¿Fin del giro a la izquierda en América Latina? . Gisela Zaremberg
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Como señalamos en párrafos anteriores, un segundo elemento de juicio que da cuenta de la vinculación existente entre la situación de la economía nacional y el apoyo al presidente Correa y su denominada “Revolución Ciudadana” se encuentra en el análisis de las elecciones seccionales de 2009 y 2014. En efecto, durante las elecciones de 2009, cuando los ingresos por el alto precio del barril de petróleo florecían, el movimiento oficialista Alianza País alcanzó una importante representación en términos de alcaldías municipales y prefecturas provinciales. De hecho, dos de las tres ciudades más importantes del país, Quito y Cuenca, tuvieron alcaldes pertenecientes al movimiento del presidente Correa. No obstante, en 2014, cuando la economía del país ingresó en un proceso de recesión, los resultados electorales siguieron la misma trayectoria. Alianza País no solo perdió las alcaldías de Quito y Cuenca sino que también redujo su campo de influencia en otras ciudades del país.
La gráfica 7 presenta los porcentajes de alcaldías por organización política en las elecciones de 2009 y 2014. Tanto en esta gráfica como en la siguiente diferenciamos entre las candidaturas ganadoras presentadas individualmente por cada partido político y aquellas que resultan de alianzas. Asumimos dicha decisión metodológica, pues de esta manera es posible observar de forma más clara el potencial electoral autónomo de cada organización partidista. Como se puede observar, los rendimientos electorales del movimiento oficialista Alianza País se redujeron para 2014 en alrededor de 14 puntos porcentuales respecto a 2009 (33% a 19%), lo que deja entrever el mayor decrecimiento de esta agrupación política respecto a otras que participaron en ambos procesos. Desde luego, hay que tener presente que para 2009 el calendario electoral fue concurrente para la designación de presidente y gobiernos seccionales. Esta circunstancia es clave pues el caudal de votos generados por la candidatura a la reelección del presidente Correa podría haber beneficiado la elección de alcaldes oficialistas.
Gráfica 7. Porcentaje de alcaldías por organizaciones políticas (2009 y 2014)
Gráfica 8. Porcentaje de prefecturas por organizaciones políticas (2009 y 2014)
Un razonamiento similar se puede plantear al analizar los resultados de las elecciones a prefectos provinciales durante los dos procesos ya mencionados y que se encuentran expresados en la gráfica 8. En 2009 Alianza País obtiene casi la mitad de las 21 prefecturas en disputa (43%), mientras que para las elecciones de 2014 su representación en este nivel subnacional desciende drásticamente en 17 puntos porcentuales (43 a 26%). Aunque en este caso también opera la aclaración relacionada con la concurrencia del calendario electoral para la elección de presidente y prefectos provinciales en 2009, si se observan en conjunto los resultados presentados con el análisis contrafáctico previo existen varios indicios de que la fortaleza tanto del presidente Correa como de su proyecto político estuvo anclada a los momentos de bonanza económica que Ecuador vivió durante buena parte de la última década.
Conclusiones y agenda de investigación
En este capítulo exploramos las razones que dan cuenta de la permanencia en el poder del presidente Correa durante la última década. Contrariamente al argumento que señala que la emergencia y consolidación de la izquierda en Ecuador tiene que ver con un cambio en el posicionamiento ideológico de los votantes, planteamos que la bonanza económica que tuvo el país durante los últimos diez años explica de mejor forma el surgimiento de dicho fenómeno político. En otras palabras, evidenciamos que el electorado no apoya a Rafael Correa porque se asuma de izquierda sino por la gran cantidad de recursos económicos que tuvo el país y que sirvieron para que el gobierno mejorara la inversión pública y determinados beneficios sociales. Visto desde la perspectiva del giro a la izquierda en América Latina, lo que en este capítulo resaltamos es que, al menos en el caso ecuatoriano, este cambio está subordinado a la bonanza económica. Luego, sin recursos económicos, es menos probable que la gente siga votando a la izquierda.
A partir de dicho hallazgo empírico, en la segunda parte del capítulo presentamos varios indicios que harían pensar que la gran cantidad de recursos económicos estatales es la variable que explica el mantenimiento de Rafael Correa y su movimiento político Alianza País en la cúspide de la vida política ecuatoriana. En primer lugar, recurrimos a un contrafáctico para evidenciar que los problemas económicos del país han afectado la popularidad del presidente y que, como consecuencia de ello, su movimiento político decidió autoimponerse a la prohibición de que Rafael Correa sea candidato en 2017. En términos contrafácticos nuestro argumento fue que si el estado de la economía no se hubiera deteriorado, la aceptación ciudadana del presidente Correa seguiría siendo elevada y, por tanto, las reformas constitucionales realizadas a finales de 2015 hubieran viabilizado su reelección inmediata.
Por otro lado, planteamos una comparación entre los resultados de las elecciones seccionales de 2009 y 2014 para de allí inferir que la estrepitosa caída de Alianza País en el último proceso electoral tiene que ver con el deterioro de la situación económica del país. Por tanto, en la medida en que la bonanza estuvo presente los resultados electorales del movimiento oficialista fueron exitosos mientras que, a medida que los problemas económicos empezaron a aparecer, las lealtades del votante fueron en descenso. Desde luego, el análisis presentado debe tener presente el hecho de que el calendario electoral de 2009 estableció la elección concurrente de presidente y autoridades seccionales, lo que pudo generar un efecto de “arrastre” de votos del presidente Correa hacia sus candidatos. Más allá de lo expuesto, consideramos que el indicio presentado permite pensar que el voto económico prevalece al voto ideológico.
Finalmente, a partir de los hallazgos que en este capítulo ofrecemos hay una serie de inquietudes que pueden servir para una agenda de investigación futura. En primer lugar, la viabilidad de algunos proyectos políticos de izquierda parece estar vinculada directamente a la existencia de recursos económicos que puedan movilizar el aparato estatal y sobre esta base generar presidentes imperiales (Basabe-Serrano, 2017). Una vez que esa fuente de ingresos desaparece o disminuye de manera considerable el modelo estatista se tambalea y muestra rápidamente sus debilidades. Ecuador y Venezuela son dos casos empíricos que dan cuenta de este razonamiento. Asimismo, en ambos países no solo se ha recuperado el Estado sino que sobre tal discurso se eliminó cualquier iniciativa desde el sector privado. A diferencia de Bolivia que parece haber asumido la mutua interacción entre estos dos sectores de mejor forma, el caso de Ecuador aquí expuesto ha evidenciado que el modelo económico propuesto por el presidente Correa no tiene asidero sino en escenarios en los que la caja fiscal es robusta.
En ese plano, si bien el referente empírico que utilizamos en este capítulo para valorar el apoyo electoral es el precio del barril del petróleo, ello no debe llevar a la confusión de que allí se encuentra la