Manual de metodología del entrenamiento deportivo. Klaus H. Carl
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1.1.2 Definición y análisis del rendimiento deportivo
Si uno acomete la tarea de definir el rendimiento deportivo, se da cuenta en primer lugar de que, tanto en la lengua cotidiana como en la terminología científica, el concepto de rendimiento se aplica a diferentes hechos de la realidad. Parece existir, no obstante, un amplio acuerdo en considerar como rendimiento deportivo el resultado de una acción o actividad deportiva. En este sentido, se consideran como rendimientos tanto los tiempos de 10,15 o 13,5 segundos obtenidos en una carrera de 100 metros lisos como los 9,8 o 7,2 puntos para un ejercicio de barra fija o la victoria por 4-3 de un equipo de fútbol. A menudo se requiere también, para atribuir a una actividad deportiva la condición de rendimiento, que ésta satisfaga unos criterios de bondad convenidos o reconocidos, es decir, que los participantes la consideren “buena”, o bien que se asocie la ejecución de un rendimiento con un esfuerzo subjetivo. En este sentido, un salto de longitud de 5,50 m se podría considerar como rendimiento en el contexto de una liga escolar, mientras que el mismo resultado, conseguido en el calentamiento previo a un Campeonato Juvenil, no sería valorado como rendimiento. Por ello, el rendimiento como resultado de la actividad deportiva se puede definir y utilizar como concepto desprovisto de valoración y como concepto valorativo.
A veces, el rendimiento deportivo no se considera sólo el resultado de una actividad, sino que en su valoración y en la definición de su concepto se incluyen también el método y el esfuerzo individual que han conducido a este resultado, es decir, el proceso de rendir. En este sentido escribe, por ejemplo, GABLER (1988, 19): “Se entiende (aquí) por rendimiento deportivo, de un lado la realización de una actividad deportiva asociada con el propio esfuerzo, de otro el resultado de estas actividades”. En THIESS / SCHNABEL (1987, 109), GROSSER (1986, 14), y también en WAGNER (1928, 7), se pueden encontrar delimitaciones conceptuales parecidas en cuanto al contenido.
Las diferencias a la hora de definir el rendimiento deportivo se pueden tal vez explicar por el hecho de que el concepto de rendimiento ocupa un lugar fundamental tanto en las ciencias naturales como en las sociales, y su definición cambia según los puntos de vista divergentes de cada una de estas ciencias. Como ejemplo de una definición no valorativa mencionemos aquí la de la Mecánica; según ésta, el rendimiento es el trabajo realizado en un determinado periodo de tiempo, es decir:
o, por la definición de trabajo como producto de fuerza y espacio, la siguiente fórmula equivalente:
Una delimitación conceptual no valorativa es también corriente en Fisiología. Ésta se basa fundamentalmente en la definición de la Mecánica. HOLLMANN /GETTINGER (1980, 117) distinguen, desde el punto de vista de la medicina deportiva, varias magnitudes o parámetros del rendimiento: (1) la magnitud mecánica, (2) el consumo aerobio de energía por unidad de tiempo y (3) el consumo anaerobio de energía por unidad de tiempo. Insistiendo en esta relación entre el rendimiento y la energía, se puede definir el primero como la transferencia de energía por unidad de tiempo (OREAR 1982, 100).
La Psicología define el rendimiento en general como la cantidad de trabajo resuelto correctamente por un individuo en un tiempo determinado, o como la cantidad y calidad de respuestas producidas (MARSCHNER, 1976, II/1, 421 entre otras). En Pedagogía, sin embargo, está muy extendida una definición valorativa del rendimiento como unidad de producción y resultado. Como ejemplo se puede citar la definición de KLAFKI (1974, 90): el rendimiento es, según él, “resultado y realización de una actividad, asociada con un esfuerzo y, dado el caso, superación de uno mismo; dicha actividad está avalada por unos criterios de bondad que la colectividad le concede, y es por tanto valorada positivamente”. No obstante, WULF (1974, 382 y ss.), entre otros, señala la discrepancia existente entre las distintas acepciones del concepto rendimiento que se utilizan en pedagogía. Menciona cuatro usos diferentes del concepto de rendimiento: (1) en el sentido de las exigencias que se plantean, (2) para denominar el proceso por el cual las exigencias se cumplen o no se cumplen, (3) para caracterizar los resultados de un proceso de rendimiento y (4) para valorar el producto de una actividad.
En relación con los problemas de análisis y pronóstico de resultados que se plantean en la ciencia, la metodología y la práctica del entrenamiento, y con la tarea de análisis del entrenamiento y sus efectos (que se ha de delimitar con claridad respecto a los antedichos problemas), se considera conveniente restringir la definición de rendimiento deportivo al resultado de la acción. No obstante, se ha de considerar, particularmente en el deporte de competición, que el resultado de una actividad deportiva tiene dos dimensiones: “el lugar que se otorga dentro de una jerarquía a un individuo o a un equipo entre los participantes en una competición y la magnitud que se otorga a las actividades motrices de una persona o grupo, según las reglas de la competición”. Proponemos, pues, cubrir la primera dimensión del resultado con el concepto de éxito deportivo y la segunda con el de rendimiento deportivo (CARL, 1983, 26). De aquí podemos obtener la siguiente delimitación conceptual:
DEFINICIÓN:
El rendimiento deportivo es el resultado de una actividad deportiva que, especialmente dentro del deporte de competición, cristaliza en una magnitud otorgada a dicha actividad motriz según reglas previamente establecidas.
Con vistas a los análisis y decisiones sobre la actividad de entrenamiento y a la exhibición del rendimiento, que más adelante habremos de deducir sistemática e individualmente, es necesario tomar en consideración, junto con las categorías de resultado “éxito deportivo” y “rendimiento deportivo”, las categorías del “rendir” (realización del rendimiento) y sobre todo el entramado de relaciones que existe entre estas categorías a la hora de dirigir un entrenamiento (en terminología especializada se suele hablar hoy de dirigir y planificar un entrenamiento, o más sencillamente de dirección del entrenamiento).
De los distintos tipos de actividades deportivas motrices se origina necesariamente una gran variedad de rendimientos deportivos, que en parte no son comparables unos con otros. Esto conlleva una gran variedad de propuestas para sistematizar estos rendimientos deportivos, o bien la actividad motriz que los caracteriza. Para la metodología del entrenamiento indicaremos a continuación las distinciones más relevantes.
El rendimiento deportivo puede describirse según el tipo de cálculo. En el deporte de competición RÖBLITZ (1970, 67) distingue cuatro grupos: (1) rendimientos que se miden según el espacio, el tiempo y el peso, y son por ello objetivables de forma absoluta; (2) rendimientos que son referidos a una tabla de puntuación establecida con anterioridad; (3) rendimientos cuyo criterio es la superación de un contrario, y (4) rendimientos de impacto o blanco, sobre todo en el ámbito de los juegos deportivos.
En segundo lugar, los rendimientos deportivos se pueden diferenciar según el tipo de habilidades motrices que permiten alcanzarlos. En tercer lugar, con la ayuda de parámetros condicionales como el rendimiento muscular se pueden distinguir estos rendimientos frente a valores de capacidad aerobia, velocidad de reacción o capacidad de aceleración, entre otros.
Los análisis del éxito deportivo son necesarios para determinar la posición de un deportista individual