Manual ACSM para la valoración y prescripción del ejercicio. American College of Sports Medicine
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Las recomendaciones para el reconocimiento médico, la prueba de esfuerzo, el ejercicio/actividad física, y la supervisión médica se basan en el proceso de estratificación de riesgos que asigna a los participantes a una de tres categorías de riesgo: (a) bajo, (b) moderado y (c) alto riesgo (tabla 2.1). El proceso por el cual las personas se asignan a una de estas tres categorías de riesgo se llama estratificación y se basa en:
•La presencia o ausencia de una enfermedad cardiovascular, pulmonar y/o metabólica conocida.
•La presencia o ausencia de signos y síntomas que revelen una enfermedad cardiovascular, pulmonar y/o metabólica.
•La presencia o ausencia de factores de riesgo de ECV.
Riesgo bajo: Las personas con riesgo bajo son las que no presentan signos ni síntomas o a los que no se ha diagnosticado una enfermedad cardiovascular, pulmonar y/o metabólica y que no tienen más de un factor de riesgo de ECV (≤1). El riesgo de un episodio cardiovascular agudo en esta población es bajo, y un programa de ejercicio/actividad física se puede ejecutar con seguridad sin necesidad de un reconocimiento médico y una autorización médica (1, 20, 22, 23).
Riesgo moderado: Las personas con riesgo moderado no presentan signos ni síntomas ni se les ha diagnosticado una enfermedad cardiovascular, pulmonar y/o metabólica, pero tienen dos o más (≥2) factores de riesgo de ECV. El riesgo de un episodio cardiovascular agudo en esta población se incrementa, aunque en la mayoría de los casos las personas con riesgo moderado pueden iniciar actividades físicas de intensidad baja a moderada sin necesidad de un reconocimiento médico ni una autorización médica. Sin embargo, es aconsejable un reconocimiento médico y una prueba de esfuerzo antes de la participación en un ejercicio vigoroso (>60% de la
Riesgo alto: Las personas con riesgo alto presentan signos y síntomas de una enfermedad cardiovascular, pulmonar y/o metabólica diagnosticada. El riesgo de un episodio cardiovascular agudo en esta población se incrementa hasta el grado de que se debe proceder a un exhaustivo reconocimiento médico y a obtener una autorización médica antes de iniciar la actividad física o el ejercicio a cualquier intensidad.
TABLA 2.1. CATEGORÍAS DE CLASIFICACIÓN DE RIESGOS DEL ACSM PARA LA ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR ATEROSCLERÓTICA (ECA)
Riesgo bajo | Hombres y mujeres asintomáticos con ≤1 factor de riesgo de ECA según la tabla 2.3 |
Riesgo moderado | Hombres y mujeres asintomáticos con ≥2 factores de riesgo de ECA según la tabla 2.3 |
Riesgo alto | Personas con una enfermedad cardiovasculara, pulmonarb o metabólicac, o uno o más signos y síntomas enumerados en la tabla 2.2 |
ACSM, American College of Sports Medicine; ECA, enfermedad cardiovascular.
aEnfermedad cerebrovascular, vascular periférica o cardíaca.
bEnfermedad pulmonar obstructiva crónica, asma, enfermedad pulmonar intersticial o fibrosis quística.
cDiabetes mellitus (tipo I, tipo II), trastornos tiroideos, nefropatía o hepatopatía.
El profesional del ejercicio y de la salud/condición física puede evaluar la información sobre los antecedentes personales fisiológicos y patológicos y seguir una secuencia lógica que considere este proceso de estratificación de los riesgos para determinar a qué categoría de riesgo pertenece un individuo. Los profesionales del ejercicio y de la salud/condición física deben poseer amplios conocimientos sobre (a) los criterios de una enfermedad cardiovascular, pulmonar y/o metabólica diagnosticada; (b) las descripciones de signos y síntomas de estas enfermedades; (c) los criterios específicos que determinan los esquemas de los factores de riesgo de ECV, y (d) los criterios de cada categoría de riesgo. El diagrama de flujo de la figura 2.3 sirve para avanzar secuencialmente por el proceso para determinar la ubicación de cada persona en una categoría de riesgo.
INFORMACIÓN NO REVELADA O NO DISPONIBLE SOBRE LOS FACTORES DE RIESGO DE ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR
Se anima a los profesionales del ejercicio y de la salud/condición física y médicos a adoptar un enfoque conservador con que identificar los factores de riesgo de ECV para estratificar los riesgos, sobre todo cuando (a) se carece de información, y/o (b) los criterios para identificar la presencia o ausencia de un factor de riesgo específico no se pueden determinar o no se dispone de ellos. Si no se revela o no se conoce la presencia o ausencia de un factor de riesgo específico, se contará como si existiera, excepto la prediabetes (8) (véase en la tabla 10.2 los criterios diagnósticos para la prediabetes). La falta o desconocimiento de criterios para la prediabetes se debe contar como un factor de riesgo según la edad (≥45 años), sobre todo para los que tengan un índice de masa corporal ≥25 kg · m–2, y para los que sean más jóvenes, tengan un índice de masa corporal ≥25 kg · m–2 y presenten factores de riesgo adicionales de prediabetes (8). Véanse en el cuadro 2.1 estudios de casos en que no se dispone o no se revela información sobre los factores de riesgo de ECV.
FIGURA 2.3. Modelo lógico de la estratificación de riesgos.
ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR, PULMONAR Y METABÓLICA CONOCIDA
Una persona tiene una enfermedad cardiovascular, pulmonar y/o metabólica conocida si un médico ha diagnosticado una de las siguientes afecciones:
•Enfermedad cardiovascular (ECV): cardiopatía, arteriopatía periférica o enfermedad cerebrovascular.
•Enfermedad pulmonar: neumopatía obstructiva crónica (EPOC), asma, enfermedad pulmonar intersticial o fibrosis quística (5).
•Enfermedad metabólica: diabetes mellitus (tipo I o tipo II), trastornos tiroideos y nefropatía o hepatopatía.
SIGNOS Y SÍNTOMAS PRINCIPALES QUE SUGIEREN UNA ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR, PULMONAR Y METABÓLICA