El Imperialismo, fase superior del capitalismo. V. I. Lenin

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу El Imperialismo, fase superior del capitalismo - V. I. Lenin страница 7

El Imperialismo, fase superior del capitalismo - V. I. Lenin Cuadernos de Octubre

Скачать книгу

del capital.

      Para Lenin el imperialismo es, en esencia, concen­tración del capital. Usando una expresión del Informe Erwon de este año, es “tenerlo todo para querer más”. Según ese informe, la riqueza de las 80 personas más ri­cas del mundo se ha duplicado entre 2009 y 2014, mien­tras que la del 50% más pobre se redujo en más del 20%. Investigaciones de Duménil y Lévy muestran que 50 sociedades financieras y holdings ejercen un control decisivo en la red del conglomerado mundial de las cor­poraciones. Y contra quienes piensan que la hegemonía terminó y ahora domina la multipolaridad y no el im­perialismo, el dominio de ellas por los EE.UU. es aplas­tante: tienen la mitad.

      Al “parasitismo y descomposición” del imperialismo de Lenin se han agregado otros elementos que refuerzan ese carácter. Entre ellos la acción destructiva de la na­turaleza, el extractivismo y la acumulación rentista por desposesión de la que habla Harvey.

      Lenin fue el mayor pensador y dirigente de la teoría de la revolución porque hizo teoría para unirla a la ac­ción, para hacer “análisis concreto de la situación concreta”. La teoría del imperialismo le permitió ver que en Rusia estaba planteada una revolución socialista y que ella era parte de un proceso mundial. Esta es la actualidad de Lenin y la revolución.

      Pedro Fuentes

      Lenin, en El Imperialismo fase superior….analiza y anticipa las fenomenales transformaciones del capita­lismo en el siglo XX, señalando sus rasgos distintivos: monopolio, una usurera oligarquía financiera, guerras de rapiña, saqueo de los recursos naturales y ambienta­les y un mundo dividido, por un lado, en un gran nú­mero de naciones oprimidas y, por otro, en un número insignificante de naciones opresoras, que acumulan ri­quezas colosales y una enorme fuerza militar.

      De resultas, una sociedad desigual que condena a los obreros y las masas explotadas y ata la suerte de países capitalistas dependientes como el nuestro a la revolución, la liberación y el socialismo. Hoy, en medio de una in­édita crisis del imperialismo, al decir del mismo Lenin: “Ahora hay que “demostrar” con la práctica que los partidos revolucionarios que tienen suficiente grado de conciencia, organización, ligazón con las masas explotadas, decisión y habilidad a fin de aprovechar esta crisis para llevar a cabo con éxito la revolución victoriosa.”

      Eduardo C. Furno

      A cien años de la primera edición de esta obra fun­damental de Lenin, adquiere renovada vigencia su es­tudio para la comprensión de los fenómenos actuales -económicos, sociales y políticos - del mundo domina­do por el sistema capitalista, transformado en capitalis­mo imperialista.

      Un mundo que los capitalistas llaman “globalizado”, para negar la feroz disputa por su reparto entre las aso­ciaciones monopolistas y las oligarquías de las potencias imperialistas que los expresan, con desigual desarrollo que lleva a agudizar las contradicciones entre ellos y con los explotados y oprimidos en todos los países.

      De ahí la renovada vigencia de esta obra para com­prender en profundidad la base económica de las cri­sis y las guerras que caracterizan la época actual, y de las crecientes luchas sociales y políticas de los traba­jadores y los pueblos oprimidos de todos los países del mundo que las enfrentan, delimitando los campos en­tre los oportunistas y los revolucionarios, como lo seña­ló Lenin en su momento.

      Eugenio Gastiazoro

      El Imperialismo hoy

      El imperialismo, la burguesía financiera imperialista transita el camino de su ocaso. Dejando al desnudo el ver­dadero carácter, rapaz y parasitario del capital financiero. Ha subyugado y puesto bajo su dominio a todos los es­tados burgueses de los países desarrollados y sus vasallos. Intenta imponer al mundo las leyes dictadas por sus ban­cos y sus corporaciones transnacionales, a través de trata­dos o por la fuerza de sus ejércitos. Lo hace en un contexto de un desarrollo capitalista desigual, en lo económico, en lo social y en lo político militar. Por tal razón se enfrenta a países y burguesías que se oponen a sus planes de “nue­vo reparto del mundo”, que cuestionan su “excepcionali­dad” y que no creen que sea enviado de ningún “dios”, que no acatan y mucho menos forman parte de “su gobierno mundial” como pretende erigirse el Club Bildelberg, go­bierno mundial de neto corte fascista, como correspon­de al predominio del capital financiero. Esencialmente, lo que demuestra el imperio es la monumental incapaci­dad para resolver los problemas del desarrollo de las fuer­zas productivas, a la vez que pone al descubierto, que el sistema capitalista es un freno para el desarrollo y el bien­estar de la humanidad. El proletariado mundial comien­za a movilizarse, todavía sin coordinación, pero no cabe duda que esas movilizaciones parirán una conciencia su­perior, una organización capaz de enfrentar y revertir las muertes y miserias, en una salida de esperanzas y felici­dad para los trabajadores y los pueblos explotados y opri­midos. A vencer o morir por la Argentina.

      Carlos Ponce de León

      La lucha de clases en el seno del capitalismo tiene dos momentos sustanciales. Uno: la defensa de las aspiracio­nes y derechos del pueblo trabajador, frente a la voracidad explotadora del sistema. Otro: la posibilidad de construir una sociedad más libre y democrática, la sociedad socia­lista. Unir estos dos momentos en un espacio y tiempo histórico determinado resultan en una revolución. Una cumbre de este proceso se vivió en 1917. “El imperialismo es el preludio de la revolución social” dirá Lenin después de interpretar los cambios que se había producido. Tras la experiencia histórica de los pueblos y las mutaciones que sobrevinieron en el capitalismo (ya en su ocaso); resulta del todo oportuno recordar aquel estudio como aporte a la comprensión del mundo que nos toca transformar.

      Mario Mazzitelli

      El paso del capitalismo competitivo al capitalismo mo­nopólico, que caracteriza al imperialismo, obviamente también se hizo sentir nuestro país. En esta enjundio­sa obra de Lenin algunas de esas características apare­cen mencionadas.

      Lenin alude a la Argentina como, “otra forma” de un país “dependiente aunque políticamente independien­te”, algo parecido a una semicolonia atada por el capital financiero y nuestra burguesía a los intereses británicos. Un siglo después, ésa sigue siendo nuestra lastimosa rea­lidad aunque sean otros los encargados de sujetar la soga que rodea a nuestros cuellos.

      Hablando del rol de los ferrocarriles, en nuestro caso funcionales al diseño de nuestra economía agroexpor­tadora, Lenin introduce reflexiones sobre el rol opresorde “múltiples lazos capitalistas”. Éstos están profunda­mente arraigados en nuestra cultura, historia y economía constituyendo la base sobre la cual se asienta el extracti­vismo agroexportador. El mismo que está en la raíz del modelo socio-económico dominante instaurado por la “Generación del 80” y que hasta la fecha, salvo pocas y re­lativamente breves excepciones, se ha mantenido incólume.

      Roberto Perdía

      Hace 100 años, pocos habían abierto los ojos a la rea­lidad que transformaba el librecambio de mercancías del capitalismo por su evolución: la concentración del capital, la conformación de los monopolios y el nacimiento del capital financiero que abrazó con sus tentáculos a todos los países subdesarrollados del mundo. En el principio de esta nueva etapa, consecuencia del modo de produc­ción capitalista, nadie lo describió más cabalmente que Lenin en “El Imperialismo…”.

      Así como Marx y Engels sentaron las bases científicas de la lucha revolucionaria a mediados del siglo XIX, Lenin puso los puntos sobre las íes en el concepto de la lucha an­tiimperialista. Dejando en claro que no hay tal cosa si los pueblos se someten a los designios del poder monopólico de las multinacionales y a la trampa del sistema financiero imperialista, como hoy nos quieren hacer creer los voceros de la progresía mundial y sobre todo, nuestramericana.

Скачать книгу