El libro conciso de los puntos gatillo. Simeon Niel-Asher
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Figura 1.4: Zonas calientes.
¿Cómo podemos saber que hemos aplicado presión suficiente?
Hay que mantener el punto gatillo durante 6 segundos:
• Si el dolor disminuye con rapidez, continuar hasta que el punto gatillo se ablande o se evapore debajo de la presión.
• Si el dolor se mantiene o empeora, retirar la presión durante 15 segundos y volver a intentar.
• Repetir tres veces si es necesario.
• Si tras la tercera repetición no se desactiva el punto gatillo, tomamos nota de ello, dado que puede ser un punto secundario o satélite.
¿Qué debemos hacer después de haber liberado el punto?
Todo trabajo profundo debe seguirse de un masaje de roce superficial generalizado y suave. La zona en la que realizamos el trabajo profundo todavía puede seguir siendo dolorosa, pero no debemos evitarla. Esto ayuda a eliminar las toxinas inductoras del dolor de la zona y a estimular la reparación de la fascia.
¿Los puntos gatillo y los patrones de dolor referido son iguales en todas las personas?
Por lo general, sí. Sin embargo, alguna vez se desplazan en función del tamaño, la forma, el peso, etc. Estos factores modificarán la relación de grasa/músculo y moverán la posición de los puntos gatillo. Asimismo, tendrán un efecto en los planos de la fascia y, en consecuencia, en la localización de los puntos gatillo. De forma similar, los tejidos cicatriciales o queloides pueden provocar una desviación del patrón de tensiones miofasciales y, por ende, de la localización del punto gatillo.
¿Qué ocurre con el tipo de fibra muscular o su orientación?
Dependiendo de cuál es su localización en el cuerpo y cuál es su función, las fibras musculares se disponen en diferentes estructuras (véase la figura 2.4, capítulo 2). Esto permite que el músculo genere más fuerza o una fuerza más específica. Por ello, la localización de un punto gatillo central variará en función de la disposición de las fibras musculares en un determinado músculo. Por ejemplo, en el caso de una disposición multipennada de las fibras musculares, puede haber varios puntos gatillo en el centro de cada uno de los componentes funcionales.
¿Qué cremas o lociones podemos utilizar?
En general, es mejor evitar el uso de aceites que pueden hacernos resbalar una vez que hemos encontrado el punto de presión. Yo utilizo la crema clásica del recipiente azul de Nivea. Alternativamente, es suficiente utilizar crema de árnica o cremas acuosas naturales mezcladas con esencia de vitamina E (con cuchara de madera). También se pueden utilizar geles de Petroleum, polvos de talco o esencias para masaje si el paciente tiene alergia a la lanolina.
¿Cuál es la frecuencia del tratamiento?
En mi experiencia, la terapia manual de autoayuda debe efectuarse en tres sesiones suaves no más de una vez al día y preferiblemente con un intervalo de tres a cuatro días. Las pelotas, los rodillos o los ganchos deben utilizarse hasta 10 minutos por sesión y hasta seis veces al día.
Herramientas
Pese a que los dedos, los codos y los pulgares siguen siendo los instrumentos terapéuticos más utilizados, se han desarrollado una serie de herramientas de autoayuda para la manipulación de los puntos gatillo, como:
• Pelotas.
• Bastones o cañas.
• Knobbles.
• Sistema TOLA.
• Rodillos (espuma).
Cada una de estas herramientas tiene efectos terapéuticos diferentes. En general, están diseñados para aplicar presión sobre un punto gatillo específico o para el estiramiento de los músculos después del tratamiento. Se comercializan muchas herramientas y cada una de ellas tiene sus ventajas y sus inconvenientes.
En lugar de las manos o los codos, podemos utilizar herramientas como las pelotas y el knobble para aumentar la presión y reducir el estrés de los dedos. Otras herramientas, como el Theracane y el sistema TOLA, nos permiten llegar a puntos de difícil acceso.
Las herramientas se pueden utilizar de pie, sentados, acostados o acostados lateralmente. Dado que es fácil sobreestimular un punto gatillo activo, debemos presionar con lentitud y suavidad hasta encontrar la presión correcta. Debemos mantener el punto hasta que se ablande o hasta que el dolor remita. Las herramientas de presión pueden utilizarse hasta seis veces al día, en función de en dónde se localiza el problema crónico.
Figura 1.5: Herramientas de autoayuda para la manipulación de los puntos gatillos, a) backnobber, b) pelota, c) rodillo de espuma, d) araña, e) knobble, f) rodillo, g) theracane, h) tola.
Para más información, visita la página web: www.nielasher.com.
¿Con qué frecuencia debemos tratar un punto gatillo con pelotas o ganchos?
Esto depende de lo agudo o crónico que sea el problema. En un punto gatillo crónico, podemos trabajar hasta seis veces al día: la constancia se verá recompensada. Un problema agudo puede requerir menos trabajo que uno crónico. Si consultamos con un médico experimentado, esto cambia. Sin embargo, quiero destacar que debido a una serie de factores, la frecuencia puede variar de un caso a otro.
¿Nos podemos lesionar?
Si identificamos el punto correcto y lo desactivamos con cuidado, la respuesta es: probablemente no. Puede haber cierto dolorimiento hasta 48 horas tras el tratamiento. Si el dolorimiento se mantiene o empeora, hay que interrumpir de inmediato el tratamiento y consultar con el médico.
¿Pueden producirse hematomas?
Si seguimos las instrucciones, no deben producirse hematomas, aunque si estamos en tratamiento con anticoagulantes, sí pueden presentarse. Con el tiempo y la experiencia, los hematomas son cada vez más raros. En mi experiencia, no es la profundidad (fuerza) del tratamiento lo que provoca hematomas, sino trabajar con demasiada rapidez (velocidad). Debemos intentar sentir los músculos y los nódulos dolorosos debajo de la piel. Las cremas y los comprimidos de árnica pueden reducir la incidencia y gravedad de los hematomas. Lamentablemente, hay personas que tienden más que otras a desarrollar hematomas.
Recomendación
Debemos intentar sentir los músculos y los nódulos dolorosos debajo de la piel e ir aumentando con lentitud la presión; no proceder con demasiada