Tastoanes de Tonalá. María Honoria de Jesús Hurtado Solís
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La primera vez que fuimos a conseguir chirimitero a San Juan de Ocotán faltaban varios meses para el 25 de julio. Llegamos a la casa de don Venustiano Carrillo para apalabrar y asegurar la chirimía. Don Miguel decía: «Entonces, ya estamos apalabrados, Venustiano. En eso quedamos».
En vísperas de la fiesta de Santiago apóstol fuimos nuevamente a San Juan de Ocotán a dar el anticipo de la música y poner en claro todos los detalles para la fiesta del santo patrono de Tonalá.
Don Miguel Pila quería que le cumplieran un gusto el día que tuviera que partir a su otra morada. Él decía:
...quero que lleven el ataúd en hombros y los dos Santiagos que tengo, uno por cada lado, pa’ que me acompañen hasta mi tumba; también que me acompañen mi familia, mis amigos y una cuadrilla de tastuanes por cada lado... quero que aquello no esté triste, que me toquen la chapetilla, con música de tastuanes.
Fueron muchos los conocimientos que recibí y los momentos agradables que pasé con don Miguel y los tastoanes. Ahora comparto con ustedes, herederos de la riqueza cultural de México, el eco que han dejado don Miguel Pila y muchos abuelos tonaltecas.
María Honoria de Jesús Hurtado Solís
Tastoanes recorriendo las calles de Santa Cruz de las Huertas (ca. 1970). Autor desconocido. Colección Honoria Hurtado.
El propósito de este estudio es dar a conocer la danza de los tastoanes tal como tiene lugar en Tonalá, Zalatitán y Santa Cruz de las Huertas, poblaciones ubicadas en el municipio de Tonalá, Jalisco.
Como cualquier otra expresión cultural tradicional, la danza de los tastoanes ha experimentado modificaciones con el paso del tiempo. Por eso no es posible dar cuenta de sus características en el momento presente sin hacer referencia a los cambios y las adaptaciones que ha tenido, especialmente en los últimos cien años. Ejemplos de ello son la pérdida de la música para tastoanes, que se interpretaba con chirimía acompañada del tambor, así como de algunos diálogos que constituían parte esencial de esta representación.
Los resultados que aquí se presentan son producto de una investigación, centrada en identificar los elementos que rodean a la danza de los tastoanes de Tonalá, con el objeto de contribuir a la integración de un acervo de información sobre el tema. Ojalá que este trabajo sirva de base para indagaciones más profundas, que amplíen el conocimiento de esta legendaria fiesta.
Al iniciar la investigación se encontró que la información existente sobre los coloquios era escasa. De ahí que gran parte del trabajo consistió en recopilar los diálogos que subsisten en Tonalá, Santa Cruz de las Huertas, Zalatitán e incluso El Rosario. Relatos que actualmente apenas si se repiten o se recuerdan, que no son propios del coloquio o sólo son un poco de lo que se conservó en la memoria de la gente mayor y se fue transmitiendo por generaciones.
Los coloquios que se recitan en la danza de los tastoanes son diálogos que forman parte de la danza y utilizan los personajes al llevar a cabo la representación. Los diálogos son de gran importancia porque a través de ellos se conoce la trama de lo que se representa. Los coloquios muestran la relación entre los hechos representados y algunos acontecimientos históricos.
El coloquio de Tonalá se fue entretejiendo conforme iban apareciendo más diálogos en la memoria de Miguel Pila Galán, quien fue hasta hace pocos años el más viejo participante y organizador de la danza de los tastoanes. Las frases del coloquio se fueron registrando en cintas. El orden de los diálogos se fue reconstruyendo poco a poco a medida que se sumaban los párrafos, hasta que finalmente estuvieron completos.
En el caso de Santa Cruz de las Huertas se recopilaron dos coloquios un tanto diferentes, pero con el mismo tema. Uno es el que conserva el señor Sergio Estuvier, el mismo que el finado Nicolás Ortega guardaba en su memoria; otro es el se que repite en la representación en vivo. Son similares, pero con el paso de los años los personajes han cambiado y se les han agregado elementos contemporáneos; por ejemplo aportados por los colindantes de Santa Cruz en las nuevas colonias y uno que otro chascarrillo que sirve para amenizar el rato.
En 1997 se grabó el coloquio de Zalatitán, interpretado por los niños que representaron a los tastoanes. Los diálogos se los enseñó el señor Ambrosio López Fajardo, organizador y personaje más viejo de la danza de los tastoanes en esta población. Una vez hecha la trascripción, los textos fueron corregidos por Francisco Noé Hernández Enríquez, discípulo de López Fajardo, y finalmente se hicieron otras rectificaciones con su maestro Ambrosio.
Al mismo tiempo surgió la preocupación por recobrar la música que se escuchaba en la segunda década del siglo XX, interpretaciones que se perdieron porque nadie continuó tocando la chirimía en Tonalá. Se decidió que este trabajo incluyera las partituras de melodías y acompañamientos de los sones para tastoanes que desde hacía varios años no se tocaban, sones que sólo quedaron en el recuerdo de personas como Miguel Pila Galán y Ambrosio López Fajardo.
La música que se toca actualmente en Tonalá se registró en cintas de grabación. Después, con ayuda de Moisés Rosas Galán, chirimitero de Tlaquepaque, se escribieron las notas de las melodías, se corrigieron una vez más y las copió fielmente Martín Tarcisio Macías, trompetero y copista de Guadalajara. Los sones incluidos en esta obra son los mismos que han venido escuchando los habitantes de Tonalá por lo menos en los últimos cuarenta y cinco años.
En el caso de la música de Zalatitán, también se grabaron las melodías que con mucha voluntad y contento tarareaba el señor Ambrosio López Fajardo, a sabiendas de que no morirían con él, sino que quedarían para las nuevas generaciones. Lo cierto es que los sones de Zalatitán son importantes porque son los mismos que se tocaban a fines del siglo XIX y principios del XX en Tonalá y poblaciones aledañas.
Tastoanes en procesión con la imagen del apóstol Santiago (Tonalá, 2007). Foto de Roberto Lucano.
Danza de los tastoanes, fusión de dos tradiciones
La danza de los tastoanes amalgama el pensamiento indígena con la cultura impuesta por los españoles; refleja en parte la educación y religión a la cual fueron sometidos los naturales de estas tierras y los hechos históricos que vivieron los pobladores del siglo XVI y los mestizos de los siglos posteriores.
Esta danza tiene como antecedente la representación de moros y cristianos, traída al continente americano por los conquistadores españoles. Sin embargo, tuvo un mestizaje con alguna danza prehispánica de carácter guerrero que no se ha podido identificar, pues no existe ningún antecedente documentado de ella.
El registro que se tiene de la danza