuda. En mi opinión, es esencial reforzar a mis pacientes para que mejoren por sus propios recursos, ya que «el conocimiento es poder». Antes de empezar, debemos estudiar los músculos, conocer el proceso terapéutico y orientarnos.
El autotratamiento nos ayudará a conocer, gestionar y controlar nuestro propio dolor, en casa y sin terapeuta. Una vez que empezamos a familiarizarnos con el trabajo en los puntos gatillo, incluso podemos encontrar amigos, familiares o vecinos que quieran tratarse. ¡Quién sabe, algún día quizá llegamos a convertirnos en terapeutas!
A lo largo de este libro, basándome en mis largos años de experiencia, he ido indicando las técnicas de autoayuda y los estiramientos más eficaces.
¿Qué equipo necesitamos?
Debemos disponer de una cama (o camilla), aunque a veces es suficiente una tabla acolchada. Necesitaremos una crema o loción para la técnica de masaje de roce. También precisaremos algunas «herramientas de presión» para proteger dedos y manos.
¿Cómo sabremos que se trata de un punto gatillo?
Debemos buscar:
• Rigidez en el músculo afectado/huésped.
• Sensibilidad puntual (dolor preciso).
• Nódulo o banda tensa palpable.
• Presencia de dolor referido.
• Reproducción (precisa) de los síntomas.
• Posible pérdida de la elasticidad cutánea en la región del punto gatillo.
La zona afectada puede ser más húmeda o más caliente (o más fría) que los tejidos circundantes y puede asemejarse un poco al papel de lija.
¿Qué procedimiento debemos utilizar para la palpación? (véase la figura 4.1 en el capítulo 4)
• Yema de los dedos: no olvidar tener las uñas cortadas (cuanto más cortas, mejor).
• Dedos planos: utilizar la punta de los dedos para desplazarlas por encima de la piel sobre las fibras musculares.
• Palpación en pinza: pinzado del cuerpo del músculo entre el pulgar y los restantes dedos, haciendo rodar las fibras musculares hacia delante y hacia atrás.
• Palpación con mano plana: útil en la región abdominal (vísceras).
• Codo: permite una palanca más potente y más corta, lo que puede ser una ventaja clara.
¿Cómo debemos presionar/autotratar un punto gatillo?
Aquellos que ya han trabajado antes con los puntos gatillo, conocerán estas técnicas a la perfección. Los demás deben saber que hay dos técnicas muy sencillas, seguras y eficaces: 1) técnica de compresión isquémica (TCI), y 2) masaje de roce profundo (MRP).
¿Cuánta presión debemos aplicar?
Esto es algo que averiguaremos con la experiencia, pero como regla principal, cuanto más doloroso sea el tejido, más lenta y más profunda deberá ser la presión. En cualquier caso, las palabras clave son trabajar lentamente y a fondo. El masaje de roce profundo debe ser como apretar con suavidad un tubo de dentífrico para extraer la pasta.
Otro factor que determina la cantidad de fuerza que debemos aplicar es el tipo de musculatura (fibras fásicas tipo I/tónicas tipo II) y nuestra morfología. Estos aspectos influirán en la profundidad del tratamiento. Si nuestra constitución es «fuerte», debemos trabajar con bastante vigor, sobre todo en los músculos posturales. Si es más delgada, no necesitaremos aplicar tanta fuerza para provocar cambios en los tejidos (véase el capítulo 2).
¿Cuál es la dirección de la presión o la fuerza?
Es deseable aplicar una presión directa, constante y profunda en el nódulo o el punto gatillo tipo guisante. He intentado representar esto con la idea de una zona caliente; el núcleo del punto gatillo se encuentra en algún lugar dentro de esta zona. Siempre que sea posible, debemos encontrar la dirección de la presión que reproduzca el dolor exacto